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De la Sota y su tercer intento nacional

08 agosto de 2012

El gobernador de Córdoba comienza a recorrer el país mientras ratifica su liderazgo en el peronismo provincial. Los planes para 2013 y las alianzas que estudia su entorno.

Primero fue a fines de los ochenta, cuando acompañó a Antonio Cafiero como candidato a vicepresidente en la interna peronista que terminó perdiendo frente a la fórmula Menem-Duhalde. Ya por ese entonces era diputado nacional y asomaba como el referente de la renovación peronista que integraban, entre otros, Carlos Grosso y José Luis Manzano. Pasaron catorce años desde aquel intento, durante los cuales fue embajador en Brasil, senador nacional y gobernador de Córdoba cuando, a mediados de 2002, Eduardo Duhalde le propuso ser su candidato en las presidenciales de 2003. Fueron un par de meses en los que el ahora nuevamente gobernador recorrió el país junto a algunos dirigentes del peronismo que se encolumnaron tras su candidatura, como el senador Aníbal Fernández, Jorge Capitanich y José María Díaz Bancalari. Pero las encuestas rápidamente mostraron que no pudo trasladar a la opinión pública el entusiasmo que había despertado en algún sector del PJ que lo había acompañado y abandonó a los pocos meses, posibilitando que la candidatura “oficial” recayese en un mucho menos conocido Néstor Kirchner.

El tercer intento de José Manuel de la Sota para dar el salto hacia la política nacional parece estar comenzando en 2012, casi un cuarto de siglo después de su primera proyección. El escenario es completamente distinto: ya no es un novel legislador, sino que es uno de los gobernadores con más experiencia del país. Es, quizás, el único peronista de una de las denominadas “provincias grandes” que tiene totalmente cohesionados a los legisladores provinciales y en su terruño goza de una imagen positiva superior a los de la Presidenta que ?a diferencia de 2007? ganó allí las elecciones de octubre de 2011. Aparece también con la experiencia de dos gestiones completas y una en ejecución, que mostrará como parte de la estrategia para proyectarse en el país como buen administrador, dialoguista y eficaz.

Sin embargo, tiene poca influencia sobre los diputados que representan a Córdoba en el Congreso Nacional y ninguna sobre los senadores. Y todo parece indicar que la autonomía que intenta ir desplegando a lo largo de 2012 se expresará en las elecciones del año próximo con una lista propia de legisladores nacionales. Pero esa estrategia se verá por lo menos condicionada por una situación económica en la que la dependencia del auxilio nacional puede llegar a ser determinante. No es fácil tomar distancia de un Gobierno con el cual deberá sentarse en más de una oportunidad a discutir por recursos. Además, el escenario “pos K” que anhelan en su entorno puede llegar a tener una sobreoferta en un escenario que se depurará tras 2013, pero para el que ya se anotan en la lista de largada, además de De la Sota, Juan Manuel Urtubey, Daniel Scioli y Sergio Massa.

En ese escenario marco, mientras tanto, tiene “totalmente controlada” a la Unicameral cordobesa y al peronismo provincial, ya delinea lo que puede ser la primera boleta de diputados nacionales del delasotismo para el año que viene (en 2011 tuvo el control sobre la de legisladores provinciales pero no sobre los nacionales) y espera que los dos grandes motores de la economía argentina, que tienen centro en su provincia ?la soja y la industria automotriz? actúen de locomotoras para la reactivación económica y en el caso de la última, además, como generadora de empleo.

Por ahora sus primeros pasos serán lentos, y desde julio De la Sota comenzó a aumentar sus apariciones en medios nacionales, con un tema sensible como lo es el reclamo de los fondos que, a su juicio, la Nación le debe a Córdoba. Procura aumentar su grado de reconocimiento fuera de su provincia, que hoy es una de sus puntos débiles. Por eso, en los primeros días de agosto comenzará a recorrer el país para hacer conocer dos leyes provinciales sobre las que cimentará su perfil de buen gestionador (la Ley de Trata de Personas que prohíbe los prostíbulos y el Boleto Educativo Gratuito) y de hombre de diálogo, ya que ambas iniciativas tuvieron buena recepción en la oposición.

Además, en la ciudad de Buenos Aires ya opera un equipo de campaña de De la Sota para tratar de instalarlo en los medios de alcance nacional y su entorno confirmó que las primeras provincias a recorrer serán Santa Fe, Chaco y Santiago del Estero.

“Nacionalizaremos la gestión provincial”, es la definición de un funcionario muy optimista para las aspiraciones presidenciales de De la Sota. “Por su cercanía con Moyano, los cristinistas le van a hacer la vida imposible a la gestión de Scioli y De la Sota puede emerger como una alternativa potable dentro del peronismo”, afirmó.

