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Un nuevo mapa de poder en el Congreso

18 julio de 2011

(Publicado en la edición nº35)

Con la renovación de la mitad de Diputados y un tercio del Senado, se recompondrá el escenario legislativo. Qué puede pasar y quiénes son los candidatos de cada fuerza.

Más allá de la elección del presidente para los próximos cuatro años, el 23 de octubre se terminará de configurar lo que será el mapa del poder político para el período 2011-2015. No sólo porque la provincia de Buenos Aires, ese megadistrito que concentra el 37,9 % del padrón nacional, elegirá gobernador, sino porque también se renovarán 130 de los 257 diputados y 24 de los 72 senadores que componen el Congreso Nacional.

Mientras en cada uno de los comandos de campaña hacen cálculos para imaginar cómo cambiará su peso específico y relativo a partir del próximo 10 de diciembre, la danza de postulantes que terminó de definirse al son de la confirmación de las candidaturas presidenciales muestra una foto de lo que ha sido el panorama político

local del último bienio, más allá de lo que se espera para después de sus asunciones.

Así, mientras los porcentajes que obtenga cada fuerza repercutirán en el peso que tenga cada bancada, también la disposición de las listas permite establecer algunas conclusiones sobre cómo puede llegar a ser la lógica de cada uno de los bloques. Una rápida mirada por las listas de la oposición muestra cómo han desaparecido prácticamente los agrodiputados (la excepción es Mario Llambías) tras el boom mediático-político que gozaron en 2009, al tiempo que se han reducido los aliados extraperonistas en el kirchnerismo, como alguna vez fueron los movimientos

sociales o de centroizquierda.

Casi todas las listas están integradas exclusivamente por candidatos que provienen del mundo de la política. Los dirigentes de distintas corporaciones, de movimientos sociales o que ganaron prestigio en otras actividades ya no resultan atractivos después de algunas experiencias conflictivas. Las listas también son bastante homogéneas dado que hay menos alianzas y experimentos políticos que en elecciones anteriores.

La apuesta K pasará por mantener cuantitativamente el bloque actual de 87 diputados propios y cerca de una treintena de aliados y 33 senadores del riñón más tres o cuatro aliados circunstanciales. Para eso apuesta a poblar las listas de hombres de línea directa con la Rosada para evitar futuras dispersiones y sumar todos los votos posibles.

Para la Cámara Alta, en algunas provincias implementará el 2-1 con el que además de la boleta oficial, tratará de que sea una fuerza aliada la que obtenga al senador por la minoría.

EL SENADO

Son ocho las provincias que votarán por la renovación de integrantes del Senado: Buenos Aires, Formosa, San Juan, San Luis, Jujuy, La Rioja, Misiones y Santa Cruz. El oficialismo en la Cámara Alta pondrá en juego quince bancas, en tanto que el arco opositor está obligado a renovar sólo nueve escaños, de los 24 que se eligen en este turno.

Sólo 11 de los 24 senadores que terminan su mandato intentarán renovar su cargo. Los extremos son San Luis, donde los dos de la mayoría y el de la minoría se presentarán para mantener la senaduría, y Misiones y la provincia de Buenos Aires, donde no aspirarán a continuar ninguno de los tres legisladores actuales.

En la PBA, una de las bancas que renueva el kirchnerismo es justamente la de Cristina Fernández. Allí presentará como cabeza de lista para senadores al actual jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y la actual diputada María Laura Leguizamón. Será una salida del Gobierno por la puerta grande para el quilmeño, quien podría ocupar la presidencia provisional del Senado y quedar como tercero en la línea de sucesión presidencial.

Ese lugar lo ocupa ahora José Pampuro, con quien lo emparenta el ADN duhaldista

y su conocimiento profundo del conurbano. La banca por la minoría seguramente quedará para José Scioli, quien encabezará la lista de la alianza radical-denarvaísta o, con menos chance, para Hilda Chiche Duhalde, que buscará renovar de la mano de la boleta presidencial de su esposo.

El resto de las provincias presenta candidatos elegidos por Cristina para ir a pelear

por bancas en la Cámara Alta, sin una oposición que logre hacer sombra en las ocho provincias, por lo que se presupone que la segunda fuerza en la cámara seguirá siendo el radicalismo.

Por Jujuy, el jefe del bloque radical, Gerardo Morales, intentará quedarse otros seis

años en el Senado, de la misma manera que la kirchnerista Liliana Fellner, que irá junto a Walter Barrionuevo en la lista. En tanto, el otro oficialista de esa provincia, Guillermo Jenefes, dejará el Senado para postularse a vicegobernador de su provincia como compañero de fórmula del actual presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner.

