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Los moderados parecen estar olvidados

Las fórmulas presidenciales en Estados Unidos tienen un sesgo ideológico bien definido.

Kamala Harris.
Kamala Harris. .
09 agosto de 2024

La elección de Tim Walz como compañero de fórmula fue una definición que dejó en claro la estrategia de Kamala Harris. Y que no es muy distinta a la de Donald Trump en este punto.

Walz es un hombre blanco que gobierna Minnesota, un estado del medio oeste y que tiene un perfil más popular que el resto de los candidatos: fue maestro, no trabajó en el mundo financiero  ni estudió en ninguna de las universidades de la Ivy League. Nada más lejos del elitismo que se le atribuye a Harris. Además, fue maestro en China durante un año y medio y tiene una visión muy crítica sobre su régimen político.   

Pero las lógicas diferencias  que suele haber para equilibrar las fórmulas presidenciales, no se expresan en el campo ideológico. Harris eligió como compañero a alguien, que en los temas que  considera esenciales, piensa igual que ella. Los antecedentes de Walz son los de un político moderado, que supo ganar apoyo aun en las zonas más conservadores del estado,  pero que impulsó una agenda progresista como gobernador.

Walz, a diferencia de otros posibles candidatos para integrar la fórmula, tiene la ventaja de no generar resistencia en ninguno de los segmentos relevantes de la coalición electoral demócrata. Y gobierna un estado vecino de otros que son considerados decisivos para definir la elección, como Michigan y Wisconsin, sobre los que su candidatura puede tener una influencia positiva.

El riesgo de una fórmula homogéneamente progresista es que puede carecer de un mensaje atractivo para los votantes independientes o moderados.

Pero con la fórmula republicana ocurre exactamente lo mismo. JD Vance es más joven que Trump y es senador por Ohio, un estado del medio oeste,  la región en la que se podría definir la elección. Pero ideológicamente, es lo mismo que Trump, por lo cual tampoco el votante moderado a parece como destinatario del mensaje de los republicanos. Quizás porque pensaban que compitiendo contra Joe Biden, les alcanzaba con consolidar los votantes propios.

En el marco de una elección que ahira parece más reñida, las dos campañas deberán ajustar sus mensajes y mirar más hacia el centro, que es en definitiva el lugar desde donde se ganan las elecciones, en los días que faltan hasta el 5 de noviembre.

De los cuatro integrantes de las dos fórmulas presidenciales, Walz es el que está en mejores condiciones de encarar esa tarea dado  su perfil personal y su trayectoria política tanto durante su paso por el Congreso como en la gobernación. De todas maneras, los candidatos presidenciales no suelen definir las elecciones, a los sumo pueden ser determinantes en un par de estados.

Claro que aun sin Vance, los republicanos ganarían en Ohio y los demócratas en Minnesota  sin la presencia de Walz en la fórmula.

Pero la selección de su vice dice mucho sobre el candidato presidencial y en ese terreno es un dato político relevante.  Trump parece haber elegido un heredero para su movimiento populista mientras que Harris se inclinó por alguien para intentar ganar aquí y ahora.

Según el promedio de encuestas sobre intención de voto que realiza el sitio Real Clear Politics, Harris lleva una ventaja de medio punto en el voto total, pero Trump prevalece en la mayoría de los distritos clave. Por eso, en la proyección de electores, el ex presidente lleva la delantera y se impone por 287 a 251.      

El próximo hito de la Campaña electoral es la Convención Demócrata que se realizará entres los días 19 y 22 en Chicago. Allí Harris podrá mostrar un partido encolumnadodetrás de su candidatura y movilizado frente a una elección, que tras la renuncia de Joe Biden, se transformó en competitiva.

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