En un escueto comunicado conocido el miércoles 2, luego de un intenso debate, Juntos por el Cambio advirtió sobre la necesidad de que todos los actores, y en particular los de la coalición que gobierna, tienen que actuar con la máxima responsabilidad en el tema del acuerdo con el FMI. Y postergó cualquier definición hasta que se conozca la “carta de intención entre la Argentina y el Fondo Monetario Internacional”, pero ratificó “la importancia de lograr un acuerdo”.
En este marco, desde Juntos por el Cambio se habían escuchado diferentes propuestas en los últimos días.
La presidenta del PRO, Patricia Bulllrich, sugirió la posibilidad de derogar la ley que obliga a tratar el tema en el Congreso y que de esa manera el Ejecutivo pueda aprobar el acuerdo mediante un decreto. Pero difícilmente esa posición logre consenso interno porque implicaría un retroceso institucional contradictorio con la prédica de JxC, además, sería extraño que los propios legisladores se recorten sus facultades y desde el punto de vista político constituiría una ventaja para el oficialismo porque así evitaría exponer sus diferencias en el recinto cuando se debata el tema. El documento de JxC parece haber zanjado la cuestión al señalar que “se evaluará en el Congreso, como establece la ley”.
Por otra parte, hay quienes en la oposición pretenden condicionar un voto favorable a que el acuerdo sea avalado por la totalidad del oficialismo. Una posición previa a la renuncia de Máximo Kirchner y que, lógicamente, tomó más fuerza después. Suena más a bien chicana ¿o ocaso JxC dejaría de apoyar algo que considera positivo para el país solo porque 15 o 20 diputados oficialistas no lo hagan?
En el Senado, la vicepresidenta, cuya posición se desconoce, no vota salvo en caso de empate, un escenario improbable.
Desde el punto de vista político los desafíos para JxC son claros porque el tema de la deuda se vincula con su pasado y tal vez con su futuro. Para atrás, porque la deuda con el FMI se contrajo durante el gobierno de Mauricio Macri, más allá de las razones que pudieran haber existido para tomar esa decisión. Para adelante, porque el acuerdo con el FMI también impactará en el gobierno que surja de las elecciones de 2023 que JxC aspira a ganar.
En la UCR y la CC creen que el único camino posible es, por responsabilidad institucional, apoyar el acuerdo con independencia de las fracturas internas que pueda tener el oficialismo. Claro que en esa instancia pueden aparecer diferentes visiones, como las que se observaron en el debate del Presupuesto, y entonces las divisiones internas no serían patrimonio exclusivo del FdT. La posición frente al debate por el acuerdo con el FMI pareció ser el elegido por Gerardo Morales para diferenciarse del PRO en la reunión del Comité Nacional de la UCR al afirmar que “el PRO no nos puede llevar de las narices”. Está claro que el FMI provoca tensiones internas en ambas coaliciones.
