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Dinamitemos todo

¿Qué condiciones sociales e históricas convergieron en el triunfo de La Libertad Avanza?

Todo gira en torno a Javier Gerardo Milei.
Todo gira en torno a Javier Gerardo Milei. .
Lucía Caruncho 21 agosto de 2023

El triunfo de Javier Milei en las elecciones primarias que se disputaron semanas atrás acentuó el interés tanto por las características particulares del líder como por las condiciones políticas que confluyeron en su relativo éxito. Así, aunque a la dirigencia local todavía no le "entra en la cabeza que Milei mida 30 puntos", los principales análisis periodísticos explicaron los resultados a la luz del devenir económico, la reconfiguración de las alianzas electorales, las motivaciones detrás del voto y la comunicación de los candidatos. De este modo, salvo valiosas excepciones, la preocupación por las condiciones sociales e históricas que convergieron en el triunfo de La Libertad Avanza han ocupado un espacio mucho menor.

Pero ¿cómo llegamos hasta acá?, ¿cómo pasamos del ilustre "rezo laico" al "fin de la casta política parasitaria, chorra e inútil" ?, ¿cómo fue que nos desplazamos desdela reivindicación de los derechos humanos a considerarlos una "aberración" de la justicia social?, ¿en qué momento la primavera democrática de 1980 y los consensos políticos de 1990 parieron esta sociedad tan fracturada, cansada y enojada?

Vamos al grano, mi percepción es que la dificultad de las élites para convenir en un proyecto político sobre el que erigir el gran edificio democrático tras la última dictadura militar, si, por un lado, logró amalgamar la fragmentada sociedad argentina, por otro lado, la dejó sin una dirección de largo plazo sobre la que construir las capacidades estatales necesarias para extender los derechos y las libertades inherentes al nuevo régimen. En este marco, la ilusión de que "con la democracia no solo se vota, sino que también se come, se educa y se cura"devino en no pocas frustraciones.

En el plano político, ello se manifestó en la dificultad y/o falta de voluntad de los sucesivos gobiernos para implementar políticas públicas estatales que atendieran a cuestiones estructurales y en la predominancia de medidas excepcionales, cortoplacistas y mayormente reactivas que buscaron controlar los estallidos sociales y frenar los efectos de las recurrentes crisis. Así, y más allá de las discusiones en torno a las formas de medición, la pobreza se ha ampliado, las condiciones de acceso y calidad de los servicios básicos como lo son la educación y la salud se han degradado, las posibilidades de ascenso social se han reducido y las desigualdades se han profundizado. Según el último informe del INDEC, hoy alrededor del 40% de la población es pobre y, de ese conjunto, el 8% tiene dificultades para subsistir. Asimismo, según el reporte del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina correspondiente a mayo 2023, entre las infancias y adolescencias la pobreza monetaria ha aumentado un 60% en los últimos dos años y la inseguridad alimentaria se mantuvo por encima del 30%.

Bajo estas consideraciones, la falta de consensos alrededor de un proyecto político de largo plazo conllevó amplios costos sociales. Entre tantos otros, largos ciclos de desventajas acumulativas que repercuten con mayor intensidad en los sectores menos favorecidos al ritmo de un Estado incapaz de regular los efectos de un sistema capitalista que ubica a los grupos privilegiados en una situación comparativamente mejor para iniciar cualquier emprendimiento. De este modo, hoy se iguala hacia abajo: nos parecemos porque estamos cada día peor.

A todo ello, hay que agregarle que este devenir tuvo lugar en una sociedad atravesada por amplias transformaciones culturales y socioeconómicas. En este sentido, si bien el retorno a la democracia en la década de 1980 significó una renovada fe cívica en el pluralismo y la diversidad, también contribuyó a la formación de una ciudadanía más alerta, exigente y preocupada por la transparencia que expresó, paulatinamente, mayores niveles de desconfianza en la política. Ello en un escenario de progresiva vinculación entre las organizaciones sociales, los gobiernos y el Estado que, en ciertas oportunidades, tomó la forma de vínculos clientelares que desvirtuaron y deslegitimaron su accionar. Así, a la par que las condiciones sociales se deterioraron, las organizaciones tradicionales se alejaron de la experiencia de la clase trabajadora, una clase con características visiblemente diferentes a las del siglo anterior:emprendorismo, multitasking y sueños de libertad individual mezclados con precarización laboral y flexibilización.

En este contexto, y ante la ausencia de un proyecto político de largo plazo que direccione las políticas gubernamentales, las organizaciones sociales en general y los partidos políticos en particular, tienen pocos logros que mostrar. Están encerrados en discusiones dogmáticas y discursos alejados de la experiencia cotidiana. De esta manera, la situación se asemeja mucho a una olla a presión: sí las bases aún no han hecho volar la tapa por los aires es porque los gobiernos de turno han logrado aplacar la situación vía políticas económicas y sociales de emergencia que, si bien aseguraron la gobernabilidad, nomejoraron las condiciones sociales de existencia. En este sentido, aún persisten enormes cuotas de frustración y cansancio que en los últimos años se han traducido en un sostenido crecimiento de la desconfianza y en un extendido enojo hacia la clase política. Esto es,justamente, lo que supo leer y hacer explotar Javier Milei. El voto a este candidato no manifiesta necesariamente un posicionamiento ideológico sino la necesidad de volarlo todo.

No obstante, cabe recordar los enormes costos sociales que han tenido las pretensiones refundacionales en la Argentina. Si algo nos dejaron en claro las experiencias autoritarias es que jamás se construye de nuevo, se construye sobre lo heredado. Así entendida la historia, si dinamitamos todo nos volveremos a forjar sí, pero sobre los escombros de una sociedad que aún alberga en su seno una amplia gama de injusticias y conflictos sociales.

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