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El radicalismo después de la Convención

La UCR avanzó unos casilleros en el tablero de la política nacional como consecuencia de la Convención Nacional que realizó el viernes 27 en La Plata.

El radicalismo después de la Convención
Augusto Milano 02 junio de 2022

En un momento de fragmentación de todos los espacios políticos, logró mostrarse como un partido relativamente unido y que logra compatibilizar la tradición a la que es tan afecto con la absorción de figuras nuevas.  Por eso, la foto final del encuentro reunió en el escenario a Morales, Manes, Negri, Losada, Naidenoff, Valdés  y Lousteau.

También quedó claro el compromiso con la unidad de Juntos por el Cambio, pero compitiendo con un nombre propio por la candidatura presidencial contra el que postule el PRO que los radicales dieron a entender que prefieren que no sea Mauricio Macri. “Acá está el futuro presidente” dijo Morales en su discurso de cierre haciendo referencia a Facundo Manes, a Gustavo Valdés y a él mismo.

Pero la Convención también dejó expuestas algunas debilidades que deberá resolver el radicalismo. Una de ellas, es la falta de un candidato competitivo para la gobernación de Buenos Aires. Lousteau lo impulsa a Martín Tetaz mientras que otros piensan que debería ser el titular del comité provincial, Maxi Abad. Pero lo cierto es que ninguno de los dos tiene todavía el peso de los nombres que maneja el PRO y la falta de intendentes radicales en el conurbano y las ciudades más grandes del interior provincial constituyen una desventaja para enfrentar una primaria. Más claro está el panorama en la CABA en donde todo el radicalismo acompañará la postulación de Martín Lousteau a jefe de Gobierno.  

Para la carrera presidencial el radicalismo tiene dos candidatos que tienen perfiles claramente diferentes: Morales es un gobernador exitoso y un líder partidario mientras que Manes puede satisfacer la demanda social por figuras nuevas.  Pero todavía ambos están lejos de la intención de voto que reúne, por ejemplo, Horacio Rodríguez Larreta.

Por otra parte, no está definido un aspecto clave de la estrategia electoral para 2023 y que es el de la integración de las fórmulas. Lousteau, explícitamente,  se expresa a favor de fórmulas mixtas de radicales y amarillos porque considera que eso enriquecería la oferta con el aporte de diferentes visiones. Otros parecen preferir las fórmulas puras mientras que hay quienes piensan en que la integración de la fórmula podría servir para incorporar algún sector del peronismo no K a la coalición.

En lo que sí hay coincidencia en el radicalismo es en jerarquizar su presencia en JxC y no repetir la experiencia del gobierno de Macri en el que no tuvo peso. Pero el protagonismo en político no se obtiene reclamándolo sino con votos, y en ese terreno, el radicalismo tiene todavía un camino por recorrer durante los próximos meses.

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