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Debates en el X Congreso Nacional de Ciencia Política (II)

17 agosto de 2011

(Columna del politólogo Martín D'Alessandro para la edición online)

Pese a que suelen estar separados, el mundo científico y el político vivieron una semana de encuentros y discusiones que enriquece ambas prácticas.

Intuitivamente, el mundo científico y el mundo político están separados por profundas diferencias en cuanto a saberes, procedimientos e intereses: mientras los científicos y académicos manejan complejas teorías sobre cómo funciona el mundo, se rigen por el reconocimiento meritocrático y tienen por objetivo aumentar el conocimiento disponible, los políticos buscan saberes de implementación práctica, no respetan trayectorias a la hora de los desafíos y tienen como objetivo conseguir el poder. Sin embargo, en el ámbito de las ciencias sociales la relación es estrecha.

Por un lado, las consecuencias prácticas de sus conocimientos redundan en la modificación de comportamientos sociales y políticos: los actores sociales y los tomadores de decisión utilizan las interpretaciones y los descubrimientos de la economía, la sociología o la ciencia política. Por otro lado, los científicos sociales también viven inmersos en sociedades con valores social e históricamente determinados, y también reconocen relaciones de poder (incluso político) dentro de sus propias comunidades. En el ámbito politológico ?y sobre todo en los países latinoamericanos? esos mundos conocen además otras intersecciones: a los políticos (al menos, a varios de ellos) les interesa adentrarse en miradas más reflexivas sobre la política y sus implicancias para la organización política y social, y a los politólogos (al menos, a muchos de ellos) les resulta ilustrativo el acercamiento directo con sus objetos de estudio.

Este ha sido el caso en el último Congreso Nacional de Ciencia Política organizado por la Sociedad Argentina de Análisis Político (SAAP). Fueron varios los políticos que respondieron positivamente a la convocatoria de los científicos políticos y colaboraron con la construcción del conocimiento académico en varios temas.

En primer lugar, en el marco de dicho congreso se realizaron las IV Jornadas sobre Partidos Políticos Provinciales, a cargo de Gastón Mutti, de la Universidad Nacional de Rosario. Allí el diputado provincial de Santa Fe Marcelo Brignoni y el diputado provincial de San Juan Julio Coll participaron de un panel titulado "Cambios y enmiendas. La adaptación legislativa como expresión del poder de los partidos políticos provinciales", y el diputado provincial de Santa Fe Marcelo Gastaldi y el diputado provincial de Córdoba Omar Antonio Ruiz hicieron lo propio en el panel "El impacto de los sistemas de selección de candidatos sobre los partidos políticos provinciales".

En segundo lugar, el Instituto Federal de Gobierno (IFG) de la Universidad Católica de Córdoba ?coorganizadora del evento y sede de todas sus actividades? convocó a los candidatos a gobernador a exponer sus ideas y propuestas sobre la calidad institucional para la provincia de Córdoba.

Aceptaron el desafío Oscar Aguad (UCR), Griselda Baldata (Coalición Cívica), Eduardo Salas (Frente de Izquierda) y Eduardo González Olguín (Frente de Unidad Popular y Humanista). Los cuatro candidatos participantes manifestaron su adhesión al sistema de boleta única y su rechazo a la Legislatura unicameral, considerando que ha significado un retroceso en términos de calidad institucional. Esperablemente, las mayores expectativas recayeron sobre Aguad, el mejor posicionado de la mesa, quien ligó la calidad institucional con la existencia de acuerdos sobre programas de gobierno. La ciencia política argentina ha hecho buenos aportes sobre la calidad democrática y sobre el impacto que sobre ella tienen el diseño de las legislaturas y la instrumentación del voto. La mirada compartida de actores con recursos e intereses tan diversos resultó muy interesante para los estudiosos de estos temas.

En tercer lugar, una actividad que llamó la atención fue la conferencia que compartieron el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, y el gobernador de la provincia de Misiones, Maurice Closs. Ambos subrayaron la necesidad histórica de repensar, entre otras cosas, el sistema institucional. Para Urtubey, las instituciones argentinas tratan de contener distintas miradas y sintetizar principios diferentes, como lo demostraría la convivencia del presidencialismo con un sistema federal de administración con competencias reservadas para las provincias. Con respecto a este tema añadió que “si la provincia de Salta tuviera mayor injerencia en las tareas recaudatorias, serían muchísimas más las recaudaciones, porque la enorme distancia entre el recaudador y el generador de riqueza que hay en las provincias respecto al sistema centralizado a nivel federal hace imposible tener parámetros de eficiencia razonables; trabajando sobre esa lógica donde seamos socios en ganancia y pérdidas, entonces yo creo que podemos empezar a discutir algunas cosas”.

La implementación del federalismo, de hecho, es una preocupación bien temprana de la reflexión política en nuestro país, y ha tenido un crecimiento vigoroso sobre todo a partir de la descentralización de los '90, que aumentó el gasto público provincial y dio a los líderes provinciales muchos más recursos políticos que antes. En este sentido, las posiciones de las provincias “chicas” podrían ser reconsideradas para el análisis de la temática.

Pero sin dudas el plato fuerte de esta saga de políticos entre politólogos fue la visita del diputado nacional y candidato presidencial de Unión para el Desarrollo Social, Ricardo Alfonsín. Aunque en la prensa repercutieron más sus declaraciones políticas respecto de una eventual segunda vuelta con la Presidente, Alfonsín brindó una muy interesante conferencia a sala llena, en la que contrastó la internacionalización de la economía y los imperativos de la lógica empresarial con la dinámica y los alcances de la política, que sigue siendo predominantemente nacional.

Alfonsín hizo gala de su formación intelectual para relacionar ?y también para separar cuando es necesario? los problemas de índole abstracta con la posibilidad de la intervención política. Su preocupación por la relación entre la ética y la política ?sobre la que, según manifestó, quiere escribir un libro? se plasmó en ejemplos en los que el político se enfrenta con el dilema weberiano entre la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad. El buen político, expuso, las hace converger al tomar sus decisiones, tanto en la conformación de sus alianzas como en las decisiones en el campo de la economía. El estudio de los partidos y las coaliciones políticas es uno de los temas preferidos de la ciencia política, y esta autopercepción invita a reflexionar sobre las motivaciones de los políticos en general, y de los líderes partidarios en particular.

En suma, el Congreso Nacional de Ciencia Política de la SAAP se constituyó en un ámbito fructífero de diálogo e influencias mutuas entre la teoría y la práctica, pero también en una instancia en la que quedó demostrado que la ciencia política y la política tienen todavía mucho para decirse.

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