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29 marzo de 2021

Por Juan Yannuzzi

El subtítulo del flamante libro del expresidente Mauricio Macri reza: “Historia personal del primer gobierno del cambio en Argentina” y es una buena introducción a la idea que busca imponer en el relato de su experiencia al frente del Poder Ejecutivo. El exmandatario se presenta como el comandante en una batalla contra el populismo en el país, donde pelea contra una cultura de la resignación desde una posición de debilidad histórica y política.

El Estadista hablo con uno de los colaboradores principales del expresidente en su reciente tarea, el periodista Hernán Iglesias Illa que, consultado sobre el origen de “Primer Tiempo”, comentó “el libro surge por el deseo del ex presidente Macri de reflexionar sobre sus años de mandato, aportar aprendizajes para Juntos por el Cambio y para la sociedad en general”.

Iglesias Illa aclara que el expresidente no sostiene la crítica en la pata política de su gobierno y que en el libro encontraremos “una larga reflexión sobre la posibilidad de hacer acuerdos en la Argentina que incluye la relación con los gobernadores y el Congreso, en el marco de la cual está su autocrítica sobre cómo encaró esas relaciones”.

A pesar de la aclaración de quien ayudó a Macri en la redacción de su primer libro, el que quiera embarcarse en su lectura encontrará en el capítulo “Las dificultades del cambio”, una sección titulada “última reflexión y una autocrítica”, en la que se resume gran parte del análisis de su error político. Este tiene que ver con la delegación de la tarea de buscar consensos a nivel parlamentario y federal. Llama la atención que lo que el exmandatario destaca como el error de su gestión no sea más que una falta de presencia personal o una excesiva delegación de los asuntos políticos. Por lo que su error no es más que no haber tomado las riendas frente a la incapacidad de los propios. En sus palabras “creo que dediqué demasiado tiempo a la gestión y poco a involucrarme de manera personal a llegar a acuerdos.”

Un elemento destacable de las memorias de Macri es la descripción detallada de las dudas y las internas en varias de las decisiones más importantes que tuvo que tomar en su mandato. Muchas de estas están marcadas por la dicotomía entre gradualismo y shock. Desde las primeras medidas económicas, levantamiento del cepo y reducción de retenciones al campo, hasta la posibilidad de realizar una reforma impositiva, laboral y previsional. En el libro valora su posicionamiento intermedio frente a estas dos miradas antagónicas, a las que cataloga “reformista kamikaze y la rosquera inmovilista”.

El populismo se presenta en el relato como el gran enemigo y como el adversario principal del cambio cultural que propuso el mandatario durante su presidencia. Lo define como la máxima expresión de la resignación, la cual se expandió desde la política a todos los ámbitos de la vida argentina. Los procesos incompletos en esta batalla durante los cuatro años de su mandato son mayormente explicados por su debilidad, que determinó que su gobierno esté marcado por una búsqueda constante de gobernabilidad. En más de una ocasión Macri recuerda el factor de la ausencia de mayorías parlamentarias y el hecho de que su coalición únicamente gobernaba en cinco provincias (aunque omite que en esas provincias reside más de la mitad de la población nacional). A este factor se le suma la apreciación de que la relación con lo que supo ser una oposición responsable, o racional, no sobrevivió cuando la situación económica comenzó a empeorar. Sobre este tema Sergio Massa es apuntado como el gran responsable de la pérdida de gobernabilidad y tildado como un político errante y poco confiable.

La lógica política shmittiana de amigo-enemigo describe perfectamente el pensamiento del expresidente. Mientras por un lado destaca personalidades como Gandhi o Mandela por el otro se ocupa de definir a sus adversarios como defensores del populismo, del cual el kirchnerismo es su máxima expresión. Aunque por momentos el autor llama a la unidad y describe al dialogo y la búsqueda de consensos como característica esencial de su fuerza política, no faltan las palabras despectivas y de ataques personales contra otras fuerzas y personalidades políticas.

Mientras sigue incierto el futuro político del expresidente, consultado por el estadista, Iglesias Illa aclaró que no está dentro de los objetivos del libro el posicionarse entre los principales candidatos para liderar la oposición de cara a las próximas elecciones. En el libro tampoco se encuentran reflexiones sobre las internas que conviven hoy en la coalición opositora, aunque si manifiesta su voluntad de colaborar en la medida de lo posible por la unidad de Juntos por el Cambio. Como afirmó en la presentación de “Primer Tiempo”: “No somos ni palomas ni halcones, somos el cambio o no somos nada, porque ese es nuestro motor”. Se deja entrever de sus pensamientos y memorias con respecto a su mandato que entiende la necesidad de ampliar su base de sustentación política, pero al mismo tiempo son pocos los puntos sobre los cuales se permite cambiar de opinión, lo que dificulta cumplir con ese objetivo. Y deja en claro que se siente mucho más cerca de aquellos sectores que plantea una oposición fuerte frente al actual gobierno.

Aunque, como se afirmó, no hay certezas sobre la estrategia política personal del expresidente, existe la seguridad de que el deseo de muchos y muchas colegas de la coalición de “jubilarlo” no será satisfecho. Macri muestra en su libro que la derrota del 2019 no lo ha desmotivado, sino que por el contrario le ha dado el tiempo para reflexionar y plasmar en papel todos sus pensamientos en torno a los errores y aprendizajes que en su opinión necesitará su fuerza política cuando vuelva al poder.

La teoría de Javier Corrales (Amherst College) sobre las figuras de los expresidentes en contextos de volatilidad económica y debilidad de partidos nos da un pie para pensar la situación donde la oposición llegue a necesitar del exmandatario Macri como cuadro principal de cara a una elección presidencial. Como afirma en su afamado artículo: “La volatilidad económica y la debilidad de partidos explican mucho de la demanda y la oferta de ex presidentes retornantes (?) Estos son, en mi opinión, la versión contemporánea del antiguo fenómeno del caudillismo latinoamericano”.

El retorno de la actual vicepresidenta no es difícil catalogar como un caso de neocaudillismo tal como lo define Corrales. Ahora, ¿puede Macri caer en la misma categoría? La respuesta es incierta, sin embargo, podemos especular con que puede no ser necesario que el expresidente esté presente en la contienda política principal debido a que logró, a diferencia de su predecesora, transferir parte de su legitimidad a otros cuadros de su espacio. Otro elemento que puede ser diferente en 2023 es un cambio en las variables de volatilidad económica y debilidad de los partidos con relación a 2019. Falta solamente tiempo para obtener la respuesta, mientras tanto sabemos que para Macri: “Terminó el primer tiempo pero el partido continúa. Y ganarlo depende de todos”

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