En la interna republicana habrá varios candidatos. El voto latino y el posicionamiento ideológico serán decisivos.
De cara a las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos en el campo republicano habrá una superpoblación de candidatos. Y ya se anotaron tres: Marco Rubio, Rand Paul y Ted Cruz. Todos ellos senadores y claramente ubicados muy a la derecha, incluso en el universo republicano.
Rubio es senador por Florida y en la presentación de su candidatura recorrió todo los lugares comunes del ideario conservador. Cruz es senador por Texas, y al igual que Rubio, es descendiente de cubanos. Tiene una sólida formación académica y eso lo aleja del perfil tradicional de los políticos texanos que se caracterizan por cierto desprecio por el mundo intelectual como George W. Bush hijo y el actual gobernador Rick Perry. Pero se espera que haya más competidores. Dos de ellos, por su perfil algo más moderado, tienen más posibilidades de ganar la elección general.
Se trata del gobernador de Wisconsin Scott Walter y el ex gobernador de Florida Jeb Bush. Si se lanza la carrera, el hijo George y hermano de George W. se colocaría al tope en materia de intención de voto en esta etapa de la campaña.
Es un republicano moderado y con capacidad para atraer el voto latino que es una condición indispensable para cualquier republicano con pretensiones presidenciales. Está casado con una mexicana y habla bien el castellano.
En las elecciones de 2012 Barack Obama obtuvo casi el 75% del voto latino. El desempeño del candidato republicano Mitt Romney fue muy pobre en ese segmento del electorado.
En las presidenciales de 2016 votarán 13 millones de latinos y son decisivos para determinar el resultado en varios estados. Si los republicanos quieren volver a la Casa Blanca tendrá que presentar a un candidato que sea capaz de convocarlos.