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La danza del número dos

30 marzo de 2011

Mientras aún se aguarda la oficialización de la candidatura de Cristina, ya comenzó la discusión por su compañero de fórmula

Aunque Cristina Fernández no lo oficializó, el operativo reelección está en marcha y en el oficialismo evalúan quién puede ser el compañero de fórmula. La Presidenta mide en torno a 40 puntos, con una gran ventaja sobre sus perseguidores más cercanos, y ese dato puede llegar a inclinar la balanza a la hora de la decisión. Tras la fallida experiencia de Julio Cobos, en el círculo más cercano al Gobierno creen que el candidato a vice debe ser, ante todo, un hombre fiel.

La historia reciente muestra que algunos han salido de internas, otros de arreglos partidarios y también de negociaciones entre coaliciones. El plazo para presentar la fórmula vence el 25 de junio y Cristina se tomará todo el tiempo del que dispone

antes de dar a conocer ese dato. Entre las opciones que se barajan, según apuestan fuentes oficiales, están la del secretario de Comunicación Pública, Juan Manuel Abal

Medina, quien viene conquistando influencia en el entorno presidencial y la del laborioso diputado Agustín Rossi, hoy embarcado en la campaña santafecina.

Otro es José Pampuro, para los que imaginan a alguien que pueda conducir el Senado. Martín Sabbatella es la apuesta de los que piensan que eso sumaría votos por centroizquierda aunque muchos lo ven como “un disparate indigerible para el peronismo puro”.

Esas opciones cumplen con los requisitos que imaginan en el círculo íntimo pero no traccionarían votos como un gobernador provincial de fuste, opción que picaba en punta antes de la muerte de Néstor Kirchner. En ese lote sí se anotaban algunos mandatarios provinciales como Jorge Capitanich y Sergio Uribarri, que deben

enrolarse en la reelección en sus provincias ya que no tienen opciones de peso para sucederlos. El sanjuanino José Luis Gioja, otro de los mencionados meses atrás, no recibió ninguna señal de la Casa Rosada y, de hecho, negoció el visto bueno para tratar en la Legislatura la enmienda constitucional para competir por un tercer mandato como gobernador.

Las voces oficiales han dado señales en varias direcciones. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, coqueteó con la posibilidad de que un futuro vicepresidente sea un dirigente ajeno al peronismo y se reedite con algunos cambios el esquema 2007. Uno de los más fieles, en el lote de los gobernadores radicales K, es el santiagueño

Gerardo Zamora. Esa lógica primaría en un escenario de paridad en el cual, tal como ocurrió con Cobos en 2007, el desvío de un caudal de votos radicales hacia el kirchnerismo podría volver a sellar un triunfo para el FpV.

Con menos chances, sigue en pie el salteño Juan Manuel Urtubey, a quien el matrimonio Kirchner premió alguna vez con la presidencia de la Comisión de Asuntos Constitucionales en la Cámara de Diputados. Responde al perfil joven que la Casa Rosada pretende imprimirle a un eventual segundo mandato cristinista aunque nadie dudaría de sus ganas de levantar vuelo propio si llegara al segundo lugar.

Hoy por hoy la lista parece tan abierta que hasta Hugo Moyano se postuló a sí mismo o a un aliado. “Los trabajadores sindicalistas queremos llegar al poder”, insistió. Desde la CGT se postuló al diputado Héctor Recalde. La elección del vice dirá mucho sobre el

perfil del gobierno 2011-2015 e incluso marcar a un hipotético heredero.

Para el politólogo Carlos Gervasoni, de la UTDT, “los conflictos entre los presidentes y

vices, y entre gobernadores y vicegobernadores, han sido frecuentes. De la Rúa-Chacho, Kirchner-Scioli, Cristina-Cobos. Parecería ser más la regla que la excepción. El vice siempre es un aspirante a la Presidencia y el Presidente no quiere cederla, eso suele ser un motivo claro de disputa. Además, el kirchnerismo tiene

una lógica política de exigir mucha lealtad y cualquier mínimo intento de independencia es visto como una conspiración que lleva a conflictos”.

Para su colega Mario Serrafero, autor de un libro sobre el rol y la figura del vice, es importante tener en cuenta que más allá de las coaliciones que puedan formarse en la oposición, el propio oficialismo está formado por varias fuerzas. “La vicepresidencia tiene mucha importancia, aunque la gente sólo lo advierte 'ocasionalmente' en situaciones como las actuales, donde se acudirá a coaliciones electorales. Estas deben expresarse en el gabinete, en las cámaras y también lo harán en el binomio presidencial. En este sentido, la figura del vice es clave no sólo para lograr más votos ?siempre se busca a alguien convocante?, sino porque puede torcer el rumbo político, si accede a la vicepresidencia. También se ha visto que es necesario una buena sintonía entre presidente y vice pues sino la gobernabilidad puede estar seriamente

comprometida, como en la Alianza”.

Parte del problema que ve Gervasoni es que los vices son elegidos por motivos electorales y no de Gobierno. “La razón por la que existe el vice es para casos de ausencia, por lo que se espera que haya una figura en condiciones de gobernar siguiendo la misma línea que el Ejecutivo. Pero a menudo la lógica de elección es más desde lo electoral, es decir, que traiga votos más y no que pueda continuar la gestión. Esto pasó con Scioli y con Cobos. Hay una lógica electoral que predomina a la hora de elegirlo”.

Para Analía del Franco, “existe un estilo tan presidencialista en la Historia Argentina, al que se suman las últimas experiencias con Chacho Álvarez y Cobos, que hace que los vices vayan perdiendo valor. Ya no está la expectativa de que el vice pueda sumarle mucho políticamente a la fórmula. Electoralmente sí lo han hecho, pero hoy Cristina está completa de votos. Es difícil imaginar a alguien que hoy no la vote y que sí se decida a hacerlo por el vice que ella elija. Además, son pocas las figuras que pueden decir tener votos nacionales. La mayoría tiene cierta influencia en sus provincias y poco más. Es al revés. Observando cómo está el panorama, Cristina levantará la figura que ella elija”.

“De la elección que haga Cristina ?agrega? lo más importante será el mensaje que dé. Con el énfasis que ha puesto en las nuevas generaciones y los políticos jóvenes, no sería de extrañar que proviniera de algunos de esos sectores. Yo soy de la creencia de que en la fórmula tiene que haber políticos y no integrantes de corporaciones

empresarias o sindicales”.

Siempre hay que tener en cuenta el contexto electoral. “En cualquier país seis meses es mucho tiempo ?suma Gervasoni?, y aquí más. Llegado el momento el vice puede ser una carta importante para pasar del 39 al 42% o del 44 al 46% y evitar una segunda vuelta. Hoy se sienten con más seguridad electoral y a partir de ahí

más libertad para elegir”.

La elección de un vice joven, considerando que CFK no tendría reelección, “puede indicar que se apuesta por un heredero. Es una fuerza que no ha generado segundas líneas con potencial electoral, por lo que se necesitaría un gesto fuerte para tratar de instalar un candidato para 2015. En esa línea sí encaja alguien como Abal Medina o Rossi, siempre y cuando esté ganada la elección. Cuatro años de vicepresidencia es

una vidriera política muy importante”, agrega Gervasoni.

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