En Formosa, por el Frente para la Victoria irán José Mayans y Graciela De La Rosa,

mientras que Luis Petcoff Naidenoff y Roxana Silva lo harán por Udeso. En La Rioja,

donde el FpV espera a hacer el 2-1, la lista oficial llevará a Teresita Luna y Mario Guzmán Soria, y otra lista colgada de la boleta de CFK llevará a Carlos Menem. Por el radicalismo, los candidatos son Julio Martínez y Martha de León.

En Misiones, donde también habrá un 2-1, con aliados del Gobierno irán Sandra Giménez y Salvador Cabral Arrechea por la lista del Frente Renovador (clossista) y por el FpV, Juan Manuel Irrazabal y Elisa Clers. En San Juan, el Frente para la Victoria llevará al actual diputado Ruperto Godoy y a Marina Riofrío. Frente Unión Producción y Trabajo lleva como candidatos a senadores nacionales a Guillermo Baigorrí y Adriana Marino.

En San Luis, el peronismo disidente buscará mantener su hegemonía con Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre de Alonso. El FpV llevará a Daniel Pérsico y Nora Estrada. Por Santa Cruz, el FpV llevará a Mario Metaza y Ana María Iannis, y la UCR, en tanto, a Alfredo Martínez y María José Arjona.

El cálculo previo muestra que el kirchnerismo podría imponerse en todas las provincias menos en San Luis. Así, teniendo en cuenta el esquema de 2-1 que desea aplicar en algunas provincias (es decir, presentar una lista oficial y una aliada para quedarse con el escaño por la minoría) lo más probable es que no sólo conserve sino que aumente los escaños que pone en juego.

DIPUTADOS

El nuevo mapa de la Cámara Baja, con un panorama de virtual empate técnico en el Senado, permitirá presuponer mucho de lo que será la gimnasia legislativa del bienio 2011-2013. La Cámara de Diputados deberá recambiar a fin de año a 130 de sus actuales 257 integrantes, de los cuales 72 ocupan un espectro político cercano al Gobierno nacional: 51 militan en el Frente para la Victoria (FpV), 14 revistan

como aliados permanentes y 7 son amigos ocasionales, mientras los restantes 58 se

inscriben en bloques de oposición.

Los legisladores a los que se les vencen los mandatos fueron elegidos en los comicios

de 2007, que llevaron a Cristina Fernández a la Casa Rosada, y forman parte de la actual estructura de poder que ubica al kirchnerismo como primera minoría, con 87 diputados, junto a 19 aliados permanentes y 15 ocasionales, y una oposición que suma en conjunto 136 delegados.

El Frente para la Victoria será la bancada que arriesgue más asientos al verse obligado a renovar 51 representantes, en tanto que la Unión Cívica Radical pondrá en juego 16 (de un total de 43), la Coalición Cívica 12 (sobre 19), el peronismo federal 8 (de 28), Proyecto Sur 6 (de 11) y el Partido Socialista 5 (de 6). Otros partidos que recambian serán el Frente Cívico por Santiago (4 de 7), en tanto que arriesgarán 3 delegados las bancadas Peronista (de un total de 4), Nuevo Encuentro (sobre 5), GEN (también de 5) y Pro (sobre un total de 11).

A grandes rasgos, la UCR podría ganar escaños si como se estima Ricardo Alfonsín se consolida en el segundo lugar a nivel nacional. En el otro extremo, con Elisa Carrió sin despegar del lote de “otros”, la CC difícilmente renueve siquiera la mitad de los escaños que pone en juego.

Los cuatro distritos mayores (Buenos Aires, Capital Federal, Santa Fe y Córdoba) concentrarán la renovación de 66 diputados, más de la mitad de los 130 que componen hoy la Cámara Baja: los bonaerenses recambiarán 35 diputados, con lo que triplicará el número de doce que elegirán los porteños, a quienes secundarán los santafesinos, con 10, y los mediterráneos, con 9.

En la provincia de Buenos Aires, la gran apuesta K pasa por repetir los números de

2007 y contar, a partir del 10 de diciembre, con un bloque más homogéneo y compacto que el actual. De los que entraron en 2007, al menos cinco abandonaron el bloque y hay tres que aspiran a renovar su banca por otro partido.

