(Columna de Gonzalo Diéguez, director del programa de Gestión Pública de CIPPEC)
Cada 100 personas que trabajan en Argentina, 18 son empleados públicos que despliegan sus labores en alguna repartición estatal nacional, provincial o municipal.
Argentina transita el período democrático más longevo de su historia. En este contexto, el último decenio se caracterizó por la presencia de un Estado que desempeña un rol protagónico en el plano social y económico, pero que, en simultáneo, aún muestra signos de institucionalidad débiles. Sin perjuicio de ello, asistimos a una reconfiguración significativa de la organización del Estado en todos sus niveles de gobierno: desde el rol de las estructuras gubernamentales, hasta su tamaño e incidencia estratégica en la agenda del desarrollo.
Solamente para nivel nacional de gobierno, se incorporaron 15 nuevas empresas estatales (creación de 9 y la re estatización de otras 6); también se conformaron 12 nuevas universidades nacionales y se constituyeron otros 11 organismos descentralizados, a los 62 ya existentes (CIPPEC, ASAP, 2015); Un ejemplo acotado, ya que no contempla lo sucedido en las 24 provincias y los más de 2250 municipios de todo el país, pero que bien sirve para graficar un parámetro del crecimiento de la órbita estatal en los últimos 10 años
Como es de esperar, este mayor protagonismo estatal trajo consigo un incremento en el número de empleados que desarrollan sus tareas dentro del sector público argentino, es decir: en los tres niveles de gobierno dentro de la estructura estatal.
A la luz de los datos estadísticos provistos por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), correspondientes al cuarto trimestre del 2014, resulta posible dimensionar el peso del tamaño del empleo público en la economía argentina. En la actualidad, el empleo público asciende al 18% del total de personas ocupadas dentro del mercado de trabajo en nuestro país, una cifra cercana a los 3,9 millones de personas
Dicho de otro modo, cada 100 personas que trabajan en Argentina, 18 son empleados públicos que despliegan sus labores en alguna repartición estatal nacional, provincial o municipal.
En la actualidad, una de las principales dificultades asociadas al estudio y el relevamiento del empleo público es el escaso nivel de información actualizada y sistematizada. Por un lado, cabe mencionar que no existen fuentes de información homogénea, lo que dificulta desplegar un análisis comparado. Por el otro, la información estadística se encuentra fragmentada y dispersa entre diferentes organismos nacionales y provinciales.
No obstante ello, el análisis de la serie histórica 2010 ? 2014 de la encuesta anual de hogares urbanos (EAUH) posibilita encontrar otros hallazgos complementarios relativos a la composición del empleo público en nuestro país, tanto en lo que respecta a su distribución en los diferentes niveles de gobierno, como a sus principales características asociadas con las funciones estatales de provisión de bienes y servicios públicos.
En Argentina, la mayor parte del empleo público se concentra en el nivel subnacional de gobierno: de las 3,9 millones de personas que trabajan en el Estado, el 75% de los agentes estatales realizan tareas y desempeñan servicios a nivel provincial o municipal, mientras que el 25% restante se encuentra realizando tareas en el sector público nacional.
Esta concentración de empleados estatales en los niveles subnacionales de gobierno se debe fundamentalmente a que las provincias son en la actualidad las unidades de gobierno responsables de prestar los servicios públicos esenciales para el desarrollo como educación, salud y seguridad. Mientras que los municipios en los últimos años avanzaron fuertemente en su roles y funciones, especialmente en materia de transporte, seguridad y servicios sociales.
Otro dato significativo que se desprende del análisis de la EAUH es que solo 3 de cada 10 personas que trabajan en el Estado se emplean efectivamente en la administración pública (29%).
Este dato permite dar cuenta, al menos, de dos puntos importantes: en primer lugar, que lo que se identifica en general como el paradigma del empleado público (la célebre imagen del personaje de Antonio Gasalla) representa, en realidad, solo un tercio del total de agentes estatales. En segundo término, arroja luz sobre las múltiples funciones que realiza el Sector Público Argentino en cotidiano, de las cuales muchas veces la reflexión es parcial o escasa.
Por todo ello, indagar acerca de las principales características del empleo público, constituye un componente de carácter central, de cara a la agenda de investigación de políticas públicas de los próximos años en la Argentina. En especial, cuando el foco de análisis se concentra en la promoción de las capacidades estatales y en los procesos de formación y consolidación del servicio civil en el Estado.
Gráfico 1 Distribución del empleo público según nivel de gobierno 2014, (en %)
Fuente: CIPPEC, sobre la base de Ministerio de Economía, Ministerio de Trabajo, INDEC y Superintendencia de entidades financieras y bancarias.