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No lo soñé

15 junio de 2015

Mientras se consolidaba la noche del 19 de abril pasado, Miguel del Sel se afianzaba como el candidato más votado de la provincia en las primarias distritales. El predominio socialista en Santa Fe parecía resquebrajarse y los objetivos de encadenar un tercer mandato consecutivo en la Casa Gris parecían diluirse. En el PRO saboreaban pintar de amarillo el cuarto distrito electoral del país. La cena estaba servida.

Como corroboró el escrutinio definitivo unas semanas después, el candidato de Unión PRO Federal obtuvo 536.480 votos en toda la provincia y su inmediato perseguidor, el candidato del Frente Progresista Cívico y Social (FPCyS), Miguel Lifschitz, quedaba nada menos que 159.853 votos detrás. Una diferencia que parecía, por ese entonces, irremontable.

Lifschitz tenía un desafío complejo y un gran objetivo: retener los votos que habían ido al radical Mario Barletta (156.460 votos), el perdedor de las primarias del FPCyS. Y todo indica que lo logró, y con creces. Lifschitz obtuvo más de 558.000 votos, mejorando en más de 175.000 votos su cosecha en las primarias, sacándole una diferencia de apenas más de 2.128 votos a Del Sel (con el 100% del escrutinio provisorio).

Pero no sólo Lifschitz obtuvo el grueso de los votos de Barletta. Pasó algo bastante curioso: Del Sel prácticamente no creció electoralmente, como suele pasar con los ganadores de las primarias. La breve historia de las primarias en Argentina demuestra que, tras su realización, los votantes premian a los ganadores y castigan a los perdedores. Pero Del Sel no obtuvo ese plus: obtuvo apenas 20.000 votos más en relación con las primarias. Muy poco.

Otro dato curioso, y probablemente vinculado al anterior, es el crecimiento de quien había salido tercero: Omar Perotti, del Frente Justicialista para la Victoria. Si bien hubiera sido esperable constatar una licuación de su caudal electoral, ya que había quedado lejos de la pelea grande, el ex intendente de la Perla del Oeste obtuvo un caudal muy superior al de las primarias (+167.00 votos). El crecimiento de Perotti, en base a los votos del Frente Renovador (obtuvo 70.000 votos menos que en las primarias) y seguramente del barlettismo residual y producto de una mayor participación electoral, le quitaron ese necesario espacio de crecimiento a Del Sel.

Otro dato interesante es que hubo mucho voto cruzado, algo que facilita el sistema electoral santafesino. Por ejemplo, en el tramo de diputados provinciales, la boleta del FPCyS, encabezada por el actual gobernador, Antonio Bonfatti, obtuvo 730.585 votos (40,54%), mientras que la de Unión PRO Federal, liderada por Roy López Molina, apenas cosechaba el 18,05% (325,286 votos). La boleta del Frente Justicialista para la Victoria, encabezada por Héctor Cavallero, consiguió 18,78% de los sufragios (338.352 votos). Es decir, el peronismo seguirá siendo la fuerza predominante de la Cámara Baja local.

Rosario le entregó otra buena noticia a los socialistas en una noche soñada pues, nuevamente en base al escrutinio provisorio, la intendenta Mónica Fein lograba su reelección al frente del municipio más poblado del distrito. Asimismo, el radical José Corral, del FPCyS, habría sido reelecto en la ciudad de Santa Fe.

Los socialistas, que apoyan activamente la precandidatura presidencial de Margarita Stolbizer (el sello con el que participará en las PASO se llama Progresistas), intentaron nacionalizar el resultado, algo que Mauricio Macri no pudo hacer. “Este triunfo muestra que puede haber una opción progresista en el país”, bramó Lifschitz.

Dada la paridad que exhibe el escrutinio provisorio, ahora resta esperar los datos finales para corroborar, o no, la ajustadísima victoria socialista en las elecciones más cerradas de la historia santafesina.

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