Faltan tres semanas para que se devele el misterio de las PASO y quién será el candidato que represente al partido que, aún inmerso en una guerra sin cuartel entre sus miembros, tiene las mayores chances de terminar ocupando el sillón de Rivadavia.
Sergio Massa se frota las manos y ve como Juntos por el Cambio se transforma en un "cabaret", frase popularizada por el ex delantero de Boca, Diego Latorre, precisamente durante la presidencia de Mauricio Macri en el club xeneize.
"Mientras ellos se matan nosotros seguimos competitivos. Y si los números son correctos, polarizamos con (Javier) Milei y Patricia Bullrich. Y ese escenario nos favorece", comentaba una fuente massista que está metido en la campaña. "Sergio es el que más experiencia tiene en campañas y lo están subestimando. Acá nadie corre de atrás, es una carrera donde todos salimos de la misma línea de partida", apuntaba el informante.
Lo cierto es que la candidatura de Massa, que tendría una intención de votos del 30%, es competitiva a pesar de su pésimo track record económico. Como detalló la consultora PxQ, de Emmanuel Alvarez Agis, 2023 es el peor escenario de las últimas tres PASO presidenciales en Argentina.
"Los indicadores económicos y sociales a nivel país en 2023 presentan una desmejora con respecto al 2019, 2015 y 2011. En cuanto al poder adquisitivo, el salario real, el haber mínimo jubilatorio se encuentran en los niveles más bajos de las últimas elecciones, lo que provocó un aumento de la tasa de pobreza. Por otro lado, los indicadores de consumo no muestran mejoras con respecto a los años previos", explica PxQ.
Tan sólo el "cabaret" que se vive en la oposición explica cómo un ministro con más de 100% de inflación, pobreza del 45% y brecha del 100% tenga chances reales. "Es el costo de la independencia", aseguraba una fuente del entorno larretista. ¿A qué se refiere? A que Horacio Rodríguez Larreta se corta sólo porque no quiere que le manejen un eventual gobierno suyo. ¿Quién lo haría? "Mauricio", responde. Algo que, enfatizan, pasaría si la candidata de JxC es Bullrich. "Acá no podemos quedar como títeres de nadie, no podemos ser el Alberto de Cristina. Y se charla todo pero el que decide es Horacio, y eso hay gente que no le gusta. Su estilo choca porque no pide permiso", completan.
Las peleas entre Larreta y Bullrich son públicas y no se esconden. Derraman en la interna de la Ciudad de Buenos Aires y el macrismo duro no le perdona al "Pelado" que haya subido a Martín Lousteau y ponga en riesgo la herencia del PRO en CABA. "Hay que sumar para sobrevivir y para crecer", repiten como un mantra en el larretismo.
¿Le alcanza a Massa la dispersión opositora para sumar moderados o independientes además del núcleo duro kirchnerista? El analista político Carlos Fara dice que en esta primera etapa (las PASO), está claro que la presencia de Cristina apunta a armar el equipo de atrás para adelante.
"Empecemos por el voto duro. Porque lo que está sucediendo en las elecciones provinciales y lo vimos también en Santa Fe, es que hay un voto progresista que se está quedando en la casa y eso alimenta mayores niveles de abstención", señala.
Cristina le garantiza a Massa un piso, pero el resto tendrá que ser construcción propia del ministro. "Esto es una carrera larga, por lo menos hasta fin de octubre, después vendrá la etapa en la cual Massa podrá tener alguna flexibilidad como para mostrarse, si se quiere, más autónomo, tratando de captar algún voto moderado que, así como pasó en el 2019, le tenga miedo a un regreso del macrismo. Eso puede pasar, es una hipótesis de trabajo, no necesariamente significa que se va a verificar, pero en función de eso creo que está un poco armándose la estrategia en esta primera parte", dice el analista político.
Claro que para que Massa tenga alguna chance, más allá de la crisis opositora, tendrá que haber sorteado ciertos escollos en lo económico. Ahí, el Fondo es el más inmediato. Pero no el único. Si bien proliferan rumores de acercamiento con el FMI, lo importante es qué tanto ayudará un acuerdo (sea el que fuere) a la campaña massista en el sentido de "anclar" los múltiples desequilibrios.
Daniel Marx, director de Quantum y uno de los economistas que más conoce cómo suelen ser las negociaciones de los países con el Fondo, afirma que todo pasa por la discusión de la política económica donde hay claras diferencias entre ambos. "En definitiva, a los dos, es decir tanto a Argentina como al Fondo, les conviene arreglar porque las consecuencias de no arreglar serían muy riesgosas y pondrían en duda la estabilidad financiera", sostiene.
Las discusiones, dice Marx, siempre son riesgosas: "Tengamos en cuenta que muchas veces en las negociaciones uno comete un error de subestimar las consecuencias o arriesgar sin tener en cuenta las consecuencias y subestimando la reacción de la otra parte".
Para el ex negociador de la deuda argentina, el acuerdo "no va a ser blanco o negro, nunca ha sido blanco o negro". Se sabrá en breve cómo se llega a consensuar con el tipo de cambio y el ajuste fiscal, dos pedidos del Fondo que Massa rechaza. "El tipo de cambio de soja efectivo no ha sido el llamado oficial, sino el llamado dólar soja, que es bastante distinto. Para turismo tenemos un tipo de cambio también distinto... O sea, hay formas que se han usado y por ahí se vuelven a usar para lograr grises llamémoslo y no blancos o negros que a veces son posiciones iniciales en una discusión", imagina Marx.
¿El acuerdo va a ayudar a detener la sangría cambiaria? Para el director de Quantum, no se va a superar la escasez, pero "hay grados de escasez". "Puede haber escasez extrema, como puede haber una escasez atemperada. Y me parece que lo que se está buscando es una escasez atemperada para los próximos meses".