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¿Cómo se fabrica un best seller político?

Sinceramente
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01 septiembre de 2021

Fragmento de “¿Cómo se fabrica un best seller político?”, el nuevo libro del sociólogo Ezequiel Saferstein (Siglo XXI, 2021)

En octubre de 2013 una periodista del suplemento de cultura del diario La Nación publicó una nota titulada “Los libros de un país dividido”. Allí, autores y editores brindaban sus puntos de vista sobre un fenómeno editorial que comenzaba a llamar la atención: el “nuevo” boom de los libros de denuncia periodística, biográficos, de ensayo y de divulgación histórica, que retrataban al Gobierno kirchnerista desde un lado u otro de la “grieta”.

El texto recorría los principales best sellers, libros de venta rápida y masiva, que tenían algo para decir ?a favor o en contra, casi sin medias tintas? acerca del fenómeno político más controvertido desde el retorno de la democracia. Si hacemos memoria, los libros ocuparon lugares destacados en la discusión política argentina.

En un país donde la cultura letrada e impresa es tan valorada, el mundo del libro ha sido una fuente de ideas y valores políticos. Desde que Néstor Kirchner asumió el poder en 2003 hasta que Cristina Fernández de Kirchner se lo entregó al Gobierno de Cambiemos en 2015, decenas de “best sellers políticos” fueron publicados por las grandes editoriales, difundidos masivamente y consumidos por amplios sectores de la población.

Durante aquellos doce años, los libreros recibían cajas repletas de libros, entre los que se destacaban tres grandes temas: los que puntualizaban la ya recurrente “identidad argentina” como explicación de nuestras reiteradas crisis; los que se enfocaban sobre la cuestión de los derechos humanos, el pasado reciente y los juicios de lesa humanidad; y los que investigaban, apreciaban o criticaban los modos en que Néstor y Cristina ejercían el poder, sobre todo en torno al señalamiento de la corrupción política.

Por pedido de la editorial, por orden de los encargados de las librerías o por el reflejo automático de un librero que entiende cuáles títulos se venden más y cuáles menos, esos libros eran acomodados en las vidrieras y mesas más visibles. No hacía falta ser un visitante regular para darse cuenta de ello. Cualquier persona que paseara por la calle y mirara ?aunque fuese de reojo? hacia adentro del local se topaba con carteles alusivos, con la foto de un autor que expresa seriedad y solidez, invitando a comprar otro libro que promete revelar los “secretos del poder”, la “historia jamás contada” o el modo de resolver de manera simple un problema político de vieja data.

Quien se animara a franquear la entrada de la librería habría de enfrentarse, sí o sí, a imponentes pilas en forma de escalera, preparadas con esmero para alertar y hasta atosigar a los futuros lectores. Junto con las sagas juveniles de vampiros, las novelas históricas románticas y los libros de autoayuda y espiritualidad new age, los best sellers políticos coparon las librerías. Y funcionaron muy bien: no faltaba un día sin que hombres y mujeres ?principal aunque no exclusivamente adultos mayores? pertenecientes a los estratos altos y medios altos se acercaran a pedir “el último de” tal periodista, escritor o intelectual que lo había anunciado por la radio, la televisión, el diario o sus redes sociales.

En abril de 2019, en una Feria del Libro colmada de militantes, Cristina Fernández de Kirchner lanzó “Sinceramente” y revolucionó, en un mismo movimiento, la agenda mediática y política y el mercado editorial: en plena crisis económica, vendió 300.000 ejemplares en pocos días y le dio aire al mercado en su peor año. La política vende. Los libros que hablan de ella, también.

Así, durante el kirchnerismo y más allá de sus años en el poder, autores, periodistas, editores y libreros tuvieron su “década ganada” ?hayan respaldado o no a ese Gobierno? gracias a los best sellers políticos que aglutinaron multitudes, unas más fervorosas que otras.

En la Feria del Libro, algunos eventos terminaron en escándalo, como cuando en 2010 una “patota” revoleó sillas en la presentación de “Indec. Historia íntima de una estafa”, de Gustavo Noriega. En los masivos cacerolazos de 2012, cuando la oposición política al kirchnerismo todavía no alcanzaba a emerger, los nombres de Jorge Lanata y Nelson Castro, autores de best sellers y periodistas con grandes audiencias, fueron de los más coreados por los manifestantes, como había sucedido en la famosa “Plaza del Sí” con Bernardo Neustadt y su apoyo a Carlos Menem.

En época de redes sociales, varios de estos libros fueron tendencia en Twitter. Recordemos por ejemplo el célebre “Conmigo no, Barone” que la ensayista Beatriz Sarlo le espetó al periodista al visitar el programa 678 a propósito de la publicación de “La audacia y el cálculo” (2011). O aquella ocasión en que La Nación divulgó el supuesto correo que La Cámpora habría enviado a sus militantes para evitar la difusión del libro en el cual la periodista Laura Di Marco prometía “desnudar” a la agrupación. El éxito de estos best sellers hizo sospechar hasta a sus propios autores: Luis Majul denunció un quiebre de stock de “El dueño” (2009) debido a que el mismo Néstor Kirchner habría mandado a comprar todos los ejemplares para sacarlo de circulación. Hubo también utilizaciones provocativas, como el caso del represor Alfredo Astiz, que ostentó su ejemplar de “Volver a matar” (2009) mientras comparecía ante el tribunal en la primera audiencia del juicio por los secuestros y desapariciones en la ESMA, bajo la mirada indignada de sus víctimas.

Desde sus lugares de intervención ?los medios, la política, la academia, la cultura?, los padres y las madres de estas criaturas se erigieron como activos participantes en la producción de visiones sobre la política coyuntural. Los best sellers políticos y sus autores conquistaron el debate público gracias al boca en boca, a su presencia en la televisión, en la radio, en los diarios, en las redes sociales y en espacios públicos como las universidades, las presentaciones y hasta las salas de los tribunales.

¿Qué función tuvieron estos libros en el debate político? ¿Cuál es el atractivo que los convirtió en best sellers? ¿Es el libro de coyuntura una creación adjudicable solo a su autor? ¿Cómo se hace un best seller de política? ¿Qué rol juegan los editores en el armado de un libro y cuáles son sus inquietudes y compromisos comerciales, culturales, políticos o intelectuales? ¿Cómo funcionó esto durante el kirchnerismo? El libro explora uno de los espacios de producción cultural que más hace para que los principales temas y referentes de opinión en la Argentina reciente se constituyan como tales.

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