(Columna de Facundo Matos)
Observar quien gobierna los municipios bonaerenses es una forma de anticipar tendencias, aunque también presenta limitaciones.
A grandes rasgos, los 11,6 millones de electores que tiene la provincia de Buenos Aires se dividen en tres tercios: uno corresponde a la Primera Sección Electoral (4,05 millones de votantes), otro a la Tercera Sección (4,09 millones) y el restante (3,5 millones) al interior provincial. Cada uno de ellos ha tenido en los últimos tiempos particularidades, formatos de representación política relativamente disímiles y comportamientos electorales más o menos estables.
PRIMERA SECCION
Es la zona más permeable a opciones no peronistas, ?y en la actualidad también al peronismo no kirchnerista que representa el Frente Renovador?. Allí la pelea en este caso se dará entre Mauricio Macri y Sergio Massa. En 2013, el PRO y el Frente Renovador fueron aliados, por lo que la distribución entre uno y otro de las adhesiones obtenidas en esta zona no está clara. Cuántos de los votos que lograron en coalición hace dos años irán a parar a uno o al otro en estas elecciones es algo que difícilmente se pueda determinar.
De los 24 municipios que engloba la Primera Sección, 13 están en manos de intendentes del Frente para la Victoria (FpV): Campana, Escobar, Las Heras, General Rodríguez, Ituzaingó, José C. Paz, Luján, Marcos Paz, Moreno, Morón, Navarro, Suipacha y Tres de Febrero. En total, habitan esos municipios 1,8 millones de electores, el 16% del padrón provincial. En el otro extremo, está el PRO, que apenas tiene una intendencia (Vicente López), aunque suma dos más si se contabilizan San Isidro y Malvinas Argentinas, cuyos intendentes trabajarán para la boleta de Macri a nivel presidencial. Entre los tres, sumaron en 2013, 748.380 votantes, el 6% de los bonaerenses habilitados para sufragar.
Por su parte, la situación del Frente Renovador es la más dinámica. Dos años atrás, la lista de diputados nacionales encabezada por Massa contaba con el apoyo de 12 intendentes, los de Escobar, San Martín, Hurlingham, Malvinas Argentinas, Mercedes, Merlo, Pilar, San Fernando, San Isidro, San Miguel, Tigre y Vicente López ?donde Jorge Macri selló una alianza con el massismo?, lo que alcanzaba a reunir a 2,3 millones de votantes, el 20% del padrón del distrito. Tras la salida de Sandro Guzmán, Jesús Cariglino, Gustavo Posse y el quiebre de la alianza PRO-FR, el massismo conserva predominio sobre el 15% del electorado (1,7 millones de personas).
Si bien ni los votos que recibió Massa en 2013 en los municipios massistas son indefectiblemente votantes suyos para la Presidencia ni son los únicos, no es menos cierto que en los distritos donde el intendente era del Frente Renovador fue donde mejores resultados obtuvo (como Tigre, San Isidro y San Fernando, con diferencias superiores a los 40 puntos).
En ese sentido, ante la fuga de Guzmán, Cariglino, Posse, Darío Giustozzi (de la Tercera Sección) y la ruptura con Jorge Macri, Massa no pierde pero al menos pone en juego los 522.094 votos que recibió en 2013 en esos distritos.
TERCERA SECCIÓN
Los 19 municipios que comprenden esta franja se caracterizan por una marcada supremacía del peronismo y por una baja competitividad y competencia, dado que por un lado el partido ganador es siempre el mismo (el peronismo) y por otro, los ganadores, lo hacen por diferencias muy abultadas.
En la actualidad, la distribución de las intendencias arroja precisamente una posición hegemónica del peronismo kirchnerista (FpV), que gobierna 17 partidos (18 en caso de que se concrete el pase del ex intendente de Almirante Brown, Darío Giustozzi y su delfín Daniel Bolletieri), contra apenas uno del peronismo disidente (Frente Renovador, en Magdalena).
Antes de la salida de Giustozzi del massismo, el FpV gobernaba mediante sus 17 intendentes al 91% del electorado de la Tercera Sección Electoral (4,6 millones), mientras que el FR reunía al 9 por ciento restante. Después, el portazo del ex intendente de Almirante Brown dejó al massismo prácticamente sin presencia en esa área.
INTERIOR BONAERENSE
Las demás secciones es donde el radicalismo logra históricamente sus mejores resultados y en lo que ahora el PRO apunta para nivelar su inserción deficitaria en el conurbano.
Más aún, un buen resultado en el interior provincial le podría sumar a la hora de construir un bloque sólido del macrismo en la Legislatura bonaerense, dada la sobrerrepresentación de las secciones menos numerosas en el órgano legislativo. Mientras la primera sección Electoral cuenta con 15 diputados y 8 senadores, la cuarta posee 14 diputados y 7 senadores. Es decir, solo un diputado y un senador menos, cuando en la Primera Sección había 4,05 millones de votantes en 2013 y en la Cuarta, apenas 488.475. De esto surge, según María Matilde Ollier, que la Primera Sección encierra una representación de 321.259,53 habitantes por diputado y 602.342,88 por senador, mientras la Tercera cuenta con 260.131,11 habitantes por diputado y 520.262,22 por senador.
A pesar de todo, el conteo de votos según municipio tiene sus limitaciones. De cumplirse este análisis, el PRO no tendría posibilidades en la provincia y por ende, Macri estaría prácticamente imposibilitado de ser electo Presidente. Por el contrario, el macrismo espera que la boleta presidencial que encabezará Macri obtenga cerca del 25% de los votos de la Primera Sección, alrededor del 30% en el interior bonaerense y poco menos del 20% en la Tercera, lo que le permitiría lograr un promedio del 25% en el distrito que concentra el 37% del padrón nacional, es decir, una décima parte del electorado nacional, sobre la cual sumaría principalmente los votos que recibirá en los otros grandes distritos, donde sí tiene mayor peso. A su vez, la supremacía del FpV en cantidad de intendencias daría por concluida la elección en favor del candidato oficialista.
