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España mañana será? ¿qué será?

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21 diciembre de 2015

(Columna de Jacobo Martínez Fernández * y Eduardo Rivas **)

Las elecciones de ayer en el Reino de España supusieron un escenario original e impensado para los españoles, puesto que ninguno de los partidos que participaron de los comicios se encuentra en posición cierta de poder formar gobierno.

Al igual que en la Argentina cuando en octubre se eligieron legisladores, el componente parlamentario es sumamente disperso y variado, con diez partidos diferentes con escaños en Diputados (uno menos que en la Legislatura anterior) pero con una mayor proximidad entre los representantes de cada partido.

Estos comicios trajeron la confirmación del poderío electoral de fuerzas emergentes tanto de izquierda, como Podemos, o de centro (liberal y demócrata), como Ciudadanos, que desde ambos lados del arco ideológico, buscan brindar soluciones a los históricos votantes de las fuerzas tradicionales (Partido Popular y Partido Socialista Obrero), desencantados con las estructuras clásicas. Asimismo, y como consecuencia del sistema electoral ibérico que en ese punto es similar al argentino al no tener distrito único para la elección de legisladores, el desequilibrio entre votos y escaños es sumamente dispar, puesto que no sirve sumar votos a escala nacional sino que es fundamental el concentrar la recolección de votos en determinadas provincias que tienen mayor participación en cantidad de escaños.

Mientras en la Legislatura anterior el gobernante Partido Popular contaba con diez diputados por encima de la mayoría absoluta, tras las elecciones de ayer ninguna fuerza emerge con capacidad de formar gobierno prontamente y, mucho menos, de alcanzar la mayoría de 176 escaños de manera solitaria.

La primera consecuencia de estos comicios es que voló por los aires, paradójicamente este día, el sistema bipartidista, puesto que mientras que en 2008 los diputados del Partido Socialista Obrero Español y el Partido Popular acumulaban el 92,2% de los escaños, en la Legislatura siguiente, en 2011, la participación de ambos partidos retrocedió al 84,5% y en la elección de ayer se contrajo aún más, alcanzando apenas el 60,8% de los diputados.

Como ocurriera tras 2001 en Argentina, aunque por razones diferentes, los partidos deben reconfigurar sus estrategias puesto que están 'obligados' a establecer tratativas con sus pares para poder alcanzar situaciones de poder reales.

En Argentina, con un sistema presidencialista como el que tiene, las negociaciones se realizan previo a los comicios, y esto provoca que en ambas Cámaras legislativas nacionales la fuerza política del Presidente esté en marcada minoría. En el Senado, sus apoyos directos reúnen tan sólo el 20% de los parlamentarios y en la Cámara de Diputados apenas el 35% de los legisladores.

En el caso español, los acuerdos se dan tanto pre como posterior a los comicios, y esta es la etapa que se abre en la Madre Patria por primera vez en la historia. Históricamente uno de los dos partidos políticos más importantes (PSOE o PP, este último en sus diferentes versiones) en solitario o con socios menores, lograban formar gobierno. Hoy no alcanza con este tipo de configuración y, probablemente, no alcance tampoco con acuerdos políticos más amplios.

Los escenarios que se abren

1. Acuerdo de 'centroderechas'. El Partido Popular acuerda con Ciudadanos y acumulan 163 escaños, quedando a 13 escaños de la mayoría absoluta, con lo cual necesita sumar socios a la coalición en el ámbito nacionalista. Esta posibilidad tiene, al menos, dos claros impedimentos. En primer lugar -y ya antes de la jornada de votaciones-, el líder de Ciudadanos había afirmado que no pactaría con ninguna fuerza “tradicional”, personificando en PP/PSOE, y la segunda es que dada la política llevada adelante por el PP en la Legislatura que acaba de finalizar, el apoyo de las diferentes variantes nacionalistas no se ve muy factible (¿quizás el Partido Nacionalista Vasco y/o Coalición Canaria?).

