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La política santafesina quedó huérfana de liderazgos

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07 junio de 2021

Por Mauricio Maronna

La muerte de Miguel Lifschitz marcó un momento bisagra para la política santafesina. No solo en el socialismo y en el Frente Progresista se modificó el escenario con el fallecimiento del exgobernador, sino que el cimbronazo también alcanza al resto de los frentes. Con Lifschitz se fue el gran elector, el que estaba en mejores condiciones de volver a la gobernación, según todas las encuestas.

El progresismo internaliza por estas horas lo que dijo José Sacristán en su monólogo en “Solos en la Madrugada”: "Ya no tenemos papá". Las muertes de Hermes Binner y Lifschitz, sumado a las derrotas electorales en la provincia y Rosario, golpea demasiado al PS, que solo se había quedado con la presidencia de la Cámara de Diputados.

Sin esperar a que se termine el duelo, un sector del radicalismo, que fue histórico aliado en la coalición de centroizquierda, anunció su decisión de partir hacia Juntos por el Cambio. En el Frente de Todos observan con ansiedad qué pasará finalmente en la oposición, porque, a priori, le convenía un escenario de tres tercios que parece no consolidarse.

En momentos en que no está bien la relación entre Omar Perotti y el Gobierno Nacional, el mandatario santafesino quiere imponer a su mano derecha, Roberto Mirabella, como candidato a senador. Para eso, deberá contar con la indiferencia de Cristina Kirchner, quien tiene otros planes y otros nombres en mente.

Por el lado de Juntos por el Cambio, a diferencia de otras veces, no hay ningún elector calificado, salvo el exintendente de la ciudad de Santa Fe, José Corral. Es más, Mauricio Macri le ofreció la candidatura a senador nacional a Miguel Del Sel, quien la rechazó y le presentó quejas por cuestiones que vivió el Midachi en su paso por la política santafesina.

En ese momento, con Lifschitz liderando encuestas, Macri dijo: “Yo soy el inventor de los globitos, pero esta elección es otra cosa. En todos lados vamos a polarizar con el peronismo, pero en Santa Fe Lifschitz nos va a quitar votos. Te pido que seas candidato, Miguel”.

La negativa formatea una interna entre Corral y Federico Angelini, a quien le quedan dos años como diputado nacional, pero quiere ser senador. Ya no hay un “dedo unívoco” como cuando Cambiemos era Gobierno. Tendrán que acordar entre ellos o ir a una Paso.

Se empieza a notar en la política santafesina la ausencia de grandes cuadros políticos. Ya no están Jorge Obeid, Héctor Cavallero, Alberto Natale, Guillermo Estévez Boero, Hermes Binner y Lifschitz. Incluso, Carlos Reutemann quedó fuera de competencia por su situación sanitaria.

La biología convirtió a la política santafesina en un modelo para armar, y da pena ver a políticos de trayectoria excitarse por una foto con la blonda modelo y diputada provincial Amalia Granata para hacerse conocidos.

En la provincia se eligen este año 9 diputados nacionales y tres senadores nacionales, en una previa clave para el recambio de Gobierno en 2023, del que no podrá participar Perotti. La sabia Constitución santafesina no permite la reelección.

Para Cristina, Santa Fe es un territorio clave. Sabe la vicepresidenta de que, en Mendoza, CABA y Córdoba va a derrotas seguras y la expectativa está centrada en Santa Fe. Tiene aquí su propia “delfina”, la senadora nacional María de los Angeles Sacnun, desconocida como Mirabella para la inmensa mayoría de los santafesinos.

La moneda ni siquiera está en el aire.

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