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Córdoba: entre la resurrección de Juez y la renovación radical

Las PASO pandémicas le han ofrecido agua al pez. En el ecosistema social de enojo imperante, Juez logró montar una campaña con nombre y apellido: Cristina Fernández de Kirchner.

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21 septiembre de 2021

Por Federico Zapata (*)

Si uno sobrevuela las PASO de Córdoba desde la aritmética, daría la impresión de que en la provincia mediterránea nada se movió. Efectivamente, los porcentajes de las dos fuerzas principales prácticamente repitieron la performance de 2017 (Juntos por el Cambio en torno a los 45 puntos y Hacemos por Córdoba en torno a los 25 puntos). Una dinámica singular del sistema político de la Nueva Andalucía: desde el triunfo de José Manuel de La Sota en 1999, en líneas generales, el peronismo segundea en las elecciones de término medios y se impone en las elecciones ejecutivas. El kirchnerismo también repitió la fotografía de 2017, obteniendo un resultado de 10 puntos porcentuales.

Sin embargo, algo sucedió. La sorpresa de las PASO en la Provincia de Córdoba tiene nombre y apellido: Luis Juez. La política suele dar revanchas, y este mediático dirigente de la capital provincial acaba de demostrar, que como Lázaro de Betania en el Evangelio de Juan, ha resucitado en la vida política de la “Docta”. ¿Por qué sorpresa? Por que Juez logró, en un mismo movimiento, imponerse contra el establishment de la UCR provincial (Mario Negri) y en paralelo, ganarle la pulseada al hasta hace días “dueño” de la franquicia de Juntos por el Cambio “con tonada” (Mauricio Macri). ¿Cómo leer esta elección?

Juez es posiblemente el único político nacido al calor de la Córdoba del 2001. Un líder con un manejo inteligentísimo de los medios de comunicación, arisco a las intermediaciones partidarias (desarmó su propio partido “nuevo”), con un lenguaje y una gestualidad popular-urbana (anclada sobre todo en la capital provincial), y una capacidad de interpelación casi tatuada en la piel de los clímax de la antipolítico local. Un populista a la cordobesa. Con acento, humor y cuarteto.

En ese marco, las PASO pandémicas le han ofrecido agua al pez. En el ecosistema social de enojo imperante, Juez logró montar una campaña con nombre y apellido: Cristina Fernández de Kirchner. Y vía ese eje ordenador, posicionarse como el “adversario” por antonomasia del kirchnerismo nacional, en una provincia, que desde la rebelión policial de 2013 (más que desde la resolución 125), exuda antikirchnerismo. Su lema de campaña sintetiza este ejercicio de antagonismo con ribetes “justicieros”: “Un Juez para Cristina”.

Para los que no recuerdan el episodio, central en la modelación de la identidad política cordobesa contemporánea, el paro policial que se produjo en 2013, derivó en una situación de caos urbano, con robos y saqueos en la capital provincial. El entonces gobierno nacional se negó, durante dos días, a enviar efectivos de gendarmería. El saldo fueron dos fallecidos y más de 1000 hipermercados, comercios y supermercados saqueados por una acción delincuencial altamente organizada. Desde ese acontecimiento, el “antikerchnerismo” cordobés dejó de ser una dimensión de la identidad de ruralistas, para masificarse a escala provincial.

Pero no todo es “Luis Juez” en la elección primaria del domingo. Un proceso más subterráneo para el radar de los medios nacionales, es la renovación generacional la UCR cordobesa. Este movimiento tiene como estandarte a Rodrigo De Loredo, socio en la lista triunfante y candidato a Diputado Nacional. De Loredo representa una nueva generación de dirigentes radicales “aggiornados”, formateados en la era de la ciber-política, que combinan esa faz comunicativa con una destreza territorial sobresaliente. Un innovador cuadro radical, que logró articular un poderoso polo de poder en torno a intendentes radicales de la provincia, descontentos con la gestión de cambiemos 2015-2019, y particularmente, con la conducción “elitista” de Mario Negri y Ramón Mestre.

En síntesis, Juez logró canalizar el voto bronca cordobés en las PASO-pandémicas, con epicentro en la Ciudad de Córdoba, y De Loredo aportó los territorios que suelen serle esquivos al ahora candidato a senador nacional: los votos del interior de la provincia. De Loredo, posiblemente afiance su perfil como posible futuro candidato a intendente de la Ciudad de Córdoba en 2023, y Juez posiblemente haya sacado la conclusión, de que, repitiendo una buena elección en noviembre, tiene el boleto asegurado para ser candidatura a Gobernador en 2023. ¿Deberá sortear una nueva interna? ¿Podrá retener la unidad de Juntos por el Cambio? ¿Los radicales aceptarán llevar en su boleta a gobernador a un experonista?

(*) Politólogo y Director General de la Consultora Escenarios @zapatafederico

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