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El enfoque subancional

28 noviembre de 2012

La democracia avanza o retrocede de manera dispar en las provincias argentinas. Por eso, es indispensable incluirlas en los análisis sobre la democracia a nivel nacional.

Analizar la democracia de un país obliga a mirar no sólo el nivel nacional sino también el subnacional. Más aún en países federales. Así como hay países más democráticos que otros, también hay provincias más avanzadas que otras en este aspecto. El proceso democratizador avanza de manera despareja dentro de cada país. Por eso, poner la lupa en el nivel subnacional es esencial para hacer análisis más acabados sobre el estado de la democracia en los países. el estadista dialogó con Jacqueline Behrend, profesora e investigadora de la Escuela de Política y Gobierno de la UNSaM, quien viene estudiando esta cuestión.

¿Cómo nace el interés por los procesos de democratización subnacional en la Argentina?

El interés por los fenómenos subnacionales, como el sistema de partidos o el federalismo, comenzó hace un tiempo. En los últimos años varios investigadores nos hemos concentrado en la cuestión del proceso de democratización subnacional. Cuando hay una transición a la democracia se suele pensar en un proceso que ocurre en el nivel del Estado Nacional pero en los países federales, con instituciones distintas y un grado de autonomía importante en cada provincia, el proceso de democratización se puede dar de manera despareja. Cada provincia argentina, además, tiene su propia historia. Hasta hace un tiempo, los partidos provinciales eran importantes; ahora, hay menos que hace quince o veinte años, pero en algunas provincias siguen existiendo y en otras que no tenían partidos han surgido partidos o frentes provinciales, como el Frente Renovador en Misiones o el Frente Cívico en Santiago del Estero. Incluso los partidos nacionales no son homogéneos, sino que varían de provincia a provincia. No es lo mismo el PJ de San Luis que el PJ bonaerense o que el kirchnerismo. Lo mismo se podría decir del radicalismo: no es lo mismo la UCR de Córdoba que la UCR de Santiago del Estero, que está aliada con el kirchnerismo a nivel nacional y con bases peronistas a nivel provincial. Hay dos líneas de investigación en el área de democratización subnacional. Por un lado, quienes realizan estudios cuantitativos y buscan hacer índices de democracia y, por otro, quienes hacemos estudios de casos y consideramos que cada provincia, más allá de sus semejanzas, tiene características propias que hay que investigar en profundidad para entender realmente los procesos de democratización. El problema de los índices de democracia es que miden algunos aspectos del régimen de una manera más superficial y asignan un puntaje que termina pareciendo como si uno les pusiera nota a las provincias. Estos índices esconden procesos más complejos. Por ejemplo, una de las ideas clásicas de la democracia que se mide en los índices es la alternancia. Pero puede haber alternancia y, a la vez, prácticas políticas no del todo deseables. O, como en algunos países nórdicos o Japón, puede ocurrir lo contrario, no hay alternancia de partidos pero las prácticas son democráticas.

¿Cuán desparejo ha sido el proceso argentino de democratización iniciado en 1983?

Creo que, en un plano importante, hay un mínimo de democracia en todo el país. No hablaría de autoritarismo subnacional. Las elecciones son limpias y regulares, más allá de que cada tanto haya denuncias de fraude, y hay libertades civiles y políticas. Puede haber violaciones a los derechos humanos por parte de algunas fuerzas policiales o en las cárceles, pero lo que hay que ver es si esto ocurre de manera sistemática. Dejando de lado esta visión macro, hay muchas variaciones. En algunas provincias, una familia ha estado en el poder desde 1983, o incluso antes.

¿Cómo se deben medir los distintos grados de democratización subnacional?

Para mí no tiene sentido pensar en un ranking. Más interesante que asignar valores a los distintos items que hacen a una provincia democrática o no, me parece entender los mecanismos propios de cada provincia. Incluso en provincias en donde no hay alternancia esto puede explicarse porque el gobernador le da algo concreto y valorado a la provincia y a los electores. A nivel general, las provincias donde hay más competencia política son aquellas con más población y más diversificación económica y social. También hay que pensar en la cuestión de la escala: hay provincias con millones de habitantes y otras que no llegan al millón y donde la concentración de poder es mayor.

¿O sea que las diferencias entre los estados subnacionales no son de régimen político?

La variación está en las reglas y prácticas informales del régimen. Yo entiendo al régimen como una serie de reglas y prácticas formales e informales que regulan el acceso al poder y el ejercicio del mismo. Las instituciones formales serían el Ejecutivo, la Legislatura, el Poder Judicial y las reglas electorales. Pero, al mismo tiempo, hay prácticas informales en el ejercicio del poder que, a mi juicio, son muy determinantes y tienen que ver con la historia provincial, el grado de desarrollo, entre otras cosas. Por eso, más que cambiar las reglas institucionales y formales de las provincias, debe apuntarse la mirada a aquellas prácticas que no son del todo democráticas y están muy arraigadas.

¿La alternancia, entonces, no es el factor determinante de la democratización?

Es uno de los factores, pero cada caso merece un análisis. Puede haber alternancia sin cambios en las prácticas políticas y eso no sería democratización. A veces ocurre lo contrario. De todas maneras, siempre me parece mejor que exista alternancia. Pero lo que quiero decir es que por sí sola no garantiza nada. Por ejemplo, en San Luis hay que ver qué cambia con la llegada del gobernador Claudio Poggi, electo en 2011. En Catamarca también hubo alternancia luego del caso María Soledad, pero si bien hubo un cambio de partido, llegó al poder una familia tradicional de la política, la familia Castillo, y lo que hay que investigar es qué cambió en la forma de hacer política con la alternancia. En 2011, después de muchos años en los que el peronismo estuvo fuera del poder, volvió una integrante de la familia Saadi. Esto no implica que vaya a gobernar de la misma manera, pero sí nos muestra que es reducido el grupo de quienes pueden acceder al poder.

En su trabajo también propone que la democratización subnacional afecta a la democracia nacional. ¿Cómo se manifiestan estos efectos?

La democracia supone que hay cierta igualdad de derechos para todos los habitantes de un país. Pero en un país federal donde cada provincia tiene su propia policía, donde la salud y la educación están descentralizadas, puede haber mucha variación en el ejercicio de los derechos. La policía bonaerense puede no ser igual a la de Córdoba o a la de Santiago del Estero bajo el gobierno de Juárez, donde un opositor al régimen podía no sólo ser espiado, sino incluso asesinado. Los servicios de salud y educación que se brindan en una provincia pueden ser muy distintos a los que se brindan en otra. Entonces, el ejercicio de los derechos, que se presupone como igual en todo el país, en realidad es muy dispar y cuando hablamos de la democracia nacional, tenemos que pensar en cómo se practica esta democracia en distintas partes del país.

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