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¿Hecha mi ley, hecha la trampa?

En su célebre acto de graficar el ajuste del gasto, Milei anunció que eliminaría la inversión en investigación.

Peligra el financiamiento público a la ciencia nacional.
Peligra el financiamiento público a la ciencia nacional. .
Esteban Chiacchio 24 agosto de 2023

"Que quede en manos del sector privado". Javier Milei, fibrón negro en mano y con un organigrama del Estado nacional exhibido enfrente suyo, dejó en claro en el plató de La Nación+ el horizonte que le espera al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en una eventual presidencia suya. El juego propuesto en pantalla pareciera que más que conocer la visión del economista al respecto de un área del Estado, busca ver hasta dónde se anima a llegar con cada una de sus respuestas. 

La audiencia sabe que debe tomar muy en serio lo que el aspirante a la Casa Rosada describe en aquella participación televisiva: obtuvo un sorpresivo y resonante primer puesto en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, abriendo un nuevo episodio en la historia electoral argentina. Milei ya no es un fenómeno: es parte estructural de la política actual de nuestro país, y allí se mantendrá por tiempo indefinido, con las consecuentes posibilidades de una posible victoria en las urnas.

Los dichos del líder de La Libertad Avanza generaron una suerte de dilema en el peronismo, aun en shock por la paupérrima performance en las PASO, cuadro en donde se ubicaron en un inédito tercer lugar. Desde las elecciones de medio término del 2021, Unión por la Patria, en su forma de Frente de Todos, asistió a procesos de desacralización de diferentes símbolos, en distintas velocidades, y tanto por sus propias deficiencias como por necesidad de adaptación.

La figura del "trabajador" dejó de ser un activo para el imaginario peronista actual, no solo por el estancamiento que parece tener la doctrina para concebir los nuevos oficios de nuestro tiempo, sino también porque el tener un empleo formal dejó de ser garantía en la Argentina de poder llegar a fin de mes: al asalariado que goza de los derechos conquistados le sobra mes al fin del sueldo, dejando sin combustible a uno de los puntos históricos del movimiento. A esto cabe sumar una creciente economía informal que se encuentra ajena a esos derechos que la fuerza reivindica.

Por otra parte, conocemos las internas que han minado el quehacer oficialista durante el último período presidencial, más no deja de ser un factor a considerar el corrimiento de escena de Cristina Fernández de Kirchner, al menos en la campaña de cara a las Primarias. Si en algún momento la vicepresidenta dio pistas de un posible rol visible en ese proceso, esto rápidamente quedó disipado con el protagonismo en solitario con el que caminó Sergio Massa. Las denuncias públicas desde UxP respecto a la proscripción contra la exmandataria fueron entonces sumamente limitadas.  

Concluyendo con este repaso sobre la desacralización que se ha dado en el peronismo en el último tiempo, cabe identificar la postergación, por usar un término elegante, de causas icónicas para la corriente. Hoy es impensado incluir en el esquema de campaña, por ejemplo, el reclamo por una Ley de Medios, así como promover una hipotética apertura democrática de la Corte Suprema de Justicia. Por falta de cintura política, porque el electorado está "derechizado", porque hay mayores urgencias... razones para justificar estos reordenamientos hay varias, lo cierto es que el peronismo de los últimos cuatro años ha dejado de propulsar iniciativas transformadoras con claridad para ser una cuadrilla en permanente control de daños.

Unión por la Patria se colocó en el tercer puesto de los últimos comicios, bautizados como "elección de tercios". No es solola frágil situación económica lo que explica el bajo resultado, también es necesario incorporar una fortísima crisis de representación que el pasado domingo desarticuló el bicoalicionismo que el peronismo y Juntos por el Cambio compusieron en la última década.

En la irrupción de Milei es importante observar una vehiculización hacia las urnas de la frustración, desencanto y decepción para con la dirigencia política, a la cual se la tacha de incapaz de resolver los principales problemas de los argentinos y de encontrarse hundida en un microclima. Cabe repasar aquí de algo bastante masticado por estos días: el electorado que se inclinó por LLA no compone esencialmente un conjunto "fascista" o un cúmulo de militantes de la compra-venta de órganos, sino que se encuadra en una crisis de varias capas que parte de los padecimientos anteriormente mencionados por parte de la sociedad (y la ausencia de respuestas concretas y soluciones sólidas ante estos).

En ese escenario es donde aterrizan los dichos de Milei sobre el CONICET. El intercambio que resaltó en medios y redes sociales tuvo un interesante contrapunto en la vereda opuesta al referente liberal, sobre si los dichos de Milei obligan a reforzar la defensa de la soberanía científica en la plataforma de la UxP, o si el economista buscaba marcar agenda de la coalición gobernante orientando el reflector hacia un eje que no determina una elección presidencial, llevándolos a deambular por puntos que no son prioridad para la ciudadanía "de a pie".

Todo esto compactado en una campaña de 60 días, tras unos comicios con resultados inesperados e inéditos, con un peronismo transitando un calendario donde no solo está en juego su reelección, sino también su vínculo popular. Como me ejemplificó un querido colega, ¿Milei había empleado la táctica del tero, ese que en un lado grita y en otro pone el huevo? ¿O se corre riesgo de minimizar una eventual desarticulación del progreso científico nacional?

