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Turismo electoral

15 noviembre de 2012

El gobernador cordobés se desmarca cada vez más del Gobierno Nacional y busca colocar a la provincia como la principal receptora de turismo interno.

El gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota, tiene un objetivo entre ceja y ceja: que más de 5.000.000 de argentinos vayan a vacacionar a su provincia.

Sin duda, estimular la “industria sin chimeneas” tiene un motivo económico: el turismo es un sector tradicionalmente importante para Córdoba, mueve la economía y crea empleo. Este año, la avidez de las provincias por captar veraneantes tiene un condimento adicional: el cepo cambiario estimulará fuertemente el turismo interno. Pero ese no es el único objetivo. Y, quizás, ni siquiera el más importante. Con miras al 2015, De la Sota se ha puesto él mismo al frente de la campaña de promoción turística de la agencia provincial que lo ha llevado, en las últimas semanas, a recorrer varios distritos, entre ellos, el de Buenos Aires, donde aprovechó para reunirse con los jefes municipales de Malvinas Argentinas (Jesús Cariglino) y de Junín (Mario Meoni).

Con más de 15 millones de habitantes, la provincia es un mercado de turistas potenciales enorme pero, sobre todo, de electores, ya que allí vive casi el 40% del padrón nacional. Ningún candidato presidencial puede tener aspiraciones serias de llegar a la Casa Rosada sin un buen desempeño en el principal distrito del país. Fue, precisamente, en aguas bonaerenses donde naufragó el proyecto presidencial de De la Sota allá por 2002. Por eso, ya ha puesto un pie en la provincia y ha entablado diálogos con el peronismo disidente.

Como sostenía Lucio Guberman en la edición número 52 de el estadista, “el imaginario construido en torno a los lugares de origen de los gobernadores jugará algún papel en el modelado de su imagen ante el electorado”. Y De la Sota parece tener muy en claro eso. Por supuesto, no es el único. El intendente de Tigre, Sergio Massa, es otro gran activista de este proselitismo pacífico. Esta estrategia le permite exhibirse en calidad de gestor cuando falta mucho para el 2015 y, por lo tanto, no hay clima para proselitismo explícito y, a la vez, favorece a “no hacer olas” frente al Gobierno Nacional y los pares para evitar represalias políticas.

Una condición necesaria para proyectarse desde un distrito a la arena nacional es tener la casa en orden. Si bien ser un gobernador con márgenes de aprobación elevados no garantiza, ante el electorado nacional, que podrá replicar eso desde la Casa Rosada, sí ayuda. Y, por ahora, De la Sota ha sido muy hábil en cuidar su imagen en el pago chico. Según la encuestadora Mariel Fornoni, de Management & Fit, cercana al delasotismo, entre los jefes distritales de provincias grandes, “El Gallego” es quien más aprobación tiene sobre su gestión. Además, según la encuesta nacional de la consultora, 29% tiene una imagen positiva del gobernador de Córdoba, 30% una regular y 19,6% una negativa. El diferencial entre la imagen positiva y la negativa es de 9,4%, lo que lo ubica cuarto en el ranking nacional, detrás de Daniel Scioli, Sergio Massa y Hermes Binner. Además, el gobernador tiene un elevado nivel de conocimiento a nivel nacional.

Para el analista Gustavo Córdoba, en cambio, esta estrategia tiene límites claros. “Los posicionamientos presidenciales se logran hablando de los problemas y la agenda de la gente, y hablando de política e ideología”, sostiene el director de la consultora CPP, y agrega: “Hay que ser muy creativos con el posicionamiento electoral nacional. Para ello, hay que contarles a los que no son cordobeses, lo que el candidato va a ser por ellos y no contarles lo que hay en Córdoba”.

En un encuentro reciente en la Casa de Córdoba, De la Sota le dijo a el estadista “que va a llegar el momento en que en la Argentina se elijan gestiones, y creo que eso va a ser un salto de calidad. Por eso, quienes tenemos responsabilidades de gobernar tenemos que tratar de hacerlo bien y darle respuestas para la gente. En Córdoba venimos gobernando desde 1999, lo que significa que no lo hemos hecho mal. En la última elección volvimos a ganar por 15 puntos”.

Serán clave las elecciones legislativas de 2013, cuando se espera que, a diferencia, de 2011, Unión por Córdoba presente su propia lista de diputados nacionales. Se elegirán nueve diputados nacionales por Córdoba y el delasotismo deberá renovar dos bancas, entre ellas, la de Francisco Fortuna, su principal espada legislativa. El ex gobernador Juan Schiaretti podría encabezar la lista. Un buen resultado en esos comicios será clave, sino imprescindible, para mantener vivo el anhelo presidencial de De la Sota y una oportunidad para profundizar las diferencias con el Gobierno Nacional que ha venido marcando el gobernador en el último tiempo. Un buen resultado electoral en 2013, además de engrosar una escudería de diputados nacionales que actualmente es muy escasa, le permitiría proyectarse a nivel nacional, confirmar sus laureles de gestor y comenzar a atraer a referentes del peronismo para darle cuerpo a su de llegar a la Casa Rosada, que está trunco desde 1989.

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