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El oficialismo reculó en su proyecto y cede frente a la necesidad de consensuar aspectos claves de su programa con la liga de gobernadores dialoguistas.

Gobernadores con mucho para ganar.
Gobernadores con mucho para ganar.
29 enero de 2024

Aunque Javier Milei siga afirmando que no hay plan B para su programa de reformas, ha cedido a retirar el capítulo fiscal de sus "Bases". El gobierno busca minimizar la derrota en la negociación y se prepara para dar la pelea en la opinión pública. La estrategia de regularización de las cuentas fiscales del Gobierno seguirá apuntando a la recomposición de Ganancias y un aumento temporal de las retenciones.

Previamente, los gobernadores de Juntos por el Cambio discutieron su estrategia de negociación con el Gobierno y su postura frente a los proyectos oficialistas. Ocho mandatarios provinciales se reunieron, dando inicio a una relación más conflictiva con el Gobierno Nacional. 

La debilidad legislativa de Milei no le impidió firmar su ya famoso DNU y enviar su proyecto refundacional al Congreso. A pesar de haber contado con un apoyo inicial de los restos de la ex-coalición opositora, la ambición del Gobierno empujó a sectores, destinados a dividirse, a trabajar juntos.

En esta línea, la reunión de los mandatarios subnacionales radicales y del PRO, sumado a la afinidad entre Llaryora, Pullaro y Frigerio, abren la puerta a la conformación de una liga que puede condicionar la agenda legislativa del Gobierno central.

Para esta alianza del interior productivo el objetivo es mostrarse cooperativos con la flamante administración nacional, pero defendiendo la sostenibilidad de sus cuentas. Esto le permite ganar terreno en la opinión pública local, sobre la base de un rediseño de la grieta tradicional. 

En la medida que crece el consenso sobre el ordenamiento de la balanza fiscal, los gobernadores pueden criticar al Gobierno, tanto desde una perspectiva de ortodoxia económica en el nivel federal, como por su insensibilidad en cuestiones sociales.

Los gobernadores saben que tienen un terreno fértil para lanzarse a la discusión nacional, en un contexto de falta de liderazgos, con crisis de la imagen de los líderes y de los partidos tradicionales. 

Para sacar rédito de esta situación, no basta con el posicionamiento acertado en el debate de los proyectos oficialistas, también necesitan gestiones que se puedan defender en las futuras campañas. Esto será posible únicamente si se recompone el esquema de federalismo fiscal que puede financiar los servicios esenciales que prestan las provincias.

¿Hay margen para recomponer Ganancias sin que los gobernadores paguen el costo político con sus posibilidades electorales? Por supuesto que sí, y la debilidad legislativa de Milei es el principal factor a tener en cuenta.

En el Congreso, los diálogos entre los mandatarios subnacionales tienen una traducción más compleja. En cuanto a los ex-Juntos por el Cambio, el PRO asume una posición de semi-coalición junto con La Libertad Avanza, mientras que la UCR se posiciona como la oposición responsable, más cercana a las posturas del interbloque federal (Hacemos Coalición Federal). Estos últimos tenían buena predisposición para debatir algunos aspectos del capítulo fiscal del proyecto de "Bases", sobre todo la coparticipación del impuesto PAIS, pero con un veto categórico al aumento de las retenciones a la exportación.

Llaryora y Pichetto, con el acompañamiento de la Coalición Cívica en el Congreso Nacional, tienen mayor margen de negociación con el oficialismo y espacio para crecer en la opinión pública. 

Mientras que la UCR y el PRO gobiernan en geografías con necesidades muy diferentes y cargan con historia de gestiones negativas, el justicialismo cordobés gobierna una provincia productiva, superavitaria y con mucho espacio para crecer electoralmente a nivel nacional.

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