La visión de Milei sobre la ciencia argentina se encuentra dentro de la continua búsqueda de chivos expiatorios que expliquen la crisis económica actual: la plata que está ahí es la que falta en tu comunidad.

La cruzada anti-soberanía científica más que un objetivo parece ser una consecuencia de la crítica de Milei al quehacer estatal, la cual por supuesto que genera un desprestigio para la entidad -estamos hablando del candidato más votado el domingo 13- así como también la mayor alarma para los científicos al menos desde los años 90': incluso tras la victoria de Mauricio Macri en 2015, se ratificó al ministro de la gestión saliente, Lino Barañao, a cargo de la cartera de ciencia, tecnología e innovación (cabe decir que posteriormente, en 2018, dicha área sería rebajada de ministerio a secretaría, lo cual generó un fuerte rechazo en la comunidad científica). 

Si Unión por la Patria accede a una segunda vuelta está claro que será más por estabilizar la volátil situación económica, iniciar un proceso de recomposición salarial con resultados tangibles, estructurar ello a nivel federal, revitalizando la relación con los gobernadores -no en vano la estrepitosa caída del voto hacia FDT/UxP se sintió de Ushuaia hasta La Quiaca- y, pequeño desafío, no exhibir fisuras ni internas de cara a octubre. En términos estrictamente futbolísticos, si un mejor ataque es una buena defensa, sin políticas que apunten a una recomposición del tejido socioeconómico, las chances electorales del oficialismo bajan, y la implementación de políticas públicas orientadas al desarrollo de la ciencia y la innovación tecnológica quedarán a merced de una nueva administración. 

Desde el gobierno, Sergio Massa capitalizó el episodio para denunciar la falta de conocimiento de su rival, quien había propuesto una comparación de empleados entre el CONICET y la agencia espacial estadounidense: "El Conicet tiene 35 mil personas y la NASA, 17 mil". El ministro de economía describió esta expresión de Milei como un "desconocimiento total del Estado", debido a que el equivalente argentino de la NASA es la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE).

Para encontrar posicionamientos más en profundidad de la cuestión dentro de la alianza, cabe dirigirse al presidente Alberto Fernández -de nulo rol en la campaña presidencial- el cual se expresó en redes sociales: "Hay un candidato que quiere destruir el Ministerio de Ciencia y Tecnología y el CONICET, pero sus resultados son un orgullo". En el posteo, el mandatario describe el novedoso desarrollo desde una empresa biotecnológica nacional de productos para tratamientos de pacientes que padezcan enfermedades inflamatorias, autoinmunes o incluso cáncer. 

Pregunta abierta: en caso del peronismo obtener una nueva oportunidad y recomponer su vínculo con las mayorías, ¿se puede pensar en una forma de integrar, desde la política, a una nueva escala, los progresos científicos nacionales con las nuevas formas de comunicación y los nuevos desafíos, al momento de conectar con la sociedad? ¿Se puede "voltear" este dardo de Milei para obtener un nuevo desafío para un Estado que no saldrá siendo el mismo de esta contienda electoral? Es un hecho que el desprestigio hacia la comunidad científica desde el aspirante que más votos cosechó implica una reconstrucción de cara a la sociedad de esa arista por parte de un eventual mandato de Massa. Tarea que estará directamente ligada, como todas, a la mejora de las condiciones económicas de la Argentina, ese factor central que regula toda percepción de los debates, posibilidades y tensiones que decantaron de las PASO.

Escenas del próximo capítulo: si nos guiamos por las últimas declaraciones en el medio Neura de la candidata a la vicepresidencia Victoria Villarruel, el hecho que desde que LLA se ataquen fibras íntegramente sensibles del armado ideológico del peronismo no parece ser algo limitado estrictamente a las políticas científicas. "Hoy si se está hablando de cuestiones que hasta incluso generan escozor,como podría ser lo del CONICET, o de que no fueron 30.000, es porque se planteó desde acá esa discusión, porque esa discusión está en la sociedad, y es la clase política la que elegía ignorar todas estas cosas".

Y así como si nada, la compañera de fórmula de Milei coló el cuestionamiento sobre la cantidad de detenidos-desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar en lo que era, inicialmente, un asunto de dirección de fondos del Estado hacia el desarrollo científico. ¿Cabe someter a las reivindicaciones y a las conquistas en el ámbito de los derechos humanos a una suerte de "stop" a causa de la furia de los tiempos electorales y la hipotética falta de tracción que ese tema genera en el electorado? ¿Opera la misma lógica? La propuesta de privatizar el CONICET, da la sensación, es solo un episodio de una saga de cuestionamientos hacia factores que creíamos ya afianzados en la conciencia colectiva, que el empoderado economista está decidido, justamente, a desacralizar.

"En lo ideológico estrictamente, nosotros ya logramos correr el espectro de todo el discurso político" desliza, en esa misma entrevista, la candidata a vicepresidentede Milei.

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