En su última reunión, Juntos por el Cambio decidió dar pasos firmes hacia su institucionalización formalizando distintas instancias para definir la estrategia de la coalición.
Se pretende superar lo que siempre fue visto como una falencia, en particular por parte de los radicales que todavía lamentan haber sido poco escuchados en los tiempos del Gobierno de Mauricio Macri.
Se procura que cada partido que integra la coalición mantenga su identidad, pero evitar al mismo tiempo que cada uno sostenga posiciones antagónicas en los temas que consideran relevantes.
La Mesa Nacional seguirá siendo la máxima instancia y estará integrada por los presidentes de los partidos, los gobernadores, los líderes parlamentarios, el ex presidente y dos enviados de la UCR y el PRO mientras que la CC y el Peronismo Republicano enviarán uno cada uno.
El objetivo es ganar las elecciones presidenciales en 2023 y una coalición que muestra excesivas diferencias internas resulta poco atractiva porque los votantes temerían que estas se exacerben en el Gobierno.
Un punto clave para los radicales y la CC, menos flexibles que el PRO en materia de alianzas, es que se establecería que “la inclusión de nuevos partidos como miembros de JxC debe ser aprobada por la unanimidad de los partidos que conforman la Mesa Nacional”.
Son todas instancias de coordinación entre las que se destacan las que deben darse en el ámbito legislativo. Una de las alternativas que se contemplan es para demostrar coherencia es que en algunos temas fundamentales los proyectos de ley de los legisladores de JxC deben contar con el apoyo de diputados o senadores de al menos dos fuerzas de la coalición.
El equilibrio es delicado entre lograr un grado de organización en la coalición que evite conflictos y por otro lado evitar un desperfilamiento de cada una de fuerzas que la integran que llevaría a que JxC sea percibido como un único partido lo que le restaría diversidad y matices, y consecuentemente, posibilidades de convocar a más sectores. .
Además, se alienta una mayor cooperación entre las fundaciones (la Alem, Pensar y Hannah Arendt) de los diferentes partidos para apoyar la labor parlamentaria, pero que también claramente apunta a empezar a definir programas de gobierno ante la eventualidad de ganar las elecciones de 2023.
