En diálogo con el estadista, Mario Barletta, candidato a diputado nacional por el Frente Progresista, Cívico y Social de Santa Fe y presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), dio su visión sobre el resultado de las PASO, sobre su trabajo al frente del partido y explicó por qué“es difícil” obtener buenos resultados en el principal distrito del país.
¿Como candidato, qué análisis hace de la elección que realizó la lista que usted integra en Santa Fe?
En las primarias hubo una clara ratificación de la ciudadanía al Frente Progresista, Cívico y Social, a la gestión que viene llevando adelante y, si bien no me corresponde decirlo a mí, a la lista de lujo que presentó, encabezada por tres presidentes de partidos: Hermes Binner, del Partido Socialista; mi caso y el de Pablo Javkin, de la Coalición Cívica. Si bien fue una primaria, confiamos en que vamos a reafirmar, y mejorar, nuestra elección en octubre.
Ahora, como presidente de la UCR, ¿qué opina de la elección el partido que preside?
Fue una gran elección y refuta la cantinela que tanto se escuchó estos años de que la oposición no existe. Hemos ganado en siete provincias y hemos acortado las diferencias con las primeras fuerzas en otras, como en Misiones, Formosa o Chaco. Nosotros confiábamos en nuestro trabajo silencioso, centrado en fortalecer el radicalismo, volver a tener cohesión interna y vínculos con las organizaciones de la sociedad. También recorrimos mucho el país para que la capacidad territorial que tiene el radicalismo tenga sentido y logramos evitar, como ocurrió durante muchos años, que las decisiones sean tomadas exclusivamente por tres o cuatro dirigentes en la calle Alsina (N. del Redactor: calle en la que está situada el Comité Nacional). Había una desconexión muy fuerte que hemos logrado cerrar, por ejemplo, mediante el Foro de Concejales. Por primera vez en 122 años, y divididos por regiones, el partido logró reunir a todos sus concejales. Más allá de lo partidario también hemos recobrado los vínculos del radicalismo con los sectores sindicales, como la CGT y la CTA; empresarios, como los industriales o la Mesa de Enlace, y religiosos.
¿Y con otros partidos?
También hubo mucho esfuerzo allí para replicar lo que venimos haciendo en Santa Fe. Y lo logramos en dieciséis provincias en las que fuimos como miembros de un frente. También hemos hecho uso de las PASO en aquellos distritos en donde no hubo acuerdos previos, como en Capital Federal, Río Negro o Chaco. Sumando todos esos votos, son cinco millones a nivel nacional. La idea es que no sea un mero acuerdo electoral sino que se constituya en una alternativa al kirchnerismo en 2015.
¿Hay negociaciones para que otras fuerzas, que en algunas provincias confluyeron en alianzas, bajen sus candidaturas en octubre, por ejemplo, en Entre Ríos?
Yo no hablaría de “bajar candidaturas” ni usaría el término “negociación”. Diría que existen diálogos, incluso desde antes de las primarias. Seguiremos dialogando y veremos qué resultados hay.
¿Cómo se modificará la presencia legislativa del radicalismo en caso de que en octubre obtengan resultados similares?
Es difícil hacer esos cálculos. Yo creo que vamos a mantener nuestra representación, o aumentarla levemente. Sería un éxito rotundo porque somos el partido que más pone en juego porque renovamos las bancas de 2009. Creo que esto va a redundar en un Congreso con mayores equilibrios y en el que vuelva la posibilidad del diálogo y el acuerdo, dos aspectos importantes para transitar los dos años de kirchnerismo que quedan.
¿Final de ciclo?
Sí, sin duda. Se abre un es escenario con tres grandes espacios: el kirchnerismo, el peronismo no kirchenrista y nosotros.
¿Hay probabilidades que se arme un gran bloque entre la UCR y el FAP?
No sé. Lo que es seguro es que vamos a trabajar en conjunto con el socialismo, el GEN, Libres del Sur y la Coalición Cívica no sólo en el Congreso sino en la construcción de un frente que se convierta en alternativa al kirchnerismo.
¿Qué balance hace la elección del Frente Progresista, Cívico y Social en la provincia de Buenos Aires?
Sin dudas, es un lugar muy difícil y en donde el peronismo saca a relucir sus peores prácticas clientelares, o como se las quiera llamar, y que la sufren no sólo las fuerzas opositoras sino todos los que no vivimos allí y que pagamos la tarifa de colectivo a más del doble. Eso genera, es obvio, una dificultad importante para realizar una buena elección y por eso el radicalismo obtiene allí resultados mucho peores que en el resto del país. Eso se da específicamente en el conurbano porque en el interior la performance fue mejor. Sí, hemos hecho buenas elecciones en el ámbito provincial. Pero, donde están los votos, tenemos problemas.