por Pablo Varela
La magnitud de derrota en la provincia de Buenos Aires también fue inesperada para el propio oficialismo
Si bien en el oficialismo bonaerense dejaban trascender la posibilidad de perder en las PASO, por un margen reversible en octubre, el sistema político no lo vio venir: la gobernadora María Eugenia Vidal fue derrotada a manos del ahora candidato del Frente de Todos, Axel Kicillof, por 17 puntos. La figura más taquillera del conglomerado del oficialismo, salió gravemente herida de las primarias, y el ánimo en las filas de Juntos por el Cambio bonaerense no es el mejor de cara a las generales, sobre todo porque en la provincia no hay segunda vuelta. La suerte parecería estar definida para la gobernadora de la provincia más grande del país. En el oficialismo provincial descontaban que Kicillof retendría todos los votos de la fórmula presidencial y que por lo tanto Vidal necesitaba un corte de boleta importante. Lo tuvo en alguna medida porque sacó 300.000 votos más que Macri, pero es un número que terminó siendo irrelevante. Frente al resultado, muchas figuras del oficialismo recordarán a sus críticas a la decisión de no desdoblar las elecciones.
Previo a los comicios, tanto en el oficialismo como en el Frente de Todos, eran conscientes de las dificultades que exhibía Mauricio Macri en el conurbano bonaerense que representa el 25% del padrón nacional.
La inflación, la caída del salario y el crecimiento del desempleo tuvieron su impacto en los resultados electorales que no dejaron de sorprender tanto por lo contundente del triunfo, como por las regiones y municipios en los que el peronismo se impuso, luego de la “ola amarilla” que arrasó en 2015 y 2017.
En la primera y tercera secciones electorales (que albergan al conurbano), se dio lo que era esperable. Kicillof se impuso en ambos casos superando a Vidal en más de 1.500.000 de votos.
La primera, concentra poco más de 4.510.000 de electores, y en 2017 fue clave para que Esteban Bullrich le ganase a Cristina Kirchner, en la competencia por la senaduría nacional.
Con un escenario distinto al de las elecciones de medio término, Kicillof logró imponerse por 500.000 votos, fundamentalmente obteniendo sólidas victorias en los distritos populosos de la zona oeste, como Merlo o Moreno o José C. Paz, en donde el FdT cosechó porcentajes que rondaron el 60%.
En la zona norte del conurbano, solo Vicente López y San Isidro, conducidos por Jorge Macri y Gustavo Posse respectivamente, algo esperable dada la composición sociológica de ambos municipios mostraron resultados positivos para Macri. Juntos por el Cambio también tuvo una buena elección en San Miguel, donde se realizó un trabajo fino para diferenciar la gestión local, de la provincia y nacional.
En otros distritos gobernados por el PRO, como Tres se Febrero, Morón o Pilar, el FdT logró imponerse con claridad, lo que anticipa que los intendentes del PRO buscarán revertir los resultados de las PASO, con un trabajo fino que prioricela lógica local en sus campañas de cara octubre.
En Juntos por el Cambio, esperaban buenas elecciones en Ituzaingó, Hurlingham, Tigre y San Martin y hasta se ilusionaban con la posibilidad de arrebatárselos al peronismo, aunque los números marcaron otra realidad.
La tercera (la única sección donde Cristina ganó en 2017), aglutina poco menos de 4.600.000 electores y el FdT arrasó. La fórmula encabezada por Kicillof aventajó a Vidal en más de 1.000.000 de votos, algo muy difícil de contrarrestar para la gobernadora, teniendo en cuenta los exiguos triunfos del oficialismo en las secciones del interior.
En municipios como Quilmes y Lanús (los dos municipios PRO), el oficialismo fue derrotado. En ambos casos el peronismo tuvo internas, por lo que sus candidatos enfrentan el desafío de retener los votos de sus rivales en las primarias.
En la quinta sección (la tercera en volumen demográfico) que aglutina 1.200.000 votantes, la gobernadora se impuso por tan solo 20.000 votos. Un número demasiado modesto para el aluvión de votos peronistas en otras secciones.
Mucho más llamativos fueron los resultados en la segunda y cuarta secciones. Ambas regiones concentran distritos con una alta incidencia de voto rural, como Junín, Chacabuco, Pergamino o Arrecifes.
El oficialismo bonaerense siempre apuntó a imponerse holgadamente en dichas secciones, como una manera de contrarrestar la fortaleza de la figura de Cristina en el conurbano, aunque dichas expectativas no tuvieron correlato en los números.
En la segunda, el FdT logró imponerse por 25.000 votos, una cifra pequeña, pero que tiene mucho peso simbólico si además se tiene en cuenta el perfil de kirchnerista duro de Kicillof. En la cuarta, la victoria fue aún más exigua para el FdT. Apenas 2.500 votos de ventaja, lo que no deja de ser llamativo como demostración del cambio de humor social. El oficialismo, apuestan a dar vuelta el resultado con relativa facilidad en dichas secciones, fundamentalmente apuntalando el trabajo desde las intendencias.
En la octava (capital provincial), Vidal perdió por poco menos de 30.000 votos. El dato es elocuente teniendo en cuenta que el municipio fue gobernado por el peronismo hasta 2015, el FdT tuvo primarias con cinco candidatos, y La Plata es el segundo padrón más grande de la provincia detrás de la inexpugnable La Matanza.
Tanto en la sexta, como en la séptima se dio lo esperado, y Vidal se impuso sobre Kicillof aunque su incidencia en el conteo final de votos, es menor.
De concretarse los resultados de las primarias en octubre, el peronismo lograría recuperar 21 distritos que hoy están siendo gobernados por el oficialismo lo que cambiaría drásticamente el mapa de intendencias.
En General Pueyrredón (Mar del Plata), Guillermo Montenegro logró imponerse sobre Vilma Baragiola, en la interna más importante que tuvo el oficialismo a nivel bonaerense, aunque Fernanda Raverta (FdT) fue la candidata más votada individualmente. En el entorno de Montenegro creen que Raverta podría sumar parte de los votos de Gustavo Pulti, el exintendente que en las PASO obtuvo el 17% colocando la elección cabeza a cabeza.
Las definiciones aparecerán el 27 de octubre.