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Stolbizer: "El FAP debe ocupar un lugar progresista que hoy está vacío"

12 junio de 2012

La diputada del GEN afirmó que la coalición de la que forma parte tiene una “oportunidad única” para crecer a la izquierda del Gobierno.

La diputada del GEN por la provincia de Buenos Aires, Margarita Stolbizer, formalizará su cargo como máxima dirigente de su partido a mediados de junio. En diálogo con el estadista, criticó el “relato manipulador” del Gobierno para apropiarse del espectro progresista y afirmó que priorizarán la federalización del FAP junto al socialismo y sus demás socios.

El GEN ya se constituyó como partido a nivel nacional y usted quedará al frente, ¿es un paso importante la formalización?

Es nuestro primer congreso partidario, luego de un proceso de normalización que primero supuso la construcción de la fuerza a nivel distrital. Nosotros nos enfocamos básicamente en el ámbito bonaerense, ahí fue donde primero formalizamos la creación del GEN, y desde allí conseguimos las cinco personerías que con la nueva ley necesitábamos para tener reconocimiento a nivel nacional. Es en ese marco que asumiré como secretaria general del partido.

¿El próximo paso es seguir trabajando en el FAP?

Nosotros somos parte fundadora del Frente Amplio Progresista porque, más allá de que está formado por varias fuerzas, como el partido de Víctor de Gennaro o los Libres del Sur, fuimos nosotros y el socialismo los que lo inscribimos en la Justicia. Ahora estamos en una discusión por el crecimiento y la ampliación del FAP. Tiene que ser más amplio no por los que estamos sino porque consideramos que tiene que adoptar una vocación de abrirse y convocar a una mayoría popular. Así es como tenemos un funcionamiento con reuniones y encuentros semanales, y lejos de agotarnos en lo electoral como muchos pensaron que sucedería, desde el día siguiente a las elecciones de octubre nos pusimos a trabajar en la federalización y territorialización de la fuerza. Eso y darle una mayor institucionalizaición a la fuerza son nuestros grandes objetivos para este año.

¿Van a disputarle un lugar progresista al Gobierno?

El Gobierno ocupó ese lugar únicamente en base a un relato de sí mismo que construyó muy eficazmente, manipulando y usando a su favor algunos conceptos del progresismo. Yo no quiero reconocerles ningún matiz en ese sentido al Gobierno, como si quieren hacer otras fuerzas de centroizquierda. Por eso creo que nosotros, desde el FAP, tenemos que ocupar un espacio político progresista que en la Argentina de hoy está vacío.

¿No cree que hay sobreoferta de opciones en ese lugar?

Mi evaluación es que hay un polo de centroderecha bien definido y que como respuesta debemos consolidar nuestra fuerza para posicionarla desde allí, ya que el Gobierno no tiene un posicionamiento ideológico definido, y muchos menos en ese espectro. Ha quedado claro que el Gobierno hoy es un equipo de gente que hace negocios con el ejercicio del poder, sin proyecto ideológico. Pero nosotros no creemos en un progresismo de sumar dirigentes o fuerzas para la foto. Hoy la mayoría de la gente no se siente representada por los partidos. Conformar un proyecto de mayorías tiene que generar consenso social para eso, hay que expresar a la mayor cantidad de gente posible para hacerlo amplio.

Sin embargo, el relato que construyó le valió un acompañamiento importante de esos sectores identificados con la centroizquierda?

Pero no es razonable que en un país como el nuestro, en donde la renta financiera no paga impuestos, sean los trabajadores los que sostengan los planes sociales de los que se vanagloria a través del Impuesto a las Ganancias, por ejemplo. La inflación no es una política de redistribución de la riqueza. Por eso creo que hay un contexto muy favorable para que nazca una fuerza política realmente progresista, porque el Gobierno no lo es.

Usted fue candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires, ¿cómo ve hoy la actual situación institucional y financiera en el distrito?

El problema es que la mayoría de las provincias atraviesan serios problemas financieros, y si bien hay muchas en las que se debe a la mala administración, también hay mucha discrecionalidad del Gobierno. Las menos amigas del poder central están muy complicadas. Y en ese lío interno del oficialismo es que termina pagando los platos rotos el vecino, al que le aparecen más impuestos, menos obras y menos inversión pública.

(De la edición impresa)

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