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Las claves del nuevo Frente Amplio

29 junio de 2011

(Artículo publicado en la edición nº34)

La candidatura de Hermes Binner a la Presidencia a la cabeza de un espacio de centroizquierda supuso una novedad en el escenario político. El peso relativo de cada una de las fuerzas y el electorado al que apuntan.

La decisión de Hermes Binner de ser candidato a Presidente modificó en gran parte el panorama para las elecciones de octubre. Luego de sonar durante meses como posible acompañante de fórmula de Ricardo Alfonsín, el santafecino decidió sumarse a la pelea electoral a la cabeza de un bloque de fuerzas de centroizquierda que tendrá la difícil tarea de distinguirse en una grilla que hoy parece tener sobreoferta de esa opción con el oficialismo y el propio Alfonsín.

Con presencia en los distritos más importantes, el actual gobernador de Santa Fe logró unir tras su candidatura al socialismo, al Gen de Margarita Stolbizer, al juecismo cordobés y a sectores antes aliados a Pino Solanas que ante la negativa del cineasta a sumarse al nuevo frente decidió acompañar a Binner.

La aparición del kirchnerismo supuso una enorme divisoria de aguas en la política

argentina como no se producía hacía tiempo. La reivindicación de consignas históricamente levantadas por el centroizquierda y el progresismo que hizo el Gobierno sin lugar a dudas redefinió esas dos categorías políticas. “El que divide hoy no es Perón sino Kirchner”, fue la máxima con la que se buscó graficar los realineamientos producidos del centro del arco político hacia la izquierda conforme el espacio K iba clarificando su perfil y capital político y ?no menos importante? simbólico.

En ese marco, la aparición de Binner como candidato representa una novedad en una oferta electoral que en 2007 careció de representación progresista no K, teniendo en cuenta que Elisa Carrió ya había comenzado a abandonar ese espacio más allá de la

presencia de un socialista como vicepresidente y que la candidatura de Roberto Lavagna impulsada por el radicalismo expresaba una alianza política compleja.

“El ya había anunciado que con Cobos no iba a confluir. Y Alfonsín firmó un acuerdo

con De Narváez. ¿Qué esperaban que hiciera, luego de salir fortalecido de la interna

santafecina?”, justificó su candidatura una de las responsables políticas de la nueva

fuerza, que ve que el pacto entre Alfonsín y el empresario nacido en Colombia deja

libre una porción del electorado progresista insatisfecha con ese acuerdo.

LA OPORTUNIDAD

A la cabeza de un polo con presencia electoral de relativa importancia en los principales distritos del país, el flamante espacio es hoy por hoy la única fuerza que podría medir sus posibilidades en las tres elecciones de peso previas a las Paso, aunque con posibilidades dispares. Es también la única, según la visión de sus integrantes, que puede disputarle el voto progresista al Gobierno.

Otro punto fuerte, para los que impulsan el FAP, es que la candidatura presidencial

recae sobre uno de los mejores gobernadores del país. Claro que también debe

tenerse en cuenta que su nivel de conocimiento es bajo. En la ciudad de Buenos Aires, Pino Solanas, aliado del nuevo espacio aunque iría con listas propias en octubre, seguramente obtenga la mitad de la cosecha que tuvo en 2009 y se ubique en torno al 13 % de los votos, lejos del balotaje (N. del editor: la nota fue escrita antes del lanzamiento de la candidatura de Alcira Argumedo por Proyecto Sur); en Santa Fe, el delfín de Binner, Antonio Bonfati aparece como favorito a retener la gobernación para el socialismo y en Córdoba, Luis Juez, se ve beneficiado por el nuevo escenario que no incluyeun acuerdo entre el kirchnerismo y el PJ tradicional, que responde a José Manuel de la Sota.

De conseguir buenas performances en esas tres elecciones (al menos ganando una

de ellas) el sector llegará fortalecido a unas primarias que serán la primera demostración de fuerzas para ver si su candidatura se mantiene como una intención de construcción a largo plazo o si muestran una voluntad de pelear con posibilidades en octubre.

En el otro distrito de importancia a nivel nacional, la provincia de Buenos Aires, la elección de Margarita Stolbizer como candidata apunta a captar al electorado radical

disconforme con la apertura de Alfonsín hacia la centroderecha luego del acuerdo

con Francisco De Narváez. Stolbizer negoció con éxito encabezar con candidatos del Gen las listas en las ocho secciones electorales. Además, se descuenta que retendrá las cinco intendencias que gobierna su fuerza en territorio bonaerense, convirtiéndola en una integrante central del nuevo armado.

