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Randazzo, otra vez en ascenso en el gabinete

30 julio de 2012

El hombre de Chivilcoy soportó los embates internos, revirtió la situación y exhibe sus logros en Interior y agregó Transporte a su cartera.

A mediados del año pasado es taba en posiciones más que expectantes. La reforma política que estaba bajo su órbita comenzaba a mostrar buenos resultados, el ambicioso plan de DNI y pasaportes que ejecutaba era elogiado en el país y el exterior, y lograba “colocar” gente propia en las listas legislativas bonaerenses y nacionales. Incluso se especulaba con su nombre para ser jefe de Gabinete en el nuevo mandato de la Presidenta. Sin embargo, como suele pasar en la historia del kirchnerismo en el poder, su punto más alto fue también el de partida para un ciclo descendente que, apenas meses después, lo mostraba relegado a un segundo plano, enfrentado con La Cámpora y Amado Boudou, y con rumores sobre su salida del gabinete circulando por todas las redacciones.

Pero siguiendo el manual K de aguantar en silencio las situaciones adversas, tal como hizo Daniel Scioli durante su vicepresidencia, a mediados de 2012 Florencio Randazzo aparece otra vez con un rol importante en el Ejecutivo: no sólo porque tiene más funciones luego de sumar la Secretaría de Transporte a su ministerio, sino porque cuenta también con una tropa propia en la Legislatura bonaerense que toma relevancia en el convulsionado escenario político de la provincia. Además, volvió a ser vocero del Gobierno en temas importantes, como demuestran sus últimas intervenciones, casi en solitario dentro el elenco ministerial, contra Hugo Moyano y Daniel Scioli.

Son varias las razones que puede mostrar Randazzo para este renacer: en primer lugar, es uno de los ministros que más éxitos puede exhibir durante su gestión, entre los que se destacan, además de la reforma política, el plan de renovación de DNI, los nuevos pasaportes y el trabajo en seguridad vial. Todos hechos concretos que, con gestión, lograron mejoras en la vida cotidiana de los ciudadanos. “Después de todos estos años tuvo mucho para mostrar y se mantuvo en el freezer al que entró a mediados del año pasado”, resume un operador de la Rosada.

Además, es uno de los pocos ministros que tiene peso territorial propio. En un gabinete en el que salvo Nilda Garré (electa diputada por primera vez en 1973) y Julio Alak (intendente de La Plata en 2003) ningún otro miembro ganó jamás una elección, Randazzo conserva una importante tropa de diputados y senadores provinciales e intendentes bonaerenses. Una cosecha que, en un horizonte de turbulencias internas en el peronismo, especialmente en la provincia de Buenos Aires, cotizan en alza.

Es justamente la tierra bonaerense uno de sus grandes objetivos para 2015, reconocen en su entorno. Comparte la esperanza con otros hombres del gabinete, pero arranca en ventaja por tener una estructura propia. La nueva dependencia a su cargo, además, multiplicará su contacto con intendentes y referentes de la provincia en general y del conurbano en particular. Justamente, la reciente decisión de poner bajo su órbita a Transporte, uno de los flancos más débiles de la gestión kirchnerista, puede ser leída como una apuesta a que mejorará con la conducción del hombre de Chivilcoy.

“Randazzo tiene una mirada integral. Desde la gestión pública ha pasado por varias áreas de Gobierno y tiene referencias legislativas”, aporta a el estadista Mario Caputo, ex vocero del ministro y actual diputado provincial por la séptima sección electoral. “Además, siempre ha basado su gestión en mejorar la calidad de vida de la gente”, agrega.

Ahora bien, ¿por qué entonces este sube y baja en su peso específico en el Gabinete? El ministro del Interior vivió días de aislamiento en el Gobierno y se lo mencionó con un pie afuera ?a mediados de abril? del cuerpo de ministros.

También se lo tiene en la mira por su simpatía con Daniel Scioli, y por sus planes de ser gobernador en 2015. Además, estuvo sospechado por sectores del oficialismo de ser quien filtró la información que reveló que Ciccone, manejada por Alenadro Vanderbroele, ?presunto testaferro de Amado Boudou? fue quien imprimió las boletas de Cristina Kirchner para las primarias. “Uno no puede poner las manos en el fuego por nadie”, había llegado a decir el ministro, en referencia a su mayor enemigo en el gabinete.

Ahora, explican en su entorno, se enfrenta al desafío importantísimo de darle una nueva dinámica a Transporte. Luego de la puesta en práctica del sistema de DNI, anhelan integrar a ese dispositivo a la tarjeta Sube, con un ojo en el esquema de subsidios personalizados que planea el Gobierno cuando considere que estén dadas las condiciones económicas. Pero además, en medio de la pelea entre Scioli y la Casa Rosada con la sucesión como telón de fondo, renace el randazzismo en la provincia y suben las acciones de los legisladores que responden al hombre de Chivilcoy. Si bien su poder territorial está en la Cuarta Sección Electoral, en donde se divide el poder con el diputado Julián Domínguez, también despliega intendentes y legisladores en la quinta y la sexta.

