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Reseña de "¿Por qué?"

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03 abril de 2018

Por Gabriel Tolosa

“¿Por qué? La rápida agonía de la Argentina kirhcnerista y la brutal eficacia de una nueva derecha”, del politólogo y periodista José Natanson, rastrea las ideas y prácticas con las que se nutre el macrismo

Lejos de limitarse a refutar aquellas afirmaciones rápidas sobre el macrismo que circulan en los medios y en el campo nacional y popular, “¿Por qué? La rápida agonía de la Argentina kirhcnerista y la brutal eficacia de una nueva derecha”, del politólogo y periodista José Natanson, rastrea las ideas y prácticas con las que se nutre esta nueva fuerza política. Compuesto de una introducción general y once capítulos, el libro presenta un lenguaje simple, abordable para un amplio abanico de lectores. Sus distintas partes adolecen de un hilo conductor que permita alcanzar la propuesta que pretende el autor, responder la controversial pregunta: “¿Qué astucia de qué razón permitió que un integrante del jet set de revistas del corazón, dotado del acervo cultural de un periodista deportivo promedio y acostumbrado a expresarse con la inconfundible fonética de las clases altas de zona norte, se convirtiera en presidente de una país con una fuerte tradición de clase media ilustrada, una arraigada memoria igualitarista y una pulsión plebeya a prueba de dictaduras y represiones?”. Llegada la conclusión, se vuelve ostensible la ausencia de una respuesta.

Las primeras páginas del libro analizan el proceso de nacimiento y ascenso del macrismo hasta su triunfo en las elecciones presidenciales de 2015. Partiendo de la idea de que la política funciona muchas veces como espejo, Natanson articula el crecimiento del macrismo con el declive del kirchnerismo. Descenso de este último que lo ubica a partir de la reelección de Cristina Fernández de Kirchner y la idea de que el 54% gozaba de perpetuidad y que no respondía a una realidad social contingente, terminando como líder de un “populismo de minorías”.

El segundo capítulo describe el proceso de construcción del macrismo. La crisis del 2001, bajo una superficie de indiferencia y escepticismo, fue impulsando una nueva repolitización silenciosa. Sectores de las clases medias y altas comenzaron un proceso de acercamiento a las cuestiones públicas, que desembocaría con la constitución de esta nueva fuerza política. Así, explica el autor, la imagen de “autoconstrucción moral” resume el núcleo sacrificial del macrismo: la idea de que un funcionario o militante, nacido en los pisos más alto de la pirámide social, el cual podría estar triunfando en su mundo profesional, se sumerge en el barro de la política. Situada como una nueva fuerza política, el macrismo resulta de una mezcla de vocación por el poder “cuasi-bolchevique”, pragmatismo propio del mundo de negocios y labilidad ideológica posmoderna.

A fin de delinear alguno de los aspectos novedosos de esta fuerza, Natanson subraya la importancia del timbreo. Con una concepción política que remite a la idea de una sociedad compuesta por individuos que gozan de un amplio margen de autonomía, el timbreo se constituyó en uno de los principales recursos de construcción política. Espontáneo, informal y directamente opuesto a la forma favorita del populismo: el acto de masas y su parafernalia de organización. Por lo que se presenta como un contacto directo entre el funcionario y su electorado, compuesto este último por sectores con estudios terciarios o universitarios, “adultos mayores” y los que el autor localiza en la “zona núcleo” de siembra de soja. En cuanto al ascenso del macrismo, queda explicitado que su victoria en la batalla de los clivajes fue primordial. Consiguió correr el eje de discusión de la dimensión económica, donde el kirhcnerismo tenía mucho que mostrar, y dar batalla en el terreno que más le convenía: apelar a la clase media con la “desmesura política” del populismo.

Para demostrar la capacidad del PRO a la hora de construir su capital político, el autor, se remonta a la crisis con el campo en el año 2008. Hábil para sintonizar con demandas de transparencia que se incrementaban con el deterioro de la situación económica, la maniobra fue retener el núcleo duro del antikirchnerismo y sumarle un nuevo actor político: el “nuevo elector” duranbarbista. Personas que se han emancipado de las tradiciones políticas que en el pasado orientaban su voto. La identificación es en definitiva condicional y se afinca en la contingencia. Como todas las prácticas significantes, están sujetas al juego de la différance, el cual entraña un trabajo discursivo, la marcación y ratificación de límites simbólicos, la producción de “efectos de frontera”. Necesita que quede afuera su exterior constitutivo. Lo cual, el macrismo, pareció haber entendido, ya que el candidato de este “nuevo elector” es antiabstracto, no se pierde en laberintos ideológicos sino que habla de los problemas que le interesan, que si no se resuelven no es por sean complejos o estructurales, sino por la incapacidad de los políticos tradicionales. Este candidato despliega lo que Pierre Rosanvallon denomina “inversión tangible de sí mismo”, aparece como un hombre común, opuesto directamente a la idea del líder carismático weberiano.

