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"El voto tiene que ser rápido, ágil y seguro"

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28 enero de 2016

(Por Facundo Matos Peychaux y Alejandro Radonjic)

En diálogo exclusivo con el estadista, Adrián Pérez, secretario de Asuntos Políticos y Fortalecimiento Institucional, revela los ejes de la reforma política que impulsará el Gobierno Nacional. Promueve la creación de un organismo de aplicación electoral autónomo, la "simplificación" del calendario electoral y la implementación de la boleta única "con aplicación de tecnologías", aunque no descarta que el cambio sea gradual. "Venimos con una idea pero la trabajaremos con el resto de los actores", dice.

Se habló mucho de la herencia económica que deja el kirchnerismo. ¿Cuál es el legado y los desafíos en materia institucional?

Hay que tratar de trabajar en producir un fortalecimiento institucional después de varios años de degradación. Hay que ir hacia un Poder Judicial idóneo e independiente del poder político, lo que implica repensar y rediseñar el Consejo de la Magistratura, que en los últimos años ha sido pensado como un disciplinador del Poder Judicial, e integrar el Consejo con otra composición, más plural. Fortalecer los organismos de control, tener una ley de acceso a la información pública y tener regulado por ley la cuestión de intereses, son otros anhelos.

Dentro de la agenda de la subsecretaría, principalmente, está la iniciativa de la reforma política. ¿Por qué llegamos al caótico 2015?

Es un tema que viene de arrastre. En 2015 fue muy evidente y los hechos de Tucumán lo pusieron más en la consideración ciudadana, pero en 2007 ya había habido una resolución de la Cámara Nacional Electoral que decía que había que salir del sistema de Boleta Múltiple e ir hacia uno de Boleta Única y en 2009, distintas fuerzas políticas firmamos un proyecto común de Boleta Única. Lo que pasa es que hubo resistencia del oficialismo de entonces; la misma resistencia que hoy empieza a vislumbrarse.

¿Dónde ve esa resistencia?

Algunos en el antiguo oficialismo ya han anticipado que creen que hay que mantener el actual sistema con boletas de papel para repartirlas, militarlas. Creo que hay muchas formas de militar por una fuerza política; de lo que estamos hablando es de un sistema de votación que es vetusto, no da garantías ni le da seguridad al ciudadano de tener su opción en el cuarto oscuro y depende mucho de la capacidad de fiscalización de las fuerzas políticas y engrosa los costos, además. A esta altura creo ya que es más un capricho que una posición razonable.

La reforma tiene tres ejes: el sistema de votación, la autoridad de aplicación y el calendario electoral. Yendo al primero, ¿el mecanismo que se va a promover es la Boleta Única Electrónica?

Sí, vamos a promover la Boleta Única y la aplicación de tecnologías. Salta y la Ciudad de Buenos Aires son antecedentes interesantes porque la ciudadanía aceptó el sistema, se votó bien y fue ágil. En Salta de hecho hubo un reclamo de apertura de urnas que se resolvió favorablemente y la apertura de urnas mostró que el resultado que habían arrojado las máquinas era exacto. Cualquier voto electrónico que tenga algún respaldo en papel le da otra garantía y nos parece que es una opción válida.

¿Más que un sistema con urna electrónica?

En la primera reunión que tuvimos con los ministros de Gobierno provinciales, ellos mismos reclamaron que haya algún respaldo en papel. Lo que está definido es que es importante que sea Boleta Única y que haya aplicación de tecnología, el sistema concreto lo iremos discutiendo.

El voto electrónico se dejó de aplicar y hasta se declaró inconstitucional en países europeos como Alemania y Holanda. En Argentina, la CNE puso reparos al sistema. ¿Por qué no lo preocupan?

