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"Para que el peronismo vuelva a ser mayoría, tenemos que estar todo el mundo adentro"

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24 enero de 2016

(SANTA TERESITA- Entrevista a Juan Manuel Abal Medina en el marco de la reunión del PJ bonaerense. Por Facundo Matos Peychaux)

¿Qué opina de la iniciativa de reforma política que impulsa el Gobierno?

Tenemos que discutirlo. Hay varias cosas que varios habíamos planteado en su momento como que la dispersión de elecciones que tuvimos en 2015 fue un disparate y que hay que buscar una unificación del calendario, pero cuidando las cuestiones constitucionales, porque algunas provincias están obligadas a votar separadas (de los comicios nacionales). Eso es una cuestión lógica porque tener un país discutiendo todos los días por ocho o nueve meses es un disparate. Lo de la Boleta Única hay que verlo. El modelo tal como se aplicó en Salta y después en la Ciudad de Buenos Aires es un modelo interesante pero no hay soluciones mágicas a este tema. Una Boleta Única puede servir de acuerdo o no a otras cosas, por ejemplo, la cantidad de partidos. Si vos tenés tantos partidos como tenemos nosotros, una BUE tenés que pasarte una hora viendo pantalla por pantalla. Estoy de acuerdo con que al sistema hay que repensarlo, partiendo de la base de lo que demostró la última elección, que perdimos y contra todo lo que se dijo, no hubo una denuncia de fraude. Es un sistema que es bastante vetusto, bastante arcaico y bastante lento pero enormemente seguro. Tenemos que mejorarlo y modernizarlo sin perder lo más importante, que es el tema de que sea seguro para respetar el voto popular.

En su discurso planteó que en esta etapa el peronismo tiene el mandato de garantizar la gobernabilidad. Sin embargo, fue muy crítico de Sergio Massa, que con el mismo argumento acompañó a Mauricio Macri a Davos. ¿Hasta dónde es garantizar la gobernabilidad y a partir de cuando es hacer oficialismo blue, como lo bautizaron acá?

La sociedad nos definió en un lugar, que obviamente no nos gusta porque hubiéramos preferido ganar. Somos la principal oposición en Argentina, tanto por el 49% en la segunda vuelta como por la composición parlamentaria. Tenemos la mayoría en el Senado de la Nación y somos el bloque más numeroso en Diputados. Así que estamos obligados a ser oposición pero eso también implica ser una oposición responsable que le dé gobernabilidad al país. Un ejemplo obvio: si nosotros no votamos ninguna ley en el Senado, no va a haber ninguna ley en Argentina. Tenemos que ser lo suficientemente inteligentes para plantear y discutir fuertemente las cuestiones centrales, como las políticas económicas o el disparate de Macri de querer nombrar jueces de la Corte Suprema por decreto, ante lo que nosotros rápidamente salimos diciendo que si lo hacía no íbamos a dar acuerdo. Ese es el espíritu, buscar centralmente que al Gobierno le vaya bien. A ningún argentino le conviene que al Gobierno le vaya mal. Nosotros sabemos que lo principal que tenemos que cuidar es eso: ser muy firmes, muy sólidos pero muy responsables para que le pueda ir lo mejor posible a Argentina.

¿La postura frente al macrismo es lo que está dividiendo al peronismo?

Sí, hay algunos sectores que van corriendo a Davos y prácticamente se pintan de amarillo, otros que creen y dicen que estamos frente a una dictadura neoliberal como la de 1976. La verdad, como siempre, está bastante en el medio de esas dos extremos. El medio justo es este: una oposición fuerte, muy firme, que sepa plantear los temas principales pero que lo haga con la responsabilidad que nos dio la gente.

¿Cómo imagina el año legislativo?

Va a ser un año complicado, de grandes discusiones y el Parlamento es el ámbito ideal para definirlas. Siempre se nos acusaba a nosotros de que el Congreso era una escribanía del Poder Ejecutivo, lo que era totalmente erróneo porque lo que sucedía es que la gente había elegido un mismo partido para el Ejecutivo y el Legislativo. Pero hoy la sociedad votó un 'gobierno dividido', eso significa que -nos guste o no- tenemos todos la responsabilidad de cogobernar en cierto sentido el país. Eso es lo que requiere una oposición responsable. Si ellos quieren permanentemente obviar el Congreso con DNU's y otras medidas, le están quitando a la política una calidad que no tendrían por qué quitarle. Un ejemplo: los embajadores. Es tradición en la política argentina que siempre que un gobierno entra, se le da el acuerdo a los embajadores. Que el Gobierno no haya pedido ese acuerdo y mande a Estados Unidos un embajador sin acuerdo del Senado cuando Estados Unidos tardó casi un año y medio en enviar al suyo porque no tenía acuerdo del Senado, nos termina perjudicando a todos. Al Senado porque no nos permite tener la conversación que querríamos tener con los embajadores, al Gobierno porque no puede nombrar embajadores como corresponde y al país porque da una mala señal innecesariamente, porque si lo hubiese enviado, se lo hubiéramos aprobado. De parte de ellos hay también mucha inexperiencia, porque lamentablemente los que están llevando adelante las discusiones, no tienen mucho conocimiento parlamentario. No se le ha dado, como yo hubiese creído más lógico, más rol a los radicales, que conocen mucho de este tema. En cambio, pusieron a gente que si bien tiene experiencia parlamentaria, fue siempre en sectores muy minoritarios. Federico Pinedo es un gran dirigente, un brillante parlamentario, pero no tiene la gimnasia que quizás un radical podría haber tenido y aconsejar mejor en estos casos. Me parece que Macri debería escuchar más a los que saben de estos temas.

