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“La comunidad politológica de Argentina es muy vibrante”

martin-d-ales
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30 agosto de 2021

el estadista dialogó con Martin D'Alessandro, Presidente de la Sociedad Argentina de Análisis Político (SAAP) y flamante Vicepresidente de la Asociación Internacional de Ciencia Política, sobre el contexto político argentino y el XV Congreso Nacional de Ciencia Política (organizado por SAAP) y el XIV Congreso Nacional y VII Congreso Internacional sobre Democracia (organizado por la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario), que se realizarán de manera conjunta en Rosario entre el 10 y 13 de noviembre.

¿Qué se pone en juego en las próximas legislativas? ¿Podemos esperar la consolidación de un liderazgo opositor?

La respuesta inmediata es la institucional: la mitad de la Cámara de Diputados, un tercio del Senado, etcétera. Pero en términos más políticos, creo que se pone en juego la viabilidad de este tercer kirchnerismo, que no tiene los recursos materiales, ni la cohesión, ni la narrativa, ni los resultados, ni el liderazgo, ni la débil oposición que tuvieron las experiencias anteriores. Si estos que fueron los principales factores explicativos de la potencia del kirchnerismo ahora no están, y sin embargo el Gobierno gana la elección, entonces tendremos que buscar nuevas claves para el análisis de la política argentina. Se afianzaría la hipótesis del congelamiento del sistema de partidos, es decir, que los caudales electorales están fijos de antemano, mientras que los desempeños están en un segundo o tercer plano. En cuanto a la oposición, no me parece que se vaya a definir del todo el liderazgo opositor. Por supuesto que un triunfo de Diego Santilli y una ventaja amplia de María Eugenia Vidal fortalecerían aún más el proyecto de Horacio Rodríguez Larreta, pero no creo que se terminen los movimientos internos en Juntos por el Cambio, sobre todo si las perspectivas del Gobierno empeoran de cara a 2023.

¿Como imagina, en términos políticos y legislativos, los próximos dos años de Gobierno?

Aparentemente, los problemas políticos serán más importantes que la agenda legislativa, que no viene siendo muy relevante. Lo mejor para el funcionamiento democrático del Congreso sería que se reabrieran los vasos comunicantes entre Gobierno y oposición, y no que siga siendo un tablero más de la falta de entendimiento entre los actores políticos. La negociación es una de las funciones fundamentales del Parlamento, y lo es mucho más si el sistema de partidos está congelado, porque cuando hay poco “mercado” electoral (es decir, muy pocas personas pueden cambiar su voto del gobierno a la oposición y viceversa), la negociación entre las elites es fundamental. La democracia necesita cierta flexibilidad política para poder lograr acuerdos en lo fundamental, y esa flexibilidad, si no la provee el “mercado político”, la tienen que proveer los líderes. Por eso la polarización ya no solo es insoportable y de muy bajo vuelo, sino que imprime una incertidumbre tan grande al sistema político que ya empieza, por lo anterior, a poner en riesgo a la democracia.

Justamente, el próximo Congreso Nacional de Ciencia Política se titula "La democracia en tiempos de desconfianza e incertidumbre global". ¿Cómo afecta la desconfianza e incertidumbre global a la democracia y hay, en el caso argentino, alguna dinámica propia y exclusiva con respecto a la desconfianza política?

La desconfianza y la incertidumbre pueden ser positivas. De hecho, son dos de las grandes ventajas de la democracia: porque hay desconfianza existen los mecanismos de control sobre los gobernantes, y la incertidumbre permite que haya competencia electoral para elegirlos. Ahora bien, como ya sabía Aristóteles, la desmesura genera desequilibrios ruinosos, y ahora el mundo es tan cambiante y los políticos tan sospechosos, que se están oxidando las bases y los modales de la democracia en muchos países. Es una tendencia global que nos afecta. Pero además, en Argentina tenemos nuestra propia versión de la receta para descreer de la democracia y la política: por un lado una proverbial escasez de resultados y, por otro, un recalentamiento polarizador que alimenta con anabólicos a la desconfianza de si el otro realmente acepta el régimen. De allí a la languidez democrática hay un paso.

¿Qué podemos esperar del congreso de noviembre?

Por un lado, lo mismo que en todos los otros congresos de la SAAP: los y las colegas de la ciencia política exponiendo sus avances de investigación para enriquecerlos con los comentarios de sus pares. Pero además, desde luego, este año habrá muchos y buenos análisis sobre el impacto de la pandemia sobre diferentes dimensiones de la política. Será un congreso presencial en la ciudad de Rosario, en noviembre, y eso viene generando mucho entusiasmo por el reencuentro que todos necesitamos como miembros de una comunidad científica (¡y como seres humanos!), pero los invitados internacionales nos acompañarán vía remota.

¿Cómo cree que está cambiando el rol del politólogo en la política?

La ciencia política viene creciendo exponencialmente como disciplina científica y también como profesión que se desarrolla en diferentes terrenos, entre ellos la actividad política. Por eso hay más conocimiento científico sobre cómo funciona la política, que es a la vez usado por infinidad de funcionarios, asesores y políticos. Entre estos últimos se me ocurren algunos nombres, pero hay más y la lista seguirá creciendo: Gabriela Michetti, Juan Abal Medina, Marcos Peña, Santiago Cafiero, Alfredo Cornejo, Carla Carrizo, Daniela Castro, Carolina Castro, Cecilia Nicolini, Daniel Arroyo, María Eugenia Vidal, Gladys González, Malena y Sebastián Galmarini, Fernando Straface, Leandro Santoro, Soledad Acuña, Christian Asinelli, Laura Alonso, Luana Volnovich, Martín Buzzi, Gustavo Marangoni, Fernando Sánchez, Lilia Puig, Silvia Lospennato, Camila Crescimbeni, Daniela Vilar, etcétera.

¿Cree que los jóvenes están dando una nueva impronta a la disciplina o afianzan la tendencia de las generaciones pasadas?

Creo que la comunidad politológica argentina es muy vibrante, y produce mucho más conocimiento de lo que el público en general y la política se imaginan. Y eso ocurre por la interacción continua entre los grandes y los más jóvenes en las aulas, en los grupos de investigación, en las publicaciones y en los zooms. No es cierto que los jóvenes estudien temas nuevos y los más grandes temas tradicionales. La innovación, las ideas nuevas, la comprobación y el perfeccionamiento de las ideas viejas, todo eso se hace entre todos y todas. La SAAP trabaja muchísimo para que esos esfuerzos no sean aislados y la comunidad sea efectivamente parte de un colectivo del que todos estamos realmente orgullosos.

+ info https://congreso15.saap.org.ar/

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