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¿Qué pasará el 7-D?

28 septiembre de 2012

El Gobierno y el Grupo Clarín fijaron su posición frente a la aplicación de la ley de Medios a partir de diciembre.

La aplicación plena de la ley de Medios será el gran tema político con el cual cerrará el año. Desde hace un tiempo en sus discursos la Presidenta dejó en claro cuál era la posición del Gobierno sobre la cuestión: “El 7 de diciembre termina la cadena del desánimo”. A partir de esa definición, cualquier alternativa que no implique el desmembramiento parcial del Grupo Clarín sería considerada una derrota para el Gobierno. Y se descuenta que hará todo lo posible para evitar esa circunstancia.

Hay diversas interpretaciones sobre el ambiguo pronunciamiento de la Corte. Para el Grupo Clarín el 7 de diciembre no debe pasar nada y, eventualmente, comenzaría a correr el plazo de un año que establece la ley para completar la desinversión a la que se refiere el artículo 161. Una pieza clave en la estrategia del Gobierno es la Afsca, que aún no está integrada en su totalidad porque no se incorporaron los representantes de la oposición. Una demostración de que el Gobierno está dispuesto a avanzar firmemente en la cuestión fue el desplazamiento de Santiago Aragón como titular de la autoridad de aplicación. Era un funcionario de confianza de Gabriel Mariotto, que fue perdiendo peso en el área en detrimento de Juan Manuel Abal Medina, que entiende que Aragón no había hecho todo lo necesario para avanzar con la nueva ley y que carecía de las espaldas necesarias para enfrentar la dura etapa que se viene.

Su reemplazante será Martín Sabbatella, que tiene un mayor peso político y reúne todas las condiciones que el kirchnerismo requiere en este momento, incluyendo un duro cuestionamiento a Daniel Scioli, contra quien compitió por la gobernación en 2011.

El Gobierno, mediante una intensa campaña publicitaria, despejó todas las dudas y dejó en claro qué piensa hacer el 7 de diciembre: intervendrá los medios de los cuales Clarín no se haya desprendido y los licitará porque sostiene que no aspira a estatizarlos. En el mensaje oficial se diferencia la actitud de Clarín con la de otros grupos que están presentando sus propuestas para adecuarse a la ley, que es uno de lo caminos que ofrece la propia norma. Hubo un intento de negociación reservado con Clarín, pero fracasó.

LOS APOYOS

Más allá del debate jurídico y de la opinión de constitucionalistas sobre las distintas interpretaciones en pugna y mientras nada asegura que haya un nuevo pronunciamiento judicial, todos se preparan para dar la batalla final en el terreno político. El Gobierno ha convertido la confrontación con Clarín en la “madre de todas las batallas” porque le atribuye un poder mayor del que efectivamente tiene. Parafraseando al general Perón, cabe recordar que con Clarín a favor la Presidenta sacó el 45% de los votos en 2007 y con Clarín en contra obtuvo el 54% en 2011. La estrategia comunicacional apuntará a lograr un amplio apoyo social a lo que el Gobierno interpreta es el cumplimiento de la ley.

Desde el Grupo Clarín, además de dar la batalla judicial sobre la base de los argumentos que difundió a través de sus medios, se procurará lograr que las distintas fuerzas políticas se involucren en el conflicto.

En este terreno, como en tantos otros, los opositores no tienen una posición común. En primer lugar, cabe recordar que una buena cantidad de legisladores opositores acompañaron en su momento el proyecto del Ejecutivo. Otros que lo rechazaron no lo hicieron con demasiada convicción porque Clarín no es un medio querido por la dirigencia política argentina porque casi todos sus integrantes creen que en algún momento los perjudicó. No debe olvidarse que, luego de alguna simpatía inicial, fue muy crítico de los gobiernos de Raúl Alfonsín, Carlos Menem y Cristina Kirchner. Pero existe coincidencia en que fuera cual fuere el final de esta pelea, el peso de Clarín en la vida política del país será menor al que tuvo en años anteriores. Claro que en los últimos tres años la política del Gobierno generó en la oposición una actitud de prevención porque casi todos los medios nuevos que aparecieron están vinculados al oficialismo y todos los traspasos accionarios que se realizaron tuvieron como compradores a grupos afines al Gobierno.

Recientemente, el intento por parte de los canales de noticias afines al Gobierno de minimizar la protesta del jueves 13 de septiembre no ayudó, por cierto, a la causa del oficialismo contra Clarín. Todo indica que en las próximas semanas este debate ganará en intensidad.

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