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"Hay improvización e inexperiencia en el PRO"

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30 mayo de 2016

El sociólogo y consultor Ricardo Rouvier opina acerca de los primeros meses del gobierno macrista, la ley antidespidos y la forma de hacer política del PRO. "En materia de comunicación, el Gobierno está ensayando", asegura.

El Gobierno de Mauricio Macri lleva más de cinco meses ya. Con esa experiencia como telón de fondo, ¿qué aprendimos de la forma de hacer política del PRO?

Trato de ver esa experiencia críticamente, fuera de toda totalización dogmática y con una mirada crítica. Y eso supone ver que en el gobierno de Macri no todas son ortodoxias, que hay distintos gestos políticos que permiten ver que estamos frente a lo que se llama una “nueva derecha”, que no tiene nada que ver con la de la Ucedé o Alsogaray, por ejemplo. ¿Por qué le digo derecha? Porque en definitiva son todas formas modernas de conservadurismo. El gobierno de Macri no viene a transformar profundamente nada sino a cambiar las formas de la política. En las maneras y formas de la política puede encontrar espacios en los cuales la democracia liberal que tenemos pueda ser actualizada y modernizada. Por ejemplo, las políticas de coparticipación y la relación de diálogo con intendentes y gobernadores, o la reunión de la gobernadora María Eugenia Vidal con intendentes y legisladores de diversos partidos, fue un ejemplo de estos nuevos gestos de la democracia. Son nuevas formas de la política que tienden a mejorar lo procedimental y que si bien no son del todo nuevas, son distintas a las del kirchnerismo. En líneas generales, es un gobierno en algunos puntos ortodoxo, en otros heterodoxo, que comete errores de comunicación, de timing. Hace anuncios un sábado, por ejemplo. Hay improvisación, inexperiencia y por otro lado, hay también gestos de una demoracia más formalizada y de buenas maneras de la democracia.

¿La sanción de la ley antidespidos y su posterior veto por parte de Macri marcaron el momento más difícil en términos políticos del gobierno hasta ahora?

Hay varios planos para analizar la ley. El primero es la misma ley, que es de corto plazo y muestra la intención política de sectores del peronismo y del kirchnerismo de paralizar los despidos, considerando también que el empresariado argentino -y también el internacional- no le prestó apoyo al Gobierno desde sus inicios sino que dejó que libremente el mercado actúe, lo que puede ir en contra de los intereses de los trabajadores. Pero hay otro plano, donde la ley es apenas una excusa, que es la lucha por el poder en el Congreso. Las elecciones mostraron a un triunfador que fue Cambiemos pero no a un triunfador hegemónico sino uno que tiene que negociar en el plano legislativo para hacer sancionar sus leyes. Hoy en la política argentina hay una mirada mayor sobre la actividad en el Congreso y una mayor actividad de los bloques. Por eso hay otro plano de análisis que es el de la prevalencia de los bloques y sobretodo de uno de ellos, el del Frente Renovador, que se erigió desde el primer momento como árbitro frente a la limitación de Cambiemos en el ámbito legislativo. Lo que hizo Macri fue tratar de desalojar a (Sergio) Massa de ese lugar y pagar los costos de vetar la ley.

Precisamente, ¿cuál cree que es el costo político que implicó o va a implicar el veto?

En el plano de los sindicatos, todavía no sabemos porque no hay una posición única. Los gremios más chicos y las CTA están en una postura más dura, mientras la CGT y los más grandes están en una posición más blanda. La repercusión en la gente no la sé. Hoy la sociedad en general está preocupada por la sensación de desempleo, que es mayor a la cantidad de despidos. Hay mucha gente que empieza a sentir que puede perder el empleo o no conseguir uno mejor. Sumado a los tarifazos, eso es lo que está repercutiendo en caída de la imagen del Gobierno.

Con el avance de esa ley, el Gobierno sacó a relucir una batería de anuncios, especialmente en materia social. ¿Tuvo éxito esa reactivación de la comunicación?

En materia de comunicación, el Gobierno está ensayando. Se equivocan, retroceden, vuelven. Macri centraliza la decisión pero no la comunicación. En el kirchnerismo, sobre todo con Cristina, había una firme concentración de la comunicación. ¿Y que hacía? ¿Había inflación? Sí, pero no hablaban de eso sino de cualquier otra cosa menos que de eso. Este Gobierno no tiene ese mismo estilo de comunicación.

El Gobierno postula que el segundo semestre del año será mejor, con más inversiones, menos inversión y menos inflación. ¿Confía la sociedad en esas promesas?

Sí, entre el crédito que muestran todavía al Gobierno aparece una confianza en una mejoría en el segundo semestre. Todavía hoy, Macri y su gobierno tienen un crédito abierto a su favor, pero se lo están comiendo. Cuánto tiempo durará dependerá mucho de la reactivación económica. Eso no va a haber, aunque lo que sí va a mostrar el Gobierno como recuperación de la actividad económica es la caída de la inflación, que va a bajar por la recesión. Si además pueden mostrar algunas inversiones o algunos planes como el de préstamos para automóviles, como están tratando de hacer, puede mejorar.

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