(Columna de Alejandro Radonjic)
¿Quién ganará el 22 de noviembre? El que capte la porción mayoritaria de los 5.211.705 votos (21,34% del total) que obtuvo Sergio Massa el 25-O. Por eso, todos analizan la morfología del votante renovador. ¿Es más peronista y, por lo tanto, está más cerca de Daniel Scioli (FpV) o, por el contrario, es más opositor y, por ello, está más próximo a Mauricio Macri (Cambiemos)? Hay varios indicios contradictorios. Veamos.
Una encuesta de Elypsis, la consultora económica liderada por Eduardo Levy Yeyati que dio el batacazo el 25-O (fue la que más arrimó el bochín), muestra que 41% de quienes optaron por Massa votarían por Scioli, 30% se inclinarían por Macri, 15% votaría en blanco y 14% aún no sabe. Punto a favor de Scioli.
Como había pasado en las PASO, Massa tuvo buenas performances en provincias y regiones en las cuales a Scioli no le fue mal (sobre todo, en el Norte Grande y en los municipios más pobres del conurbano) y eso sugiere que el votante medio en esas zonas está más cerca de Scioli que de Macri. Otro punto a favor del gobernador. Por eso, Macri pondrá mucho énfasis en el Norte Grande en las próximas semanas.
La campaña netamente antikirchnerista que realizó Massa sugiere, en cambio, que sus votantes están, hoy, más cerca de Cambiemos que del FpV. Punto a favor de Macri.
Por último, y quizás lo más importante, las palabras que vienen desde la tropa renovadora fueron un guiño a Cambiemos. Si bien Massa no llegó a decir “hay que votar a Macri”, no estuvo lejos. Sostuvo que “la Argentina necesita un cambio”, añadió que “se termina una etapa política el 10 de diciembre” y criticó con dureza el “látigo y la chequera” del Gobierno, entre otras cosas. Más tarde, y en diferentes entrevistas, fue (algo) más explícito y dejó en claro que no quería que gane Scioli. Roberto Lavagna y José Manuel de la Sota fueron aún más contundentes en sus cuestionamientos al candidato oficialista, y ni hablar de “Malena”.
Aunque hubo desvíos: Felipe Solá, por ejemplo, dijo que a los peronistas les cuesta mucho votar a Macri y hubo varias declaraciones desde el ala más peronista del FR en ese sentido (por ejemplo, desde el massismo entrerriano).
Pero, ¿es determinante el guiño renovador a Cambiemos? La biblioteca está dividida, escribe el politólogo uruguayo Daniel Chasquetti: “Los competidores (del balotaje) buscan conseguir el apoyo de los candidatos eliminados bajo el supuesto de que los votantes seguirán las orientaciones de sus líderes. Sin embargo, la experiencia latinoamericana muestra que ese proceso no es tan sencillo ni tan lineal. Hay casos donde el electorado responde eficientemente y casos donde ello no ocurre debido a que la lealtad partidaria no es tan fuerte. En la segunda vuelta de Uruguay de 2014, el Partido Colorado apoyó al candidato del Partido Nacional y consiguió que aproximadamente el 80% de sus electores siguieran sus directivas de votar por el candidato nacionalista. En Brasil 2014, la candidata del PSB, Marina Silva, alcanzó un acuerdo con Aécio Neves con el fin de derrotar a Dilma Rousseff, pero sus votantes no siguieron su consejo y optaron mayoritariamente por la candidata del PT”.
¿Es fuerte la lealtad partidaria renovadora? Vale decir que resistió con indudable firmeza las presiones polarizantes y las convocatoria al “voto útil” por parte de Cambiemos y, por lo tanto, es bastante leal a su referente. Por ello, los guiños podrían ser determinantes. Pero, atención, no serán todos para Macri. “Me parece un avance la declaración del candidato del FPV sobre el 82% móvil. Celebramos que @danielscioli empiece a escuchar”, twitteó Massa hoy. Scioli también hablará más del narcotráfico y la inseguridad, el eje nodal de la campaña renovadora. Tomar la agenda de los candidatos que perdieron es otra estrategia posible.
Entonces, ¿hacia dónde irá el caudal massista? Como vimos, it's complicated. Habrá que esperar hasta el 22-N.
¿Qué le conviene más a Massa 2019, el novel objetivo renovador? Sin duda, que gane Cambiemos. Así podría, con sus intendentes y legisladores, disputar el liderazgo del peronismo contra, posiblemente, figuras como Florencio Randazzo, Juan Manuel Urtubey y la propia Cristina, que seguirá siendo la referente en las sombras del FpV. Si, en cambio, ganara el peronismo de buenos modales que pregona Scioli, el FR podría volver al redil peronista y desidentificarse con Massa.
Sin embargo, Massa deberá hacer un equilibrio discursivo para contener las partes dentro de su coalición y eso es lo que está haciendo. No esperen declaraciones terminantes ni que se la juegue por alguno de los dos y menos en una elección competitiva, como ésta, que pueda dejarlo en off-side. Y eso es, junto a los motivos antes citados, lo que dificulta proyectar hacia dónde irán los que lo votaron el domingo 25 de octubre.