En un momento del debate, Sergio Massa le preguntó a Myriam Bregman: "¿De verdad, para vos es lo mismo Milei que nosotros?".
Antes le había recordado que "en el último año votaste 24 leyes con nosotros y sólo 2 con la Libertad Avanza".
La respuesta de Bregman fue la previsible y habló de las similitudes entre las propuestas de Javier Milei y las del oficialismo. Y concluyó su respuesta dirigiéndose a Massa: "Y además, ¿sabés qué? No estamos en un balotaje".
Se trató de una buena lectura de Bregman de la estrategia de Massa, que en su mensaje incorporó elementos válidos para competir en una eventual segunda vuelta, algo que ninguno de sus rivales hizo.
Massa parte de la base de que al balotaje lo disputará con Milei y, por lo tanto, buscó mostrar que tanto Juan Schiaretti como Bregman están más cerca de él que del candidato libertario.
- El otro recurso al que ocurrió Massa fue del de reiterar que, en caso de ganar las elecciones, convocaría a un gobierno de unidad nacional.
Está claro que ese mensaje está pensado para un balotaje, en el que necesitará el apoyo de otros sectores. Por supuesto que armar un verdadero gobierno de unidad nacional no es una tarea sencilla. Pero en cualquier caso se trata de un intento positivo y Massa le sacó una ventaja en ese sentido a Milei y a Patricia Bullrich.
Milei descalifica a toda la dirigencia política a la que define como casta y Bullrich castiga por igual a oficialistas y libertarios. ¿Qué diálogo político podrían llevar adelante con los otros sectores en caso de llegar al gobierno?
Massa, por el contrario, dejó algunas puertas abiertas con claros destinatarios: un amplio sector de radicales, cordobesistas, progresistas y resabios del larretismo.
Anticipar esa jugada es un acierto, pero falta que se concrete el escenario para la cual serviría: que haya un balotaje entre Massa y Milei. Ya nada asegura que eso efectivamente vaya a ocurrir.