El sistema electrónico se implementó en muchísimos países, incluso en India, que hay una población enorme y no hubo cuestionamientos. Es cierto que hubo problemas en Alemania y Holanda pero también es cierto que siempre se cabalga sobre esas dos situaciones y no sobre el resto donde ha funcionado bien. El voto electrónico tiene que ser confiable, auditable y se tiene que poder fiscalizar. Va a ser una opción en la medida en que tenga esas características.

¿El plazo es 2017 como se planteó anteriormente o es posible pensar en una aplicación gradual como sucedió en Salta?

Se puede tranquilamente pensar en una aplicación gradual. No tiene que ser necesariamente todo en una misma elección, quizás se pueden aplicar los mecanismos electrónicos gradualmente. Es una cuestión que habrá que ver; nosotros no nos cerramos, venimos con una idea pero esa idea la trabajaremos con el resto de los actores. Estamos dispuestos a hacer las evaluaciones necesarias para que el proceso se haga bien y sea ágil y transparente. Ese es el objetivo. No es tanto el instrumento de votación, eso es un paso para lograr el objetivo, que es que en Argentina se vote y no haya dudas, que sea transparente, ágil, rápido y seguro y no genere incertidumbre.

Lo llevo a otro de los ejes de la reforma: el cambio de la autoridad de aplicación. ¿La propuesta es llevar las facultades que hacen a la cuestión electoral del Ministerio del Interior a un organismo extrapoderes o al Poder Judicial?

Creemos que tiene que haber un órgano que tenga autonomía, profesionalismo y dé garantías al resto de que el proceso electoral va a andar por buen camino. La composición de ese órgano o su ubicación no la tenemos, recién hemos empezado a pensarlo. Lo que sí hemos decidido como concepto es que no sea alguien designado exclusivamente por el Poder Ejecutivo sino que tenga autonomía.

¿Qué experiencias extranjeras toman como referencia? ¿El INE mexicano, el caso brasilero?

Estamos siguiendo todas. Después veremos como las adaptamos a nuestra idiosincrasia, pero así como casi todos los países fueron del sistema de boleta múltiple a la boleta única, casi todos han ido de un sistema de órgano de gobierno a uno con autonomía. Después hay distintas situaciones en términos de la composición: hay algunos que están integrados por representantes de distintos órganos, otros que aún con cierta autonomía tienen dependencia funcional de algún órgano del Poder Ejecutivo, otros del Poder Judicial. Hay muchos ejemplos y los estamos evaluando todos para ver de qué forma diseñamos un órgano que nos garantice idoneidad, profesionalismo, autonomía e independencia.

¿Qué pasaría con la Dirección Nacional Electoral (DINE) con este nuevo organismo en funcionamiento?

El nuevo organismo va a cumplir las funciones que hoy tiene la DINE así que seguramente sea su reemplazo. Acá lo interesante es ver que el Gobierno, que en general tiene la tendencia a manejar el organismo y las facultades para hacerlo, en este caso decide ir hacia un organismo con autonomía. Lo importante es rescatar la decisión política, que viene de alguna manera a contramano de lo que ha sido siempre la política, que ha tendido siempre a usar esa competencia de organizar el proceso electoral para sacar una ventaja sobre el resto.

Sin embargo, toda reforma electoral tiene ganadores y perdedores.

Sí, seguramente. Siempre es así, pero hay que tratar de pensar que el ganador de la reforma sea la gente. Si nosotros tenemos una reforma que garantiza la transparencia, donde el ciudadano sabe que va a poder elegir porque va al cuarto oscuro y está su opción electoral, donde se vota ágilmente y el resultado electoral está en un tiempo breve, todo eso redunda en un gran ganador que la sociedad. No estamos pensando en la modificación del sistema D'Hont u otro cambio que por ahí altera más la estructura política; estamos pensando en una reforma destinada a mejorar el sistema de votación para el ciudadano.

El tercer punto es el calendario. La primera votación en 2015 fue en febrero y la última, en diciembre. Eso es el extremo negativo, ¿cuál es el ideal que perseguirán?

