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Una salida radical a la interna del PRO

Al igual que en 2015, el rol de la UCR será clave para la sucesión, pero en este caso con una nueva impronta.

Acecha el fantasma de la convención de Gualeguaychú en la UCR.
Acecha el fantasma de la convención de Gualeguaychú en la UCR. Rodrigo Acevedo.
Tiki Gomez Goldin 12 junio de 2023

Corría el primer trimestre del año 2015 y la Unión Cívica Radical debía resolver en una histórica convención que tomó lugar en Gualeguaychú, Entre Ríos, si formularía una coalición con el PRO liderado por Macri o si, en cambio, pactaría una alianza con el Frente Renovador de Massa.

Por aquellos días del 2015, Rodrigo Acevedo ilustró con una aguda caricatura la grotesca realidad del 2014: dos prometedores presidenciables como Macri y Massa disputaban día a día en un tablero de ajedrez el apoyo de cada uno de los radicales a lo largo y a lo ancho del país, en cada una de las provincias y en cada una de las localidades. "(...) La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa(...)", escribía Marx al comienzo de El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte. 

Hoy esa dinámica parece estar repitiéndose y la decisión final parece estar quizás detentándola el partido de Alem.

 En estos años el partido centenario puede haber efectivamente perdido aquel protagonismo que posicionaba a sus dirigentes al frente de boletas presidenciales pero posee, una vez más, la decisión de inclinar el peso definitivo de la balanza que configura al futuro político del país.

 La estructura partidaria del radicalismo representa en la provincia de Buenos Aires, donde se libra la mal denominada "madre de todas las batallas" electorales, entre 8 y 14 puntos. Cuando ellos resuelven su orientación en las urnas, a las 8 am ya se encuentran depositando (no al unísono) sus boletas no sin antes habiendo realizado un trabajo previo en cada uno de los comités que habitan en el interior. 

Una maquinaría envidiable. Estos 14 puntos no solo pueden garantizar un eventual triunfo a nivel provincial sino que, al representar unos 5 o 6 puntos porcentuales a nivel país, pueden incluso resultar determinantes a nivel nacional.

Analógicamente, podemos preguntarnos: ¿por qué acaso el kirchnerismo cerró con Massa en el 2019? Porque sabían que, al menos, entre 6 y 8 puntos garantizaba nacionalmente, los que eran críticamente imprescindibles para superar los 40 puntos, y así sucedió. 

Si Massa hubiese ido por afuera, ¿le habría ganado Alberto Fernández a Mauricio Macri? No lo sabemos con certeza pero sí conocemos que por tal participación hubo preponderancia en el pago posterior: la presidencia de la Honorable Cámara de Diputados, lugares en las listas legislativas, Ministerio de Transporte, Aysa, etcétera. La lógica coalicional implica y demanda pago. Por eso hay que seducir. El radicalismo hoy supone la misma dinámica, lo cual también acentúa el esquema coalicional.

Pero más significativo aún es comprender que el gobernador hoy no influye tanto como algunos pensarían en la boleta que los bonaerenses se encontrarán el próximo agosto y octubre. Se trata de una boleta de nada menos que 9 cuerpos: Presidente de la Nación, Parlamentarios del Mercosur, senadores nacionales, diputados nacionales, recién ahí en el medio gobernador provincial, senadores provinciales, diputados provinciales, intendente y concejales. 

En conclusión, ¿qué tanto podemos afirmar que allí el gobernador es determinante? A menos que se sitúen figuras altamente polémicas, como lo fue la de Aníbal Fernández, el gobernador no define y apenas añade algunos puntos más en un día muy bueno. Se estima, por el contrario, que se vota mayormente al presidente o al intendente.

Por lo tanto, dentro de la interna amarilla hoy Grindetti tendría chances si Bullrich ganase en la provincia. 

Entonces ¿qué sucedería si alguno de los dos contrincantes del PRO ganara en la provincia pero la diferencia no le alcance para consagrarse en las PASO a nivel nacional? ¿Podría así quedar el gobernador de uno con el presidente de otro? 

Es posible debido a la disparidad de imagen y apoyo que poseen en el interior y en el área metropolitana, por lo que es allí donde la figura de gobernador y vice se tornan las piezas clave de disputa y, mayormente, de negociación por estos días.

En esta interna tan pareja entre el jefe de Gobierno de la CABA y la exministra de Seguridad, el árbitro decisor queda ungido en la Unión Cívica Radical. 

Rodríguez Larreta Patricia Bullrich Interna del PRO
Rodríguez Larreta Patricia Bullrich: la interna del PRO

Con sus 14 puntos provinciales y 5 nacionales de base, la UCR no se pregunta cuántos votos aporta cada gobernador sino que se concentra en la tracción mencionada de arriba (presidente) y abajo (intendente). Atención: a no confundir dirigentes con votos.

Cabe destacar, en esta línea,  que sí en numerosos municipios chicos se pueden perder elecciones por menos de unos miles de votos - y nos referimos a al menos 60 distritos- y consideramos también que el oficialismo fue derrotado en el 2021 por menos 135 mil votos, esta interna se puede definir por mucho menos.

Parecería que, por tanto, lo que Massa fue para el kirchnerismo en el 2019 debiera ser la UCR para PRO . Como dijera un dirigente peronista bonaerense "Massa en marzo del 2015 era presidente y se quedó sin nafta porque a la ancha Av. del Medio en un día feriado no va nadie". Hoy el esquema de incentivos para tensionar es tentador pero para romper, si bien no es nulo, desciende abruptamente. 

Sin embargo, la salida vuelve a ser coalicional y, más aún, radical.

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