Con la mira en 2015, el titular de la Cámara de Diputados lo incluyó dentro de los candidateables: “El próximo gobernador tiene que ser un bonaerense”, afirmó Julián Domínguez para cuestionar a Scioli. Ran danzzo, de Chivilicoy, ya está anotado. Es que la estructura del ministro es amplia, ya que cuenta con legisladores provinciales propios como Ariel Franetovich (ex intendente de Chivilcoy), Mario Caputo, Germán Cestona (ex intendente de General Belgrano), Ricardo Montesanti (ex intendente de Baradero), el bahiense Marcelo Feliú, Leonel Zacca (ex intendente de Alberti) y Graciela Rolandi. También forman parte de este grupo los senadores Alejandro Dichiara (ex intendente de Monte Hermoso), Patricio García (ex intendente de Florentino Ameghino) y Silvia Pérez. Pero además, también responden a Randazzo un grupo de intendentes de las secciones Cuarta, Quinta y Sexta. Entre ellos aparecen Aníbal Pittelli, de Chivilcoy; Jorge Alejandro Eijo, de General Belgrano; Alfredo Fisher, de Laprida; Marcos Luis Fernández, de Monte Hermoso; Jorge Rodriguez Erneta, de Villa Gesell y Marta Medici, de Alberti.

Hace dos meses, además, y gracias a la renuncia de Santiago Aragón a su banca para ingresar al Afsca, Randazzo sumó más poder con la entrada al Congreso Nacional de quien lo seguía en la lista: María Eugenia Zamarreño, militante de su riñón y ex directora de Asuntos Políticos del Ministerio del Interior.

NUCLEO CHICO

En el espacio del ministro destacan como una de las virtudes para haber “pasado el temporal” la existencia de un núcleo consolidado que lo acompaña en la parte técnica y le da espaldas suficientes para la construcción política. Su secretario privado, Ignacio Casasola, también de Chivilcoy, es quien cuenta con la máxima confianza por parte del ministro y de él depende todo lo político y económico. En el ala técnica mencionan a dos personas clave para la gestión de Randazzo. Uno de ellos es Marcio Barbosa, actual secretario de Interior y que trabajó muy cerca de Randazzo en su paso como ministro provincial. El otro es Felipe Rodríguez Laguens, quien está al frente de la Agencia Nacional de Seguridad Vial. La buena gestión en esa área influyó para que Transporte pasara a su cargo. Otra persona muy cercana al ministro, aunque no es de Chivilcoy, es Eduardo Di Rocco. El funcionario fue ministro de Justicia de Felipe Solá, nació en San Nicolás y hoy ocupa la Secretaría de Asuntos Políticos y Electorales del Ministerio del Interior de la Nación. Pero tampoco son todas amistades dentro del universo randazzista.

El ministro continúa enfrentado a Boudou desde el año pasado. De hecho, la suba en la cotización de uno está siempre atada a la baja del otro. Si en diciembre de 2011 era el hombre de la campera de cuero el favorecido, hoy es el ministro de los trajes de etiqueta. Otro mérito que le atribuyen a Randazzo es que ha sobrevivido aun con una relación no del todo cordial con La Cámpora. La agrupación juvenil descree de casi todos los funcionarios que no tengan un ADN 100% K, algo que por una mera cuestión generacional excluye a casi todo el gabinete. El pasado de Randazzo como funcionario de Solá no ayuda.

Pero el enfrentamiento atravesó su peor momento a finales del año pasado, cuando parte del denominado “grupo de Chivilcoy” que comandaba el ala política del ministro dieron el salto hacia la cobertura de La Cámpora. Entre ellos su referente Nicolás Barbier, responsable de la Cuarta Sección Electoral de la agrupación juvenil, que protagonizó una ruidosa renuncia a su contrato en el Ministerio del Interior cuando se enteró de que no había sido colocado en un lugar de privilegio en las nóminas legislativas. En aquel momento, más allá de las críticas feroces al ministro, fue premiado: lo designaron al frente del Registro Nacional de Bienes Secuestrados y Decomisados. Pero más allá de esa disputa, el tío del joven funcionario, José Luis Barbier, sigue siendo el subsecretario de Desarrollo y Fomento provincial, desde donde es otro hombre de consulta del ministro. En la misma línea está el subsecretario de Asuntos Políticos y Electorales, Norberto García, que era concejal cuando Randazzo presidía el Concejo Deliberante de Chivilcoy y más tarde lo acompañó en su etapa de ministro de Gobierno en los años en que Felipe Solá gobernaba la provincia. Por entonces, García se desempeñaba como subsecretario de Relaciones Institucionales.

Con ese núcleo que lo acompaña en su ahora envalentonado ministerio, más sus hombres de confianza con los que construye políticamente y camina la provincia de Buenos Aires, Randazzo vuelve a ser parte del núcleo visible de un kirchnerismo que, mientras ve cómo la pelea por la sucesión opera en el presente, debe seguir apostando a la gestión para conservar el masivo apoyo que consiguió en las urnas en octubre pasado. Y son todas esas razones para explicar, a sólo un par de meses de su peor momento en el gabinete, el resurgir del hombre de Chivilcoy.

(De la edición impresa)

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