Es que en su entorno analizan un escenario poskirchnerista con el gobernador bonaerense por ahora en carrera: por eso, si bien el mandatario cordobés hoy se muestra cercano a su par de Buenos Aires y tiene gestos solidarios en su conflictiva relación con la Nación, está empeñado en descontar la diferencia de popularidad que los separa. “Scioli maneja una provincia con 10,6 millones de electores y nosotros una con 2,4 millones. De entrada, es una diferencia importante”, analizan a su alrededor. Pero De la Sota tiene una ventaja: puede mostrar mayores gestos de autonomía que el gobernador bonaerense, ya que como reza uno de los mandamientos no escritos del kirchnerismo, el Gobierno Nacional puede ceder muchas cosas, pero jamás el control del peronismo del distrito más grande del país. Por eso, aunque la Presidenta nunca se llevó bien con De la Sota, el kirchnerismo no lo pondrá en el mismo lugar que a Scioli y Moyano.

Por otra parte, desde el retorno de la democracia pocas veces Córdoba estuvo políticamente alineada con el oficialismo nacional. Tanto cuando gobernó el peronismo como cuando lo hizo el radicalismo, ya que Eduardo Angeloz pretendió construir un liderazgo alternativo al de Raúl Alfonsín.

EL NUEVO DE LA SOTA

En sus dos apariciones nacionales anteriores, el cordobés olió, con buen tino, un cambio de ciclo a nivel nacional. Más allá de las diferencias particulares, parte del delasotismo piensa que el ciclo puramente K, como se lo conoce hasta ahora, está por terminar, y que la sucesión, en concordancia con lo que expresa el politólogo Ernesto Calvo, vendrá desde adentro del peronismo.

Por eso de a poco comenzó a perfilarse como candidato presidencial para las elecciones generales de 2015, con una estrategia electoral basada fundamentalmente en una clara diferenciación con el kirchnerismo a través de la valoración de sus virtudes como dirigente y no de la confrontación con el poder central. La gestión, el diálogo y la apertura serán tres palabras que sonarán más de una vez en boca de quien fuera, embajador en Brasil a comienzos de los noventa. “Tratará de mostrarse como una opción superadora ante la sociedad en temas en los que el Gobierno Nacional acumula la mayor cantidad de críticas”, resume un hombre del poder cordobés que lo acompañará en este nuevo intento. En los últimos días, su marketinera frase sobre el cepo al dólar (“Es más fácil sacar un DNI por cambio de sexo que comprar dólares”) no irá a los libros de célebres citas políticas, pero muestra el terreno desde el cual buscará marcar diferencias.

La ley contra el narcotráfico que sancionó la Unicameral este año será uno de esos caballitos de batalla, ya que surgió del denominado “diálogo político” que mantuvo con la oposición a comienzos de este año cuando tomó la propuesta del legislador Aurelio García Elorrio, del bloque Encuentro Vecinal Córdoba.

“La idea es mostrar que una renovación o un cambio no depende de lo generacional”, esboza otro hombre que está alrededor del armado para el salto. “En los ochenta y a comienzos de los 2000, De la Sota se las arregló para posicionarse como un cambio dentro del peronismo: ahora irá hacia ese mismo lugar, tratando de instalar la necesidad de darle una nueva vuelta de tuerca a la política con los valores que van a ser ejes de su campaña”, agregan sus allegados. De la Sota también impulsa una serie de obras de infraestructura importantes pero la clave será mostrarse como una figura propensa a los acuerdos. “Quiere mostrar que se lanza a competir por la Presidencia con una provincia grande detrás de si”, señala el ex diputado Francisco Delich. El gobernador ya no dice que su orientación política es cordobesismo porque eso puede sonar muy localista para el resto de las provincias.

Pero el estilo dialoguista no será un obstáculo a la hora de marcar diferencias con la administración Nacional. Saben los hombres a su alrededor que parte de la clave del éxito de la estrategia será cómo diferenciarse sin resentir por eso la relación institucional Nación- Córdoba. Porque si bien el gobernador se muestra conciliador, no pierde oportunidad para marcar diferencias con la Casa Rosada. La semana pasada, por ejemplo, finalmente demandó al Gobierno Nacional ante la Corte Suprema de Justicia por la deuda de más de $ 1.040 millones de partidas destinadas a la caja jubilatoria provincial.

Pero en el radicalismo y en el resto de la oposición que tiene en su provincia también están atentos a este eje. “Que no sean los cordobeses los que tengan que pagar los platos rotos por el adelantamiento de sus ansias presidenciales”, advierte un intendente de peso del centenario partido. Y pone como ejemplo, aunque reconoce las diferencias, el caso de Scioli.

