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Primarias: instrucciones para un nuevo juego se buscan

20 agosto de 2013

(Columna de Julia Pomares, directora del Programa de Política y Gestión de Gobierno de CIPPEC)

Un dato interesante es que, en esta ocasión, participar en las primarias dio mejores réditos electorales que en 2011

¿Una gran encuesta nacional? ¿Una instancia de democratización interna de los partidos? ¿Una especie de primera vuelta que convierte a las elecciones generales en un balotaje? ¿La solución a los problemas de fragmentación del sistema partidario argentino? Difícil desentrañar para qué sirven las primarias luego de su segunda implementación. Cualquier evaluación conclusiva deberá esperar, por lo menos, a que termine este proceso electoral, pero aquí se presentan cinco argumentos para descifrar los efectos de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias.

1. Este formato de primarias es tan argentino como el dulce de leche. Si bien hay países que tienen primarias obligatorias, que lo sean tanto para los partidos políticos como para el electorado, tanto para los cargos legislativos como ejecutivos y que las agrupaciones políticas tengan que presentarse aunque no haya competencia, no tiene antecedentes que conozcamos. Y es un interesante experimento institucional para analizar sus implicancias y consecuencias.

2. Esta segunda edición de las primarias tuvo muchos más jugadores que la de 2011. En su primera edición ninguna candidatura presidencial se decidió en las primarias. Tampoco hubo importante competencia en las elecciones legislativas de ese año. Solo 1 de cada 10 agrupaciones de las 200 que presentaron candidaturas para diputados nacionales en 2011 había decidido usar las primarias para elegir a sus candidatos. Ese año, si bien hubo algún tipo de competencia en 18 de los 24 distritos del país, en 13 apenas una agrupación presentó más de una lista para diputados nacionales y en los 5 restantes distritos ?Catamarca, Corrientes, Chubut, Formosa y San Luis? hubo competencia en dos agrupaciones. En 2013, de las más de 170 agrupaciones políticas que presentaron precandidaturas a diputados nacionales en todo el país fueron 1 de cada 4 agrupaciones las que abrieron el juego a los votantes (es decir, el 25%).

3. Jugar a las primarias cosechó mejores réditos electorales que en 2011. El aumento en la competencia es muy importante no solamente por la cantidad de partidos políticos y alianzas que acudieron a la ciudadanía para seleccionar las candidaturas sino porque la competencia tuvo lugar en agrupaciones que tuvieron muy buen desempeño electoral. En 2011, sólo en dos provincias la agrupación más votada para la Cámara Baja había presentado más de una lista interna: Formosa y Corrientes (en ambas, el Frente para la Victoria). En 2013, la diferencia es notoria: en 14 provincias la lista que recibió más votos tuvo competencia interna. Es decir, no es sólo el caso de UNEN en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que tanta atracción mediática atrajo. También ocurrió eso en Catamarca con el Frente Cívico y Social liderado por el exgobernador Brizuela del Moral; en Córdoba con la alianza que lideraba el exgobernador Schiaretti; en Chaco con el Frente para la Victoria; en La Pampa con el Partido Justicialista y en otras 10 provincias más. No obstante, no es posible determinar si fueron la lista más votada por ir a primarias (como algunos sostienen para el caso de UNEN en Ciudad de Buenos Aires) o si igualmente iban a ser las más votadas. Tampoco si mantendrán ese caudal de votos en octubre. Pero, a diferencia de 2011, el electorado efectivamente va a haber participado más de la selección de candidaturas de quienes accedan al Congreso en diciembre de 2013.

4. No sólo el radicalismo va a primarias. En 2011, la Unión Cívica Radical fue el partido que más apeló a la competencia. La UCR, sola o con aliados, participó en primarias para diputados nacionales con más de una lista en 14 provincias; el Frente para la Victoria lo hizo en 3 (Corrientes, Formosa y San Luis) y el Frente Popular, en 2 (Corrientes y Santiago del Estero). Compromiso Federal (en Ciudad de Buenos Aires), el Partido Demócrata Cristiano (Catamarca), el Partido Independiente de Chubut y el Partido Social Patagónico (en Tierra del Fuego) tuvieron una sola primaria con competencia. En 2013, el Frente para la Victoria fue a primarias en 7 provincias, además de otras donde lo hizo con aliados. La pregunta del millón es entonces: ¿Logrará este experimento argentino que la interna del peronismo se resuelva en primarias y no en generales? Viendo lo ocurrido en la provincia de Buenos Aires, con el Frente Renovador de Sergio Massa, parece ser un claro límite estructural. Y nada pareciera indicar que la candidatura presidencial del peronismo en 2015 se dirima utilizando las PASO. Ese fue uno de los objetivos de su creación y muy probablemente no lo logre. Si era esperable que lo lograra, es otro cantar.

5. El gran interrogante es cómo el electorado decide el voto entre primarias y generales. ¿Son las primarias un juego de señales para las elecciones generales? ¿De qué tipo? ¿Sofistica la forma de elegir, permitiendo un voto más ideológico en las primarias frente a un voto útil en las elecciones generales? ¿Permite desarrollar un voto más estratégico? ¿Cómo será la transferencia de votos entre ambas elecciones? Aquí no tenemos datos ni certezas. Sólo interrogantes que los partidos están intentando descifrar para encarar las estrategias de campaña para octubre. Y los resultados del juego de 2013 influirán en lo que decidan de cara a las elecciones presidenciales de 2015. ¿Tendremos candidatos presidenciales elegidos en primarias en 2015?

Votantes y partidos políticos están aprendiendo a jugar a este nuevo juego pero vinieron sin instrucciones.

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