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Cambio climático y el desafio solitario de la justicia social

cop25
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01 enero de 2020

por Gerardo Gabriel Juara (*)

No es el clima lo que está en juego: es la justicia para los pueblos, para los pobres, para los que vendrán

Acaba de fracasar la conferencia de las partes (COP) número 25 sobre el Cambio Climático, aquella que se iba a realizar en Santiago de Chile y terminó en Madrid, la que iba a culminar el 13 de diciembre pero se despidió el 15, batiendo el único récord que no se quería batir, el de la conferencia más larga de la historia, en tiempo de descuento para que “los buenos” puedan hacer el gol de la victoria pero sin alcanzarlo.

El frente sindical de acción climática que creamos este año concurrió con una delegación encabezaba por los representantes de los gremios de APOC, Patrones de Cabotaje y de AEFIP. Para nosotros fue auspicioso llevar los oídos y la voz de los trabajadores a la cumbre.

¿Cómo se llegó a esta conferencia? En realidad, la falta de resultados o los fracasos estruendosos no son extraños. Sólo hay que atender a que, desde 1992, recién alcanzamos un acuerdo en 2015. Así que podemos decir que había ilusiones pero pocas esperanzas.

¿Que habíamos acordado aquella Navidad del 2015 en París? Que el cambio climático, es decir el aumento de la temperatura por sobre la media, causado por la emisión excesiva de gases de efecto invernadero, es una derivación de la actividad humana. Que ese aumento de temperatura, si excedía los dos grados, producirá daños irreparables en el clima y cambios en los ecosistemas que no admiten vuelta atrás. Entonces, nos comprometimos a reducir emisiones estabilizándolas para que no se exceda ese nivel, crear un fondo financiero para ayudar a los países menos desarrollados a hacer la transición necesaria y urgente y adaptarse a los cambios producidos y en curso.

El deseo de dar buenas noticias logró que más de 190 países celebraran ese acuerdo, poniendo cada uno su parte (llamadas contribuciones nacionales determinadas) para alcanzar el objetivo. Nos abrazamos, nos festejamos, quizás hasta nos besamos ?era París? y volvimos a casa felices de inaugurar una nueva era de cooperación internacional.

Pasada la resaca, alguien hizo la cuenta de los compromisos asumidos y ajustándonos al régimen al que nos habíamos comprometido: la cuenta que debía dar entre 1,5 º/2º daba más de 3,7º de aumento. París, teníamos un problema. No tiene mayor sentido decir las idas y vueltas hasta llegar a Santiago de Chile (que fue en Madrid) pero vale la pena destacar que, en medio del camino, quedó Brack Obama y entró Donald Trump. Salió Dilma Roussef y entró Jair Bolsonaro. China continuó invirtiendo en minas de carbón ?la tecnología más contaminante? y entonces, tres de los cinco mayores emisores de gases de efecto invernadero ?Rusia e India integran ese grupo? dejaron de remar con el equipo, y el equipo en conjunto tampoco hizo un gran esfuerzo: las emisiones de gases desde la COP21 a la COP25 no disminuyeron sino que aumentaron 4% en la década más calurosa de la historia humana.

¿Que esperábamos de la COP25? Siendo un planeta desbordado en gases, un ajuste de los compromisos del 2015, lo que se dio en llamar“ mejora de la ambición climática”.

Los científicos advierten que sólo nos queda un plazo de diez años para evitar una catástrofe nunca vista antes salvo en películas. Para la ciencia, no pasar el límite de los 2º requerirá decrecer en la emisión de gases a un ritmo de casi 8% anual durante la próxima década, lo que se dio en llamar “aumento de la ambición climática”. La forma más rápida para ese“ decrecer” es ir a la fuente: una rápida transición energética dejando atrás el carbón, el petróleo, el gas?.suplantándolos con energías renovables o modificar la matriz de uso de tierra y agro ganadera. Pensemos juntos. Decrecer en emisiones admite dos caminos: cambio de matriz energética y/o reducción de actividad económica. La primera requiere fuertes inversiones. Ambas requieren un fuerte acuerdo y control político. Mitigar implica no sólo cambiar el modo de producir energía y el modo de producir en general. Para los países que están en ese proceso, podemos imaginar cambios en su matriz productiva y eso implica, también, destruir empleo y crear nuevo, sin saber cuáles, cuando, donde. Repasando, entonces: no cumplir con París es una catástrofe. Cumplir con París también puede serlo. Mitigar puede significar cerrar empresas para trasladarlas, perder el empleo para no acceder a otro por falta de calificación o por deslocalización.

¿Y adaptar? Prepararnos para los cambios en curso (20% más de lluvias y sequías también); avance del mar sobre la costa y desertificación detrás de lo que quede de esa costa; desaparición del invierno y aparición de mosquitos? en fin, una demanda en infraestructura que requerirá una inversión nunca vista. Es decir, el desafío del Cambio Climático viene con una gran carga de sacrificio para todos los pueblos y ese sacrificio puede ordenarse de manera tal que no se cargue sobre las espaldas de los inocentes, o puede desbordarse sobre los pueblos pobres de modo incontrolable.

Entonces si mitigar y adaptar será obligatorio y doloroso, es decir, habrá que hacerlo, sí o sí, ¿por qué tanta expectativa con las conferencias? Porque en definitiva lo que debatimos es otra faceta de la justicia social. De qué modo distribuiremos las cargas del pasivo que el modelo económico global nos deja, hayamos sido ganadores o perdedores de él y es en ese aspecto, el de la justicia entre países, entre personas y entre generaciones, donde estamos fracasando de un modo que sólo es comparable, en la experiencia historia, a una nueva guerra mundial.

He ahí entonces una de las claves del llamado a la acción. No es el clima lo que está en juego: es la justicia para los pueblos, para los pobres, para los que vendrán y en consecuencia, si de justicia social se trata, nadie puede ser indiferente ni ajeno, porque, sea lo que sea lo que futuro traiga, sin justicia climática no habrá paz duradera ni posible.

(*) Secretario de Ambiente de la Comisión Directiva de AGOEC e integrante del Frente Sindical de Acción Climática

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