2. Acuerdo de 'centroizquierdas'. El Partido Socialista, junto a Podemos, Esquerra Republicana (sólo apoyaría si se le autorizase al referéndum, cosa que apoya podemos pero que niega rotundamente el PSOE) y Unidad Popular suman 168 votos, un poco más cerca de la posibilidad de formar gobierno que el caso anterior, pero aún distantes del mágico 176 que garantiza la constitución de gobierno. Este acuerdo es más posible, pero tiene la contrariedad de no incluir a la fuerza más votada, situación que se ha dado en ámbitos inferiores tales como comunidades autonómicas o provincias, pero nunca en el ámbito nacional. Asimismo, faltaría incluir fuerzas que aporten los 8 votos faltantes, y obtenerlos no sería una tarea sencilla (una vez más, ¿quizás el Partido Nacionalista Vasco y/o Coalición Canaria?).

3. Acuerdo 'a la alemana'. Emulando lo realizado por Ángela Merkel (CDU-CSU) y Sigmar Gabriel (SPD) en Alemania, una opción sería que los dos grandes partidos españoles se unieran para formar una gran coalición. Esta subsumisión del PSOE al PP puede ser una suerte de bomba de oxigeno que posibilite a la fuerza de izquierda (entre comillas) un reposicionamiento de cara a la próxima Legislatura. Tal situación generaría un desencanto para gran parte del electorado que la apoya y quizás su suicidio político. Sin embargo, es un escenario que se analiza en términos puramente teóricos puesto que nunca se dio a escala nacional, aunque sí en ciertas situaciones puntuales y ante circunstancias políticas muy particulares, por ejemplo en Euskadi.

4. Gobierno a lo Macri. Como en el caso del Presidente argentino que está en franca minoría en ambas cámaras legislativas, el Partido Popular podría proponerse el gobernar en minoría y negociar pequeños acuerdos temporarios en torno a ciertas políticas a implementar desde el Ejecutivo. Este es un escenario que tampoco nunca se verificó más que por cortos períodos, pero nunca al inicio de una Legislatura, puesto que lo estimula el sistema parlamentario es la formación de coaliciones de gobierno. Este escenario sería similar al que ocurrió en los últimos tiempos en Italia con la formación y caída de gobiernos en breves plazos de tiempo.

5. Convocatoria a elecciones. El último escenario posible es que, ante la imposibilidad de formar gobierno, se convoque nuevamente a elecciones con la posibilidad de que los partidos históricos tomen posiciones en desmedro de las fuerzas emergentes y se reinstale un bipartidismo clásico (¿con las mismas cabezas de lista tipo segunda vuelta o con nuevas cabezas de lista?), o que en estos nuevos comicios se replique una situación similar actual, o quizás aún con incremento, posible, de votantes a Ciudadanos y Podemos, fruto de todavía más desencantados con las fuerzas tradicionales. En caso de darse el primer escenario sería un retroceso en la apertura a nuevas voces en el Parlamento español mientras que, de darse el segundo escenario, se estaría aún peor que hoy, puesto que la realidad sería la misma que la de ahora pero tras una segunda consulta electoral y el impacto que ello tendría en la ciudadanía.

El escenario que se abre entonces para la madre patria es sumamente complejo y, a la vez, atrapante, puesto que cualquiera de los caminos que se adopten será nuevo y exploratorio para los españoles. Como decíamos al inicio, quizás nos encontramos ante una nueva “pseudo” transición -ahora abrazados de lleno a la Unión Europea- y, por ello, España mañana será? ¿qué será?

* Licenciado en Derecho (Universidade de Vigo). Magister en Estudios da Unión Europea (Universidad de A Coruña). Especialista en Comercio Internacional (Universidade de Santiago de Compostela). https://es.linkedin.com/in/jacobommf | @jm198_

** Licenciado en Ciencia Política (Universidad de Buenos Aires). Magister en Estudios da Unión Europea (Universidad de A Coruña). https://ar.linkedin.com/in/eduardo-rivas-92719916 | @eduardorivas07

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