Si uno va a un sistema de Boleta Única y ya no hay arrastre, la simplificación en una sola fecha, sería bueno. Ahora bien, es cierto que las provincias tienen autonomía y podrían querer mover su fecha de votación de la elección nacional. Pero en todo caso, el objetivo es que podamos elegir otra fecha con los gobernadores para que voten todas las provincias, y no tener 24 fechas provinciales porque eso también es lo que ha generado la desprolijidad del último año. En el caso sobretodo de las provincias con alguna restricción constitucional, la idea es que voten en otra fecha pero en todo caso, junto a las demás provincias.

Además, hay una divergencia muy importante entre los distintos sistemas electorales provinciales. Provincias con segunda vuelta y sin, con y sin primarias, con renovación parcial o total de las cámaras legislativas, distritos con parlamentos bicamerales y unicamerales, ley de lemas, etc. ¿Se va a promover o se espera que se abra la discusión de esos temas?

Son temas que algunas provincias han empezado a discutir ya. Tucumán después de lo que ha sido la última elección está en proceso de revisión de su sistema electoral. Nosotros no tenemos facultades para interferir sobre eso pero sí para fijar nuestro criterio y que eso tenga algún nivel de incidencia. De ninguna manera impuesto pero sí hablado. Creemos que las elecciones indefinidas están mal, que hay que tratar de simplificar todos los sistemas de acoples, listas espejo y otros sistemas que generan mucha confusión, establecer una ley de financiamiento en las provincias como tiene la Nación. Aun siendo una competencia de las provincias, uno puede plantear una mejoría.

¿De qué forma? ¿Cómo se interpela a las provincias respetando su autonomía?

De varias maneras. Como dirigentes políticos más que desde la administración tenemos que motivar para que haya algunas discusiones en ese sentido. ¿Las podemos imponer nosotros en el plano nacional? No, porque a nivel nacional ya está regulado, pero sí podemos ayudar a que eso se discuta en las provincias. A veces los problemas se empiezan a discutir a raíz de una crisis. Córdoba lo empezó a discutir después de una crisis y fue un avance, hoy tiene boleta única, un organismo autónomo del Poder Ejecutivo, tiene instrumentación gradual del voto electrónico. Ahora hay varias que vienen de crisis. Tucumán es una de ellas y nos planteó en la reunión que tuvimos una invitación a participar de los foros que ellos mismos empiezan a producir. Nosotros hemos manifestado nuestra vocación de que se genere el debate y de que sea un debate abierto.

¿Se van a revisar las PASO?

En la reunión con ministros de Gobierno de las provincias, varios de ellos nos manifestaron que no tienen la vocación de llevar adelante primarias abiertas. Creo que nosotros lo que tenemos que hacer a nivel nacional es no rediscutir la ley ahora porque tiene poca vigencia. Si bien hay cosas para mejorar de las PASO, hay que dejarle tiempo de aplicación. No tenemos que plantear ahora la idea de derogarlas sino de ver cómo se mejora. Hay cosas que quizás se pueden mejorar, por ejemplo ir de una fórmula cerrada hacia una abierta. Pero hay que darle tiempo a su aplicación.

¿Cómo sigue la metodología a partir de ahora?

Tenemos una reunión con los partidos políticos, una con la justicia electoral, con legisladores, con académicos y con gente que viene de afuera. Esperamos nutrirnos de todas esas experiencias para terminar de diseñar la ley del Poder Ejecutivo y luego esa ley se enviará al Congreso para su discusión en el ámbito legislativo.

Esas reuniones serán en privado. ¿Se va a abrir en algún momento el debate a la opinión pública?

Estamos pensando en hacer un seminario grande, abierto al público. Queremos hacer esta secuencia de reuniones primero y después vamos a hacer un seminario, inclusive con gente que viene de afuera, y bien abierto a la ciudadanía.

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