Luego del paso en falso de 2011, el think tank amarillo se alista para la candidatura presidencial de Macri. ¿Cuál es su rol dentro de la estrategia nacional del PRO?
Con la campaña electoral a la vuelta de la esquina, los think tanks de los distintos presidenciables van preparándose, algunos recién creándose, para la extensa recta final hacia 2015: sumando gente en puestos clave, definiendo roles, ajustando estrategias, afinando los detalles de los programas de gobierno y pautando cuáles, cuándo y cómo serán sus respectivas presentaciones en sociedad.
Uno de ellos, quizás el más consolidado y productivo entre sus pares, es la Fundación Pensar (FP) del PRO. No es una casualidad. Los think tanks son una pieza relevante de la construcción política y especialmente para un partido como el PRO, joven y sin experiencia presidencial, y sobre todo porque cimenta su atractivo ejecutivo y su perfil en el involucramiento de gente nueva en la política y en las ideas, los programas y los equipos (según el propio Mauricio Macri, “los mejores desde la época de Frondizi”) más que en otras cuestiones.
“Si queremos pedirle la confianza a la gente, tenemos que saber decirle qué es lo que vamos a hacer y con quienes vamos a hacerlo”, dijo Mauricio Macri en 2010. La FP, junto a la gran vidriera de la gestión en la Ciudad, fue la respuesta. Fue una apuesta, además, para evitar caer en uno de los males de los gobiernos de '83 a esta fecha, según el jefe de Gobierno: “La improvisación sistemática”. Es decir, no tanto para llegar al gobierno (en definitiva, las plataformas no son las que deciden el voto ni la gente decide, mayoritariamente, en base a los equipos técnicos) sino para gobernar una vez allí. Para eso, la FP también va reclutando expertos sectoriales, algunos desde la academia y otros desde la gestión pero ninguno con pasado K, para potenciar el trabajo propositivo e ir armando un equipo para encabezar y poblar la cada vez más grande administración pública en caso de ser gobierno a partir del 10 de diciembre del año entrante.
“El eje que le imprime Mauricio es pensar en el día después y la mayor energía de la fundación está puesta en eso: elaborar planes y propuestas de gobierno y en armar equipos de gobierno”, dice el economista Miguel Braun y agrega: “En épocas preelectorales, también funciona como un espacio para aglutinar militantes de alto nivel intelectual que no están para, digamos, pintar paredes o hacer tareas más de base”. Braun fue convocado por Macri en 2010 para ocupar en la FP el mismo cargo que venía ejerciendo en CIPPEC desde 2007: la dirección ejecutiva. Un viaje a Gran Bretaña, ese mismo año, fue el que convenció a Macri de apostar a fondo por la FP como ítem imprescindible de su estrategia nacional. Para la presidencia del Consejo de Administración designó a alguien de su riñón, el ministro de Desarrollo Económico, Francisco “Pancho” Cabrera. Por último, el intelectual y experto en religión Iván Petrella (actual legislador por la CABA), fue llamado para ser el director académico, cargo que aún hoy ocupa.
La idea, por ese entonces, era “Macri 2011”. No se dio. Con la nueva campaña a la vuelta de la esquina, la FP se ha vuelto a poner en modo presidencial. Recientemente, han mudado sus oficinas a un edificio de cinco pisos en San Telmo que comparten con los encargados de la estrategia de comunicación (piso 2), con los operadores políticos y partidarios (piso 3), con los jóvenes y la escuela de formación de dirigentes (piso 4) y con el jefe (piso 5), que aún no estrenó las instalaciones. Un dato de color de la renovada vocación de poder es el nombre por el cual se conoce el edificio: Balcarce. “Es para que haya más fluidez entre la estrategia política y la estrategia técnicopolítica”, analiza José Anchorena, doctor en economía y director del área de Desarrollo Económico de la FP.
Otra pata de la estrategia es la federalización, uno de los déficit históricos del PRO y que se empezó a revertir en 2013 cuando sumó un senador por Entre Ríos, 3 diputados por Santa Fe y otros por Córdoba, La Pampa y San Juan (uno en cada caso). La FP elabora propuestas y discursos provinciales para sus legisladores y candidatos y también va instalando sedes en los distintos distritos (están presentes en casi todos el país) y reclutando especialistas en la realidad local. La idea es no sólo sumar votos desde arriba (es decir, vía Macri) sino desde las instancias intermedias también. Recientemente, el PRO obtuvo el segundo lugar (26% de los votos) en las municipales de Mendoza de la mano de un joven casi desconocido.
Hace poco tiempo, con la presencia de la Junta de Enlace Agropecuaria y la cúpula partidaria, presentaron 12 propuestas para el sector agroindustrial. Anchorena, uno de los autores del plan agroindustrial, le explicó a el estadista que esa es la última instancia del trabajo que surge de la interacción entre los equipos de las distintas áreas de la FP (actualmente, son 30 y pronto serán 40, y cada una cuenta con un coordinador), eventualmente con consultores externos especializados en la temática y, por supuesto, con los referentes políticos del partido, la cara visible. Generalmente, son los políticos quienes hacen el trazo grueso de la política a trabajar y los equipos técnicos los que se ponen a estudiar los números para darle solidez a la futura propuesta. “Tienen que ser propuestas realistas y aplicables”, explica.
Próximamente, la FP presentará planes de gobierno relacionados al empleo (“queremos presentarle a los sectores sindicales y empresariales nuestras propuestas para generar un shock de trabajo en el país”), la energía, las relaciones internacionales (“tanto geopolíticas como económicas”) y temas sociales (“salud, educación, protección social, juventud y diversidad”).
Tanto Anchorena como Braun creen que, de ser gobierno, la realidad impondrá “una agenda de corto plazo” que deberán enfrentar mientras ponen en marcha las reformas más estructurales. “Habrá una agenda de corto plazo y una necesidad de estabilizar la economía, pero la situación no va a ser tan apremiante como le pasó a la Alianza”, dice Braun.
De esta manera, la FP se prepara para aportar lo suya en una elección en la que, al igual que para Macri, será determinante para su futuro.