Aún con un padrón acotado, la primaria de Juntos por el Cambio en La Pampa hace arrancar con el pie derecho el año electoral del radicalismo. Con un resultado que no llega a ser ajustado, el ahora candidato oficial a gobernador cambiemita superó al de la unidad del PRO más la Coalición Cívica por 12 pp.
Aunque sería fácil para los amarillos rebatir la influencia de este resultado para un proyección nacional, lo cierto es que los votantes del pasado domingo superan significativamente la muestra de todas las encuestas que los lideres del PRO usan para posicionarse.
Andrés Malamud dio una pauta de lo que puede significar este puntapié para la evolución de la interna opositora. Si el ánimo del radicalismo cambia luego de esta y otras futuras victorias subnacionales. El escenario de halcones contra palomas puede cambiar si este refuerzo de expectativas identitario ordena las internes, desincentivando las fórmulas compartidas.
Territorio contra medios es una buena definición de lo que sigue aportando la UCR y el PRO a la alianza. La justificación de la constitución de Cambiemos en 2015 sigue vigente, aunque como se ha visto en 2021, los radicales han recuperado terreno en su histórico electorado. Luego del deshielo de la adherencia al partido en el 2001, estas últimas elecciones legislativas han sido las primeras donde el radicalismo se ha posicionado para volver a disputar los puestos claves del sistema político federal. Aunque el PRO supo gobernar los tres grandesejecutivos de la política argentina durante el último mandato presidencial, hoy está recluido únicamente en su bastión.
Los amarillos han podido ganar presencia a nivel nacional pero, en su alianza con el radicalismo, eso no se traduce al territorio. Luego de las internas pampeanas los lideres del PRO tienen sus razones para preocuparse si entienden que no tienen nada asegurado. Ni la Ciudad de Buenos Aires se puede dar por descontada si, producto de las ambiciones del alcalde porteño, se le sigue prometiendo una interna atomizada a Lousteau para estar cómodo en su precandidatura.
Otro elemento para analizar luego de la interna, y elanuncio de la semana, es el lugar de la Coalición Cívica en la alianza. A pesar de que todos sus referentes nacionales se han manifestado a favor del candidato de la unidad del PRO, es evidente que su influencia no ha torcido la balanza. El amague de Carrió para subirse el precio de cara a las elecciones legislativas puede ser un tiro en la culata para los cívicos. La noción de que están sobrerrepresentados en la coalición opositora ya es casi unánime entre sus aliados, y quedarse con listas propias puede ser la mejor manera de que sus cargos electivos de condigan con su verdadero apoyo social.
