Tener perfiles oficiales no hacen digital a ningún funcionario. Hacer comunicación tradicional en un medio como Internet tampoco. ¿A qué me refiero con esto? Las redes tienen su propio lenguaje: no podemos usar una gacetilla de prensa o la típica foto que mandan al diario, porque eso en redes aburre. No es algo que el usuario quiera leer y mucho menos compartir.
Es importante entender que, si un político está en redes sociales, es porque "en teoría" le interesa escuchar o hablar con sus seguidores, por lo que le debería interesar la interacción con el usuario.
Actualmente, esto no sucede. Son muy pocos los que se animan a hacer un vivo, solucionar un problema de algún usuario mediante comentarios, o simplemente responder preguntas grabadas. Por el contrario, la mayoría de los políticos siguen haciendo comunicación unidireccional, y para eso ya existe la televisión, radio o diario.
Por lo tanto, es fundamental que se entienda esto y, sobre todo, que confíe en el asesoramiento y estrategia que arme su equipo, lo cual es difícil porque el político de la vieja escuela no está acostumbrado a contar una idea en 10 segundos, suelen ser "largueros" y las redes son todo lo contrario: es dinamismo, espontaneidad, rapidez. En esta última campaña logramos verlo en los contenidos del presidente Javier Milei.
Algo importante que quiero remarcar es que no hace falta comunicar todo lo que haga nuestro funcionario. Con esto quiero decir basta de "Yoísmo" o "Reunionismo" (como le digo yo). Si no comunicamos agenda, no significa que no se está trabajando. Recuerden que menos es más: en redes hace falta calidad y menos cantidad. A nadie le interesa una foto firmando un convenio o sentados alrededor de una mesa. Entiendo que muchas veces hay que publicarlo para que los medios tradicionales lo levanten o el "círculo rojo" lo vea, pero también es importante pensar en los que consumen ese contenido.
Es interesante y desafiante cambiar el "CÓMO" comunicamos en redes. Es lo que digo siempre: la política en redes sí importa, el tema es cómo nosotros comunicamos la política. Es fundamental que esto cambie y que entendamos la comunicación digital. Hasta que eso no suceda, la mayoría de los políticos van a seguir usando mal las redes.
Tanto el país como las provincias y los municipios están arrancando una nueva gestión. En comunicación, los primeros 100 días son sumamente importantes, porque es lo que nos ayuda a distinguirnos y separarnos de la administración anterior, entonces debemos hacer llegar los mensajes a los ciudadanos de manera clara, contundente y directa. Es el momento justo para transmitir seguridad, confianza, transparencia, legitimidad y estabilidad.
Un detalle que vale aclarar es que no hay que tener mensajes diferenciados, sino un mismo mensaje general. Y se debe llegar a cada segmento de la población en su propio lenguaje, teniendo en cuenta cómo se habla en cada red social.
Para todo esto es indispensable tener en claro desde las demandas que tenemos en nuestras cuentas hasta las expectativas sobre el nuevo gobierno. Para eso, hay que armar un equipo capacitado para llevar a cabo nuestra estrategia, reforzar los pilares fundamentales de nuestro gobierno y explicar por qué la nueva gestión hace lo que hace.
Las redes institucionales o personales son solo una pata de esta comunicación digital. La mayoría analiza y estudia su reputación en base a comentarios que dejan en sus cuentas, lo cual es clave a la hora de armar nuestros mensajes. Es decir, si yo soy Ministra de Ambiente y me reclaman que la ciudad está sucia, mi mensaje en redes sociales va a ser contar todo lo que nosotros hacemos por mantener limpia la ciudad.
Todo lo que se puede medir, se puede mejorar. Dicho esto, el equipo digital debe analizar el impacto y las reacciones sobre las medidas que toma un gobierno y cómo repercuten comunicacionalmente, sumado a tener una base de Big Data y amplificar los mensajes a través de la pauta y mensajería instantánea, entre otras cosas. Las redes no son solo postear por postear. Sin estrategia, no tenemos objetivos que cumplir y sin objetivos no vamos a tener planificación de contenidos.
Las cuentas institucionales que mejor entienden cómo funcionan las redes y cómo, a través de ellas, pueden movilizar a sus activistas o lograr titulares en medios, son los que más éxito y mayor visibilidad tendrán.