En lo que refiere a renovaciones, la lista del oficialismo en la provincia muestra un alto índice de legisladores ?y en especial legisladoras? que irán a la búsqueda de otro mandato. Los primeros puestos corresponderán al ministro de Agricultura, Julián Domínguez; el director general de Escuelas bonaerense, Mario Oporto y a la ministra de Desarrollo bonaerense, Cristina Alvarez.

Con la designación de Domínguez se espera que vuelva a la tradición de que la Presidencia de la Cámara ?hoy en manos del jujeño Eduardo Fellner, que irá por la gobernación? quede en manos de un bonaerense. El resto de la boleta no presenta mayores novedades. La lista de reelectos es extensa: Adela Segarra, José María Díaz Bancalari, Gloria Bidegain, Graciela Giannettasio, Jorge Landau, Adriana Puiggrós y Jorge Rivas, que va por el socialismo. Recién en el undécimo puesto aparece Facundo Moyano, hijo del titular de la CGT, el único representante sindical junto a Carlos Gandsky, del sindicalismo no moyanista y que va cuarto.

En los primeros puestos, la agrupación juvenil La Cámpora logró ubicar 5 nombres con posibilidades, teniendo en cuenta que el FpV aspira a ubicar entre 18 y 20 diputados.

En la vereda opositora, la Unión para el Desarrollo Social, de Ricardo Alfonsín y Francisco de Narváez, cerró listas legislativas nacionales de unidad pero en algunos distritos irán a internas. José Scioli, hermano del gobernador, encabeza la nómina de senadores nacionales, mientras que el radical Miguel Bazze ?de la máxima confianza de Alfonsín? y la ex ministra de Salud Graciela Ocaña van como diputados. Según los cálculos más optimistas, se esperanzan con lograr entre 10 y 12 bancas.

“Es una lista de aparato”, la definió un hombre con larga experiencia en los armados

boina blanca, y reconoce que ofrece pocas novedades que puedan resultar atractivas para el electorado. Detrás de Bazze y Ocaña irán Alberto Roberti, hombre de De Narváez, ex concejal de Avellaneda, esposo de la candidata a vicegobernadora Mónica López y presidente de la Federación Argentina de Petroleros, y Eduardo Santín, ex diputado nacional de la UCR, que perdió la última interna por la titularidad del Comité Provincia ante Miguel Bazze; Laura Esper, ex titular del Comité Radical de Junín, que trabaja junto al intendente de San Isidro Gustavo Posse; Horacio Valdez, referente gremialista de Francisco De Narváez de la ciudad de Berazategui y titular del Sindicato del Vidrio y Rodolfo Rodil, ex diputado nacional, que integró el Frepaso y tiene estrecha relación con Alfonsín.

Octava irá Verónica Renault, asesora e integrante de los equipos técnicos de Francisco De Narváez, a la que seguirán Carlos Pérez Gresia, ex senador provincial, y Santiago Nardelli, que llegó a la lista de la mano de su referente, Graciela Ocaña. Más abajo aparecen dos hombres que entraron en 2007 por la lista del Frente para la Victoria, como Daniel Katz y Gustavo Serebrinsky.

En tanto, el duhaldismo sufrió la baja de Graciela Camaño como candidata a gobernadora, disgustada por el armado de las listas. El Pro, finalmente, no llevará candidato a gobernador y negoció espacios con el ex presidente. Duhalde puede hacer una buena cosecha en tierra bonaerense, que después de diciembre puede armonizar trabajo legislativo con los diputados que logren ingresar de la mano de los hermanos Rodríguez Saá.

Mientras tanto, Proyecto Sur, de Fernando Solanas, lleva al socialista Mario Mazzitelli para la Cámara Baja y el Frente Amplio Progresista de Binner propone como cabeza de lista al sindicalista de la CTA Víctor De Gennaro, secundado por la ex aliada del FpV Victoria Donda. En tanto, la Coalición Cívica lleva al titular de CRA, Mario Llambías, en la única presencia del sector que supo ser estrella apenas dos años atrás en las listas legislativas de importancia.

CAPITAL, SANTA FE Y CORDOBA

Por la Capital Federal, el actual viceministro de Economía, Roberto Feletti, encabeza la lista de candidatos K que lucha por llegar a tres escaños y el ex titular del BCRA Martín Redrado, la del duhaldismo. La UCR, en tanto, lleva al ex fiscal Manuel Garrido, con Pablo Lanusse como colectora por la Udeso. Dos fiscales que muestran la impronta de darle a la campaña un perfil anticorrupción, que en el búnker radical prevén será un tema de impacto en la CABA, que renueva 12 escaños.

