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Los siete jinetes de la gobernabilidad del día después

04 septiembre de 2013

(Columna de Maximiliano Campos Ríos, politólogo y editor de Espacio Políticos)

Luego de octubre, el Gobierno Nacional deberá gobernar en un contexto con condiciones nuevas. Las siete claves para mirar.

28 de octubre será el primer día de gobierno luego de las elecciones legislativas y también empezará la carrera por la sucesión presidencial, pero será, también, el primer día de gobernabilidad bajo nuevas condiciones y circunstancias. Siete cuestiones aparecen como importantes en la agenda de la gobernabilidad.

La interna peronista: Con la mirada puesta en 2015, la interna del PJ se desatará con fuerza a partir de octubre, y lejos está la posibilidad de que todos se unan atrás de una sola figura. El actual presidente interino del PJ, Daniel Scioli, llamó a dirimir candidaturas presidenciales por medio de internas. La pelea se dará por los símbolos y sellos pero, sobre todo, como una estrategia para frenar a Sergio Massa y a otros peronistas con aspiraciones. La falta de un liderazgo fuerte por fuera de CFK llevará la interna del PJ a nivel nacional y podría ser la clave de la sucesión. En principio dos sectores aparecen fuertes: uno liderado por CFK, Scioli y gobernadores e intendentes afines y, otro, por el peronismo federal con José Manuel de La Sota, los Rodríguez Saá, Francisco de Narváez, Hugo Moyano y, sobre todo, el “massismo”, ese “Tigre de papel” (Verbitsky dixit) que consiguió tres millones de votos en la PASO.

La Liga de Gobernadores: Los gobernadores jugarán un papel central luego de octubre. En primer lugar, aquellos cercanos a la Casa Rosada deberán debatirse entre su apoyo incondicional versus el salto a un espacio opositor que no aparece aún con la claridad y nitidez con la que se suelen tomar este tipo de decisiones. Sin embargo, deberán definirse, y eso sellará la suerte de muchos de ellos, de los cuales catorce no tienen posibilidad de reelección y deberán comenzar a trabajar de cara al 2015 para asegurar la sucesión en sus provincias. En esta línea, la derrota que varios sufrieron en las PASO y la evaporación de las mayorías abrumadoras de los que sí ganaron funcionan como poderosos incentivos para empezar a buscar “un lugar bajo el sol” de esta nueva etapa que comienza.

Rebelión en la granja: Los intendentes bonaerenses serán los actores fundamentales para el armado electoral de cara al 2015. Algunos ya anunciaron su posicionamiento a favor de Massa y jugaron fuerte. Si en octubre se repite una derrota del oficialismo, esto llevará a que muchos otros comiencen a rebelarse contra el Gobierno Nacional en pos de asegurar su lugar y mantener su poder distrital. Scioli deberá mantener la concordia con los mismos, a la vez que mantener buenas relaciones con el Gobierno Nacional, para asegurarse una candidatura presidencial. El gobernador bonaerense deberá actuar, una vez más, como un dique de contención para los intendentes, atendiendo sus demandas, evitando una ruptura con el Gobierno Nacional y, sobre todo, previniendo que la merma lo deje sin sostén político para gobernar una legislatura provincial que se avizora “renovadora” y complicada.

El frente sindical: El sindicalismo será un problema que se deberá atender para evitar conflictos. La CGT oficialista perdió el apoyo del “sector de los gordos” compuesto, entre otros, por Oscar Lescano y Héctor Daer, quien ocupa el undécimo puesto de la lista de diputados de Massa. Por otro lado, Moyano decidió jugar en estas elecciones, y podría convertirse en uno de los principales problemas del Gobierno, ya que apoya abiertamente la candidatura de Francisco de Narváez, aunque es posible que esta alianza no prospere después de octubre, y que Moyano pase a integrar un armado más grande. Tres temas principales serán las puntas de lanza de los reclamos gremiales: la inflación, el Impuesto a las Ganancias y los encuadramientos sindicales.

La economía: La inflación y la política cambiaria serán dos temas que deberá atender el Gobierno. La inflación y el incremento de precios afectan principalmente a los trabajadores; un sinceramiento al respecto podría ser el comienzo de la solución. La devaluación de Brasil, y los augurios de los principales especialistas, invitan a pensar que la Argentina seguirá este camino, que permitiría mantener competitividad, pero llevaría a una posible escalada inflacionaria. CFK desmiente esta posibilidad en cada discurso. Si bien desde el Gobierno niegan una caída en la producción, los principales analistas afirman lo contrario. Una devaluación, la inflación y la caída de la producción, podrían empujar a un destino que el Gobierno parece temer: la estanflación. Para evitar esto, podrían utilizar reservas para impulsar el crecimiento, pero una caída de estas complicaría aún más panorama.

El manejo de las cámaras: En Diputados, el presidente es elegido por sus pares. La oposición, desde la UCR hasta De Narváez, ya sinceraron sus intenciones de presidir el cuerpo para evitar lo que ocurrió después de 2009. De respetarse los números de las PASO, el oficialismo lograría retener el quorum propio y podría mantener la presidencia del cuerpo, salvo que haya cambios en los aliados provinciales como el MPN, en el que la lista está compuesta por opositores al Gobierno, y los bloques de Proyecto Sur y Nuevo Encuentro, en elcual podrían darse cambios y alterar los planes del oficialismo y la oposición. Por el contrario, el manejo de los bloques legislativos será otro tema importante. Migue Angel Pichetto parece número fijo a retener su lugar en la bancada oficialista de senadores, pero no así Juliana Di Tullio en Diputados, ya que una derrota en la provincia de Buenos Aires, podría traer cambios (y conflictos) en este sentido.

La Justicia: Luego de los tironeos suscitados por el paquete de leyes impulsados por la Casa Rosada sobre la llamada “Reforma Judicial”, la Ley de Medios podría abrir una brecha entre el Gobierno y la Justicia que complique aún más la gobernabilidad luego de octubre. La Ley de Medios (la madre de todas las batallas) tendrá su capítulo final en la Corte Suprema. Un fallo favorable al Gobierno podría ser un espaldarazo importante para el oficialismo, que podría aprovechar el envión para radicalizarse. Un fallo contrario podría ser la estocada final y el comienzo de una guerra sin cuartel entre la Corte, el Gobierno y el Grupo Clarín, que complique aún más el camino hacia 2015.

En conclusión, entre los discursos triunfalistas y negadores de realidades contundentes, y los discursos extremistas que plantean una “desestabilización” (por propios y ajenos), lo más realista sería poner el foco en estos siete problemas, que se avizoran importantes para la gobernabilidad y que deberán afrontar los actores a partir del 28 de octubre.

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