(Entrevista a Julio Burdman para El Economista)
¿Qué implica el triunfo de Trump para la región?
El debilitamiento de la agenda del libre comercio, el desembarco de funcionarios e interlocutores del ala neoconservadora, un Washington más ensimismado. Y, lo que es más importante aún, todos los efectos políticos que podría tener un cambio del perfil internacional de Estados Unidos en general. Cuyos contenidos aún desconocemos.
¿Se pueden esperar cambios en el programa o el discurso del Gobierno Argentino a partir de este nuevo estado de situación?
El Gobierno Argentino tendrá que rectificar aspectos de su discurso internacional. El haberse jugado tan expresamente por Hillary Clinton puede tener algún costo. Alguna frialdad inicial. Jugarse fue algo inédito, pero que se inscribió en un clima que se apoderó de la región. La élite política sudamericana se convenció de que la victoria de Clinton estaba asegurada, y de que era políticamente correcta, y se pronunció por una candidata de una elección que no les pertenecía. Para el gobierno de Mauricio Macri, la relación con “el mundo” fue un activo importante todo este año, que tiene mucho que ver con la legitimidad interna, y se corre el riesgo de que se diluya el aura. Hay que relanzar el discurso, que quedó muy atado al de la élite liberal estadounidense. Y esos aliados ?Obama, Hillary, la Secretaría General de la ONU? ya no están. No debería ser difícil lograrlo, porque está la vocación, pero hay que hacerlo.
¿Queda a un lado el gesto hacia la Alianza del Pacífico? ¿Qué puede pasar con el Mercosur?
México va a mirar más hacia el Sur y la Alianza del Pacífico es su vehículo. Y el Mercosur es intrarregional. Lo que pueden verse afectados son los posibles planes de estos bloques de acordar con Estados Unidos. Pero una reacción de los bloques podría ser revitalizar sus vidas internas.