La CC, en tanto, propone a Patricia Bullrich; el Pro a Federico Pinedo y el FAP a Claudio Lozano.

En Santa Fe, donde se renuevan 10 diputados, el Frente para la Victoria presentó en

el primer lugar como diputado al intendente de Rafaela, Omar Perotti, seguido por Claudia Giaccone, Marcos Cleri y Oscar “Cachi” Martínez. Por el FAP encabezan Juan Carlos Zabalza y Elida Rasino. En tanto, en la CC-ARI el primer lugar es para Pablo Javkin. Por la UCR, Federico Pezz, Sebastián Chale y Ana Copes, mientras que desde Unión-Pro se postulan Vicente Mastrocola, Gisela Scaglia, Lucas Incico e Irma Foresi.

El cierre de las listas en Córdoba (renueva 9 bancas) también trajo la confirmación

de que el kirchnerismo y el justicialismo de Juan Manuel de la Sota irán divididos y los radicales tendrán una primaria poblada de candidatos. Por el Frente para la Victoria encabezan la lista Fabián Francioni, Nora Bedano, Mónica Gutiérrez y Daniel Giacomino; por el PJ irán Carlos Caserio, Omar Dragún, Claudia Martínez, Graciela Ruiz; por Udeso, Mario Negri, Patricia Rusculeda y Mario Bomfigl y por el FAP Jorge Valinotto y Graciela Villata.

RECUADRO:

LAS LISTAS K SEGUN PASAN LOS AÑOS

El cierre de listas suele ser una de las actividades que provoca más recelos internos en cada una de las fuerzas políticas. Muestran la recomposición de poder puertas adentro de cada partido, y mucho dicen del perfil y estrategia de cada una de las campañas.

Una mirada histórica sobre las listas que presentó el kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires refleja las distintas etapas. En 2003 Néstor Kirchner ganó las elecciones en abril y asumió la Presidencia el 25 de mayo. Las elecciones legislativas de ese año se realizaron cuatro meses más tarde, cuando el Presidente, si bien integraba el mismo espacio que Eduardo Duhalde, ya mostraba apoyos sólidos en las encuestas de imagen.

En esa primera lista, de indisimulable impronta duhaldista, figuraron en los primeros cinco lugares como candidatos a diputados “Chiche” Duhalde, Eduardo y Graciela Camaño, Carlos Ruckauf y Alfredo Atanasof. Todos ellos, hace años, se alejaron del kirchnerismo

Las elecciones legislativas de 2005 marcaron la ruptura del kirchnerismo con el duhaldismo y el aparato del PJ. Un Kirchner con niveles de apoyo récord supuso que era el momento exacto para confrontar contra el ex Presidente y para eso era central ganarle en la provincia de Buenos Aires, llave indispensable para el control del peronismo. Así armó una lista de carácter bien peronista con Alberto Balestrini, Cristina Alvarez Rodriguez, Jorge Taiana, Sergio Massa, Diana Conti, Carlos Kunkel y Héctor Recalde en los primeros casilleros. La lista de diputados del duhaldismo también tenía figuras con mucha trayectoria partidaria. A su vez, Cristina duplicó

en votos a Chiche en la competencia por el Senado.

Kirchner entendió que nadie que pretenda conducir el peronismo puede delegar en

otro el control del conurbano bonaerense y que los legisladores nacionales del distrito deben responder al Presidente y no al gobernador. Y actuó en consecuencia.

Luego de asegurarse el control interno del PJ en 2005, dos años más tarde el ex

Presidente tomó la apuesta de abrir el juego con la elección de Cobos como vicepresidente y llenando de aliados no peronistas la lista bonaerense. Fue la famosa Concertación Plural que se hizo añicos seis meses más tarde y que tuvo su expresión parlamentaria en una lista que tuvo a los radicales Daniel Katz y Enrique Erro en los primeros puestos y que hizo ingresar al socialista Jorge Rivas y los transversales Gustavo Serebrinsky, Victoria Donda y Silvia Vázquez, muchos de los cuales no tardaron en alejarse del bloque K.

La última lista oficialista, en el momento político de menor respaldo para el Gobierno

de todo el ciclo K, fue la de las candidaturas testimoniales. Se buscó recomponer la situación jugando a las figuras que se suponía más populares. En los primeros lugares estaban Kirchner, Scioli y Massa, y sólo el ex Presidente asumió. Fue la apuesta electoral más arriesgada del oficialismo desde 2003. Y salió mal.

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