Pero puertas adentro la coalición atravesó algunos problemas por su heterogeneidad

y los pocos lugares en las listas legislativas nacionales para repartir entre tantas

fuerzas políticas. Tras un anuncio lleno de apelaciones a la unidad y una “nueva forma de hacer política”, se dividieron al presentar ante la Justicia Electoral alianzas separadas para la elección de octubre en la Nación, la ciudad y la provincia de Buenos Aires.

De un lado quedó la nueva entente y por el otro las fuerzas que responden a Pino Solanas. Así, el Partido Socialista y el Gen inscribieron el Frente Amplio Progresista (FAP) junto al Partido Nuevo del cordobés Luis Juez y Libres del Sur, que lidera Humberto Tumini. A medida que las diferencias con el pinosolanismo se acrecentaban, el flamante FAP logró ubicar tras de sí a dos antiguos aliados de Solanas, la Unidad Popular que conduce Víctor De Gennaro y Buenos Aires para Todos, de Claudio Lozano.

EL IMPACTO EN LA OFERTA ELECTORAL

Por ahora el impacto de la candidatura de Binner no se puede medir completamente

pero hay cierto consenso entre los analistas de que además de buscar votos en el electorado alfonsinista, a Cristina le puede sacar esos dos o tres puntos que hagan diferencia entre balotaje o no. Las primeras mediciones muestran que le disputa más al candidato radical, que además deberá prestar particular atención a lo que ocurre en tierras bonaerenses: no son pocos sus correligionarios que se sienten más cómodos con la opción Alfonsín presidente-Stolbizer gobernadora.

“Los principales impactados por la presencia de Binner son Cristina Kirchner y Ricardo Alfonsín. Si bien Cristina saca mucha ventaja hay posibilidad de segunda vuelta. Y la disputa sería por el segundo puesto entre Binner y Alfonsín”, intuye el analista Enrique Zuleta Puceiro, que en la primera medición tras la aparición del santafecino ve una caída en intención de voto de Cristina (que él la mide en 2,8 puntos) que podría pronunciarse y llevar a un escenario de balotaje.

Para Rosendo Fraga, consultado por el estadista, “la alianza liderada por Hermes

Binner en principio saca tantos votos al oficialismo como a la oposición. Se trata de una coalición de centroizquierda que si bien coincide ideológicamente con iniciativas del Gobierno ?como la ley de medios?, se diferencia en el tema corrupción y la calidad institucional. Esta alternativa que recién se presenta puede terminar siendo la tercera fuerza en las elecciones del 23 de octubre”.

Además, el director del Centro de Estudios Nueva Mayoría considera que el espacio

“cuenta con una buena fórmula, que se articula sobre referentes importantes en los

principales distritos: tiene un candidato a gobernador de Santa Fe que puede ganar,

otro que puede hacerlo en Córdoba y una candidata a gobernadora con trayectoria en

Buenos Aires. Estos cuatro distritos tienen dos tercios del padrón nacional y el 70% de los votos efectivos. Los dirigentes de este sector han asumido una posición muy crítica del caso Schoklender y han pedido investigar a Bonafini. Cristina había captado voto de clase media progresista desde la muerte de Kirchner y es este tipo de voto el que viene a disputarle el frente que encabeza Binner. Si éste obtuviera el 15% de los votos, es posible que el oficialismo quede por debajo del 40%”, supone, coincidiendo en la posibilidad de un balotaje con un nuevo jugador en la grilla.

Para Mariel Fornoni, de Management & Fit, la presencia de Binner busca votos en los electorados de Cristina y Alfonsín y también supone que puede tener incidencia en los resultados de octubre. “Su candidatura representa a un sector medio alto con acceso a información y medios que lo conocen, pero para el resto del electorado, fuera de los centros urbanos, continúa siendo desconocido. Pero así y todo en las primeras semanas posicionado como candidato ya supera a Elisa Carrió en las encuestas.

Será un desafío ver si logra captar un perfil de votante que en realidad no está muy claro: progresista pero que no se incline por Alfonsín ni por el Gobierno”. “La elección de Norma Morandini como compañera de fórmula la pinta como una candidatura testimonial, pero la captación de votos progresistas puede terminar beneficiando paradójicamente a Alfonsín si logra acercarse al balotaje”, precisa Fornoni.

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