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“Scioli y Macri se están corriendo al centro”

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31 julio de 2015

(Entrevista a Ricardo Rouvier, sociólogo)

Estamos a pocos días de las PASO. ¿Cómo está el interés de la población?

La conciencia de la población, pese a la cercanía del 9-A, todavía está fría y, al menos entre los porteños, hay cierto cansancio por la repetición de elecciones. Mientras se acerque la fecha, la gente se va a ir preparando. Por ahora no hay un interés excesivo. Además, el 35% de la población va a participar de unas PASO, como las del FpV, en las que no habrá competencia y eso le quita cierto interés. No hay tanta puja como sí la hay a nivel subnacional.

Comentaba recientemente que las PASO funcionan como una suerte de “espejo” para la sociedad. ¿Podría ampliar ese razonamiento?

Es una manera que tiene el elector de mirar su voto. Va, vota y a la noche se entera de cuántos más lo han acompañado. Si perdió, ganó y por cuánto. Ahí razona sobre la importancia y el valor de su voto. Al mirarse al espejo, hay un sector que tiende a cambiar su voto porque ve que su voto no sirvió o porque el candidato que votó en las PASO ya no está más en competencia y el que ganó quizás no le gusta y tiende a irse del espacio. Todos estos flujos que se producen después de las PASO obligan a ser prudentes sobre qué puede pasar en primera vuelta y, eventualmente, en segunda.

¿Qué lectura nacional hace de las elecciones porteñas?

Ninguna de las elecciones distritales influye en forma decisiva en la elección nacional. Pero hay elecciones que, aun sin ser decisivas,influyen un poco más. Lo que ratifica las elecciones porteñas es que, salvo en Mendoza y Tierra del Fuego, han ganado los oficialismos. Esto va mostrando que se afirma la continuidad del mosaico político provincial existente, con prevalencia del peronismo y con partidos provinciales que terminan aliándose con el Gobierno. Ese escenario es más propenso y amigable a Daniel Scioli que a Mauricio Macri. Veo al PRO con dificultades porque ganó la Capital apretadamente y antes no había ganado en otros distritos. Esto se suma a la debilidad original que ya tenía en materia de poder institucional: tiene bloques legislativos muy pequeños y no tiene gobernadores ni grandes intendencias.

Desde el PRO dicen que, al margen de los resultados locales, Macri“mide bien” en Santa Fe y Córdoba.

Sí, así es. Pero a lo que yo apuntaba en la respuesta anterior era a la debilidad territorial del macrismo. Al peronismo le resulta más fácil llegar a los distintos distritos del país porque encuentra mayor tejido institucional del que puede encontrar el PRO.

¿El favoritismo por los oficialismos y la continuidad explica el giro discursivo de Macri?

Esa fue una decisión anterior al balotaje. El discurso del domingo 19 ya estaba preparado. Es un giro lógico. El PRO sabe que está débil, está apostando a una segunda vuelta y, para jugarla, necesita el voto independiente. Advirtió en las encuestas que gran parte de la población quiere que haya cosas que continúen, y que constituyen una suerte de reserva del kirchnerismo. Con su discurso, Macri intenta desarmar esa reserva diciendo 'esto no es sólo de ustedes y yo también estoy de acuerdo con estas cosas'. Se está corriendo hacia el centro. Es una tendencia que estamos viendo en todas las campañas electorales en Occidente. Hay una crisis de las ideologías extremas y se ha vuelto popular la avenida del centro. Scioli también se está corriendo más hacia el centro: tuvimos su primera etapa kirchnerista y ahora tendremos una tendencia de corrimiento hacia el centro.

¿Qué explica la consolidación del FpV en los últimos meses?

La fórmula Scioli-Zannini es la tercera etapa del acople entre el kirchnerismo y el peronismo. Scioli, sin ser una figura que exprese al kirchnerismo duro, expresa su lealtad al FpV y está, al mismo tiempo, adentro y afuera. En los bordes. Desde el punto de vista electoral, esta ubicación le viene fenómeno. Es eficaz. Si la fórmula fuera kirchnerista pura, hoy tendríamos menos posibilidades de un triunfo. Hay una porción un poco más grande que un tercio de la sociedad que no es kirchnerista ni anti. Es la que decide la elección. Seguramente esté cansada de algunas formas típicas del FpV y algunas cosas le gustarán y otras no. A esos votantes hoy se dirige Scioli.

Sergio Massa luce lejos de la pelea grande pero, sin embargo, mantiene un caudal más que interesante. ¿A qué se debe su resiliencia?

Desde un primer lugar, Massa se ubicó en un lugar muy complicado acá y en cualquier lugar del mundo: en el medio entre el oficialismo y la oposición. Con una figura como la Presidente que provoca, tira de la cuerda, abroquela a la oposición y polariza la elección, esa ubicación en el medio se vuelve aún más difícil de sostener. El que está en el medio se queda sin oxígeno y espacio. Asimismo, el FpV resolvió la cuestión de la avenida del medio con Scioli, y Macri también se corrió hacia el centro. Están todos corriendo por la avenida del medio. Estos movimientos reducen las posibilidades de diferenciación de Massa y la posibilidad del “cambio justo”, como dice su slogan. También tuvo errores de campaña, pero eso es una cuestión aparte. La polarización que produce la propia Presidenta hace que Massa quede muy apretado entre Scioli y Macri. No está fuera de carrera, pero está lejos.

Finalmente, el kirchnerismo logró lo que muchos comentaban que era su escenario base ideal: tener un candidato competitivo y tener enfrente a “la derecha”.

Así es. Este era el escenario esperado por el FpV. Haberlo tenido a Massa como principal opositor hubiera sido un problema por la seducción que podría haber generado en los gobernadores, intendentes, diputados y senadores peronistas. Macri no tiene riesgo de hacer eso. Los oficialismos locales que no son del FpV, por ejemplo, el de La Pampa o el de Neuquén, se pueden encolumnar más fácilmente con Scioli que con Macri.

¿Cómo está viendo las PASO del FpV en la provincia de Buenos Aires?

La fórmula Aníbal Fernández-Martín Sabbatella sigue liderando, como desde el inicio, pero la distancia se achicó. Pero faltan tres semanas y hay factores imponderables, como el rol de los intendentes del conurbano, que no aceptan la candidatura de Sabbatella, que son difíciles de mensurar.

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