Los días previos al 22 de octubre tendrán como hecho distintivo los cierres de campaña en los que los candidatos ratificarán sus estrategias con los ajustes que hicieron luego de las PASO. Pero sus ambiciones son diferentes.
Javier Milei cree que tiene alguna chance de ganar en primera vuelta mientras que Sergio Massa y Patricia Bullrich apuntan a entrar a la segunda vuelta para competir contra el candidato libertario.
Sergio Massa le habla al piso del peronismo
La idea central de Massa desde que comenzó la campaña posprimarias fue instalar una polarización con Milei como expresión de dos modelos antagónicos y dar a entender que Bullrich ya estaba fuera de carrera.
A partir de allí se concentró en hablarle a su piso y para eso recurrió a una agenda y un estilo que le asegurase el voto histórico del peronismo en torno al 30%. Entiende que ese porcentaje le permitiría ingresas a la segunda vuelta en la que confrontaría con Milei.
En el tramo final de la campaña, lo que se vio claramente en el segundo debate, intensificó su estrategia pensando en la segunda vuelta con la convocatoria a otros sectores para conformar un gobierno de unidad nacional en caso de ganar. Radicales, resabios larretistas, progresistas y cordobesistas, con cuyos votos espera contar, son los destinatarios de ese mensaje.
La doble condición de ministro y candidato es un pasivo por los resultados económicos cada vez peores, pero también le da la posibilidad de adoptar medidas compensatorias que alivien, aunque sea muy transitoriamente, los bolsillos de los votantes.
Javier Milei sigue la doctrina de Ruggeri
El candidato libertario obtuvo un triunfo inesperado para muchos y a partir de allí siguió dos líneas.
La primera trató de evitar caer en desbordes, con un estilo más moderado y evitando hacer referencias o suavizando los puntos más polémicos de sus propuestas anteriores. Por otro lado, su estrategia fue no arriesgar y agrandar la ventaja obtenida en agosto sobre la base de los votos que suelen recibir en las generales los ganadores de las primarias.
Oscar Ruggeri dice que cuando se está ganando una final, a partir de los 20 minutos del segundo tiempo el ganador debe intentar que ya no se juegue más al fútbol y, así, asegurar la victoria parcial. Milei parece compartir esa visión y se dispuso a "hacer tiempo" y sin tomar riesgos hasta el 22 de octubre.
Patricia Bullrich quiere mostrarse bien rodeada
La candidata de Juntos por el Cambio fue la que más variantes introdujo en su estrategia.
Inicialmente, luego de las primarias concentró su ataque en Massa porque es con quien compite por un lugar en la segunda vuelta. Pero Bullrich no disputa segmentos del electorado con Massa sino con Milei y de allí que, con acierto, haya decidido reenfocar su enfrentamiento hacia el candidato libertario.
Algunos sondeos posteriores a las primarias mostraban que algunos votantes de Bullrich comenzaban a inclinarse por MIlei en las generales y de allí que el cambio del discurso era inevitable.
Por otra parte, consciente que sólo con su nombre no le alcanzaba para ganar dado que fue la candidata menos votada de los tres en las primarias, decidió sumar volumen anunciando a quienes integraría su futuro gobierno: Carlos Melconian y Horacio Rodríguez Larreta, entre ellos.
En la misma línea en el tramo final de la campaña hace hincapié en los recursos institucionales con los que contaría de llegar al Gobierno. Allí aparece la mención a los 10 gobernadores, los 500 intendentes y el número de legisladores nacionales de JxC que aseguran que tendrá el poder suficiente para que los cambios se concreten.
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