¿Se puede hacer una autoconvocatoria a sesiones extraordinarias, como propusieron algunos legisladores?

La autoconvocatoria a extraordinarias es una cuestión muy discutible. Ocurrió en el año 2001 en el marco de cuando Fernando de la Rúa había dado el decreto de Estado de sitio. Requiere de una situación de esa naturaleza. Hoy no está el país como para eso. Y hablando en términos objetivos, para que eso funcione, tenés que tener mayoría en ambas cámaras, cosa que no tenemos.

¿Lo sorprendió lo rápido que se movió el macrismo con medidas, decretos y demás en el primer mes?

Sí. En lo económico, ocurrió todo lo que dijeron que iban a hacer y todo lo que nosotros decíamos que iba a ocurrir si ellos hacían eso. En el plano institucional, toda la promesa que han hecho durante la campaña, es lo que más ha cambiado. Ellos hablaban de la autoridad del Congreso, el diálogo... En ese sentido, han hecho en buena medida lo contrario y sí, me sorprende. Imagino que habrá sido una instrucción que han tenido de los encargados de marketing de mostrar que no son De la Rúa, que pueden gobernar, una sobreactuación que creo yo que es absolutamente innecesaria.

En la Legislatura bonaerense, el bloque del FpV se dividió en el Senado y estuvo a punto de hacerlo en Diputados durante la discusión del Presupuesto. ¿Va a ser difícil mantener la unión en los espacios institucionales a nivel nacional con tanta discusión interna en el PJ?

Esperemos poder mantener la unidad en todos los bloques y donde no se pueda, como en el Senado bonaerense, se pueda saldar en discusiones internas y coordinar los temas centrales. Venimos de una derrota. A nadie le gusta perder pero a los peronistas, menos. Así que después de una derrota es lógico que estas cosas pasen. Lo importante es mantener la unidad en la acción para garantizar la gobernabilidad, que es lo que nos pidió la gente con su voto, y cuidar los intereses de los que decidimos representar, los más humildes y los asalariados de Argentina.

En los discursos de la reunión del PJ bonaerense se lo nombró a Daniel Scioli, a Cristina Fernández, a Sergio Massa, a Mauricio Macri... pero no a Juan Manuel Urtubey.

Sí, es verdad. (Se ríe). Juan Manuel es un compañero muy valioso, un gobernador de los más experimentados que tenemos. Quizás la cena que hizo con Massa la otra vez, más allá de mostrarse en un lugar abierto y discutiendo con el conjunto, se lo vio como yendo muy al pie del otro. Además, conociendo a alguien como Massa, que es muy vivo para lo mediático, así lo vendió. Eso generó resquemores entre muchos compañeros, pero es uno de los principales dirigentes nacionales que tenemos. Para que el peronismo vuelva a ser mayoría, tenemos que reconstruir la alianza política y social que tuvimos en 2011 y eso significa todo el mundo adentro. El no peronismo tuvo la enorme habilidad e inteligencia de reclutar por ejemplo a Elisa Carrió, que decía que Macri era prácticamente un mafioso y un corrupto. La política también se trata de esto: sin renunciar a las convicciones centrales, articular mayorías que sean capaces de transformar la realidad.

¿La elección de autoridades del PJ nacional va a empezar a delinear el nuevo liderazgo interno del partido o habrá que esperar a la competencia por la senaduría nacional en representación de la PBA como suele ocurrir?

Hay que esperar a las elecciones. Los liderazgos no se declaman, se ejercen. De estos procesos surgen las recomposiciones a partir de los resultados electorales. En la PBA tuvimos la suerte de ganar muchas intendencias y tenemos muy buenos intendentes, hay que apostar a eso. A seguir gobernando y tener una coherencia muy fuerte, para saber dónde plantarnos fuerte y también reconocer el resultado electoral y no actuar como si no hubiéramos perdimos.

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