Al momento de reflexionar sobre la controversial categoría “derecha moderna y democrática”, Natanson evoca una serie de incidentes ocurridos durante los gobiernos oficialistas desde la vuelta de la democracia. Todos los gobiernos, desde el final de la dictadura hasta el presente, incurrieron en algún momento a comportamientos autoritarios. Raúl Alfonsín ordenó, en medio de versiones de alzamientos militares y operaciones guerrilleras, allanar locales del Partido Obrero. Carlos S. Menem amplió de cinco a nueve los integrantes de la CSJN y designó una mayoría de magistrados adictos, como Julio Nazareno, su antiguo socio. Llegado este punto, el autor plantea que el desconcierto con la idea de una derecha democrática proviene de un error conceptual. La democracia no es una garantía de satisfacción universal sino un sistema de gobierno, un procedimiento de elección de gobernantes y de ejercicio de poder, cuyo corazón son las elecciones libres y competitivas. El macrismo llegó al gobierno mediante elecciones limpias y una vez asumido el poder se mantiene, dentro de los límites del juego democrático y el Estado de derecho. Ahora bien, una fuerza pro mercado y al mismo tiempo democrática no es la única novedad. Intentando disolver las estructuras que lo precedían a fin de obtener una nueva legitimidad, el macrismo buscó construir un cambio a través de una relación renovada con la derecha clásica. Una derecha moderna constituida en oposición abstracta entre tradición y presente. El autor del libro parecería encontrar esta hendidura en las expresiones de la nueva derecha latinoamericana, las cuales han optado por el camino democrático para llegar al poder y están conformadas por dirigentes que crecieron políticamente luego de los ciclos autoritarios. Sin embargo, resultan insuficientes estos elementos a la hora de calificar a esta fuerza política de tal manera. El macrismo extrae su clasicidad de la autoridad pretérita y sigue conservando lazos palpables con las fuerzas de derecha tradicionales.

Uno de los puntos más significativos del libro se encuentra organizado a partir de la ficción de los principios de igualdad de oportunidades y meritocracia. La perspectiva de la igualdad de oportunidades constituye el gran argumento de justicia del macrismo y su principal inspirador a la hora de pensar la construcción política y justificar la gestión del Estado, razona el autor. Resulta crucial comprender la manera en que los procesos intersubjetivos de construcción y reproducción del sentido apuntan hacia la consolidación de las representaciones sociales. Es lo que Pierre Bourdieu plantea con la noción de habitus, como disposición estructurante y estructurada de la práctica social y que se hace visible en el ámbito de las relaciones sociales. La perspectiva de igualdad de oportunidades funciona en buena medida de esta manera, ya que conecta con tendencias que forman parte de nuestro sentido común cuyo origen puede rastrearse en el costado meritocrático de la Argentina inmigrante. Pulsión igualitarista y deseo de movilidad ascendente sustentada en el esfuerzo individual y sacrificio familiar “m' hijo el dotor”, forman el cuerpo de creencias sobre el cual descansa el sentido de pertenencia. Asimismo, la idea de igualdad de oportunidades también se distingue en la política social del macrismo. Mantuvo jubilaciones, Asignación Universal por Hijo y las cooperativas del programa Argentina Trabaja; amplió algunos planes, como la Asignación Social para los monotributistas. En general, se puede decir que el macrismo se limita a administrar lo heredado con el fin de asegurar la paz social y garantizar la estabilidad política, pero sin voluntad de avanzar.

Cada fase del capitalismo construye su arquetipo legitimante, que lo encarna y le provee el oxígeno imprescindible para seguir funcionando. El emprendedor es el nuevo héroe del capitalismo, el cual se posiciona en la vereda de enfrente a la idea de que lo colectivo o las variables estructurales son el fundamento subyacente de los cambios sociales. En un contexto de universalización e imposición creciente de la lógica liberal y mercantil, el emprendedor responde, mediante una constitución flexible y funcionalmente adecuada, a los desafíos de riesgo e incertidumbre del entorno. Portador de un romanticismo innovador, el emprendedor no dispone de un gran capital: le alcanza con un garaje, un modesto préstamo inicial y una serie de habilidades que están relacionadas con lo que se denomina “inteligencia emocional”. El macrismo ha encontrado en su figura al protagonista de su imaginario de progreso social. Así, es posible observar el reflejo institucional de este reconocimiento simbólico mediante la nueva Ley de Emprendedores, la decisión de rebautizar la Secretaría de Pymes como “Secretaría de Pymes y Emprendedores”. Ironía de la historia o elusiva justicia poética, el líder de esta nueva fuerza política es más un heredero antes que un self made man y esto acarrea complicaciones a los imaginarios referidos al emprendedurismo. Ahora bien, ¨¿por qué una parte de la sociedad, incluso aquella que nunca logró fundar una empresa exitosa, se siente atraída por el discurso emprendedor?¨. El autor razona esta cuestión a partir de la idea del neoliberalismo como racionalidad que orienta a los grupos sociales. El “neoliberalismo concebido a nivel molecular” supone una aspiración al progreso mediante la autogestión individual que encierra una idea de responsabilidad sobre sí mismo.

Llegada la conclusión, el autor plantea el objetivo del libro: comprender la eficacia política del macrismo. No obstante, el desarrollo del mismo no permite alcanzar íntegramente ese propósito. José Natanson lleva adelante una caracterización, por momentos desordenada, del emprendimiento político de derecha más eficaz desde la vuelta a la democracia. A lo largo de la obra se van reseñando una serie de atributos que consiguen estructurar un bosquejo del macrismo como fuerza política, sin embargo, no logra hacer comprensible qué cualidades fueron determinantes para conseguir el take over del Estado. En esta última parte, el autor expone una serie de argumentos que van desde un programa económico ortodoxo, protección social minimalista, modo de entender la sociedad, retrocesos en materia de DD.HH. y represión a la protesta social, a fin de evidenciar que el macrismo encarna un gobierno de derecha.

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