El domingo 7 de los 18 departamentos mendocinos fueron a las urnas para renovar a sus autoridades locales por los próximos 4 años. La expectativa era observar el grado de variación de las preferencias de los votantes en contraste con las que se expresaron el 13 de agosto. Las diferencias fueron notables, y muestran un fenómeno que ya es innegable, entre los votantes de Milei hay una gran cantidad de simpatizantes peronistas. Esto implica que no se tiene que dar por descontado que Milei conservará la totalidad de sus apoyos de las PASO y menos que estos pueden migrar a la candidata más afín ideológicamente.
El resultado parece fortalecer el diagnóstico de que los intendentes justicialistas poco están haciendo para usar sus altos niveles de aprobación locales en un fuerte apoyo a la fórmula nacional de Unión por la Patria. En las PASO, antes de que se sepa el verdadero caudal electoral de Milei, era claro que muchos intendentes necesitaban dividir el voto opositor y veían con buenos ojos la presencia del libertario el podio. Ahora saben que aparte de dividir el voto opositor, La Libertad Avanza puede cosechar más de la mitad de sus votantes. El claro ejemplo de esto fue el 49% que se llevó el justicialismo en la elección departamental de San Rafael, mientras que Unión por la Patria había cosechado un 20% hace menos de un mes.
Al margen del rol de los intendentes peronistas, está claro que se mantuvo la tendencia de los bajos porcentajes de espacio libertario en el plano provincial o municipal. La Libertad Avanza es Milei, y es un fenómeno exclusivamente Nacional, y que cosecha la grán mayoría (nominal) de sus apoyos entre Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires.
Otro atenuante para los bríos triunfalistas del peronismo es que las 6 victorias municipales fueron desdobladas justamente para no dejarse arrastrar por categorías y discusiones de ámbitos gubernamentales superiores. Lo único que parece demostrar los resultados del domingo, es que el electorado es más volátil identitariamente de lo que se podría imaginar. Al igual que votaron a líderes comunales progresistas hay electores que estarán dispuestos a votar luego a quién los define como "escoria" (en su categorización más amable).
En tres semanas Mendoza elegirá gobernador y con él a los 11 jefes departamentales restantes. El oficialismo es el gran favorito para retener el control de la provincia, aunque De Marchi apuesta a dar una sorpresa con una estrategia a dos manos. Por un lado trata de provincializar la elección y hacer hincapié en los déficits de la gestión y sus resultados, pero por el otro se cuelga de Javier Milei y busca ser el primer gobernador abiertamente afín al candidato presidencial. De Marchi ha encontrado un equilibrio entre conseguir un apoyo indirecto con el libertario pero trabajar junto a algunos de los mayores enemigos del ganador de las PASO: los radicales.