Luis Juez es un poco más duro y ante el estadista critica “el gasto enorme en publicidad que puede significar para la provincia esta campaña anticipada que hace De la Sota en los medios”. El senador también pone la lupa sobre cómo puede evolucionar la relación con la Presidenta. “Que el Gobierno tiene que pagar no quedan dudas. Ahí se verá si De la Sota termina cediendo como hizo con Menem y Duhalde o si logra que los fondos vayan a Córdoba”.

Para Juez, el gobernador “está pensando en su campaña para 2015”. “Hoy De la Sota critica las obras públicas, que antes le sirvieron. Nadie quiere hacerse cargo de lo que pasa, están en campaña. ¿Tenemos que tolerar que haga un diagnóstico ahora, cuando hace trece años están gobernando?”, precisó.

La situación fiscal aparece complicada pero no imposible. Córdoba no es Buenos Aires, no sólo por tener dos de los sectores más dinámicos de la economía, sino porque además el kirchnerismo le permite más autonomía a quien gobierne La Docta, que a quien ocupe la sede de La Plata. Así es que, por ejemplo, De la Sota logró financiamiento externo y pudo colocar buena deuda en el mercado con un bono por 50 millones de dólares, con vencimiento a un año, según informó el Banco de la Provincia de Córdoba.

“El desmanejo económico del gobierno de Schiaretti y De la Sota es innegable, pero los fondos que le corresponden a la provincia de Córdoba deben ser enviados. No puede ocurrir que todos los cordobeses seamos rehenes de la pelea política de la Presidenta con los distintos gobernadores, como ya sucedió con Scioli”, se quejó el legislador radical Rodrigo De Loredo en un encuentro reciente de su partido.

En esa línea también se pronunció el presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), Alberto Giménez, que aseguró que “está claro que el gobernador está de campaña presidencial y quiere ocultar la situación de la provincia. Estuvieron gobernando durante años y no resolvieron los problemas que tiene Córdoba. Postró a la provincia por el endeudamiento al que la ha sometido”, añadió.

Pero, a pesar de esas declaraciones duras, por el momento De la Sota tiene una relación cordial con la oposición dentro de su provincia. Las dos ciudades más importantes, que concentran a más de la mitad de la población cordobesa, están en manos de la UCR. “El sabe que esos votos serán clave para 2013 y 2015, y no va a entrar en polémicas o tironeos innecesarios con las ciudades en las que vive ese electorado”, aclaran desde su entorno.

Por ahora una de sus fortalezas sigue siendo el control total que tiene hoy sobre el peronismo y la Legislatura cordobesa. El próximo paso es seducir a los intendentes, y por eso mandó a sus dirigentes más cercanos (Carlos Caserio, Carlos Alesandri, Sergio Busso y Oscar González) a recorrer el interior para “cercar” el PJ.

¿Cuál es el temor? Que, como sucede en la provincia de Buenos Aires, el Gobierno Nacional incremente el diálogo con los intendentes y aumente la masa de recursos y obras públicas que baja directamente a la provincia, ya sea a través de Julio de Vido o del principal hombre K, Fabián Francioni.

SIN 2013 NO HAY 2015

Es que otro punto clave de la idea delasotista para los próximos años es el convencimiento de que, para alimentar sus ambiciones presidenciales, el gobernador no debe acordar una lista con el kirchnerismo para los comicios legislativos del año próximo. Aunque todo puede cambiar, el gobernador hoy cree que Juan Schiaretti debe ser quien encabece la lista de diputados nacionales del PJ, con el partido unido, incluida su ex esposa Olga Riutort.

En la provincia hablan de un “dream team” del peronismo cordobés y afirman que Schiaretti sería el candidato ideal para encabezar la lista del PJ. Una lista que buscaría no sólo generar un hecho político relevante como puede ser una victoria abultada en Córdoba enfrentado al kirchnerismo, sino también ubicar a un operador delasotista en el Congreso para articular fuerzas en el bienio 2013-2015.

En 2011, con Cristina en el pico de su popularidad, De la Sota entregó la lista nacional y blindó la provincial. La lista de diputados K la lideró el ex intendente de Leones, Fabián Francioni, quien sólo en algunas ocasiones logró reunir a un puñado de los centenares de jefes comunales de la provincia. Pero la presencia territorial del kirchnerismo es escasa. Los distritos más importantes son gobernados por la UCR, como la Capital (con Ramón Mestre) y Río Cuarto (Juan Jure).

Además, el kirchnerismo no obtuvo ni un lugar en el Gabinete y tiene poca incidencia en la Legislatura. Por eso, el Gobierno no apuesta a ninguna de las figuras clásicas para 2013: puso las fichas en la rectora de la UNC, Carolina Scotto y en el secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda.

Desde 2003, varios políticos intentaron armar una estructura kirchnerista local con magros resultados, desde Patricia Vaca Narvaja hasta Eduardo Accastello. C

on la provincia bajo control y sin conflictos a la vista, De la Sota prepara un nuevo intento presidencial.

(De la edición impresa)

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