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Las elecciones del último 12 de septiembre mostraron un gran crecimiento de la coalición opositora. El diputado del PRO Ignacio Torres es clave en la apuesta cambiemita para ganar control en el Senado.

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Juan Antonio Yannuzzi 02 noviembre de 2021

La provincia de Chubut ha cobrado inesperada importancia luego de los resultados de las PASO. A pesar de tener menos de medio millón de electores y solo dos diputados en juego, los ojos de la política en la Patagonia están puestos allí por la renovación de sus tres nacionales que forman parte del oficialismo nacional. 

Como nunca, referentes nacionales de Juntos por el Cambio se hicieron una pasada por Chubut luego de que el 12 de septiembre el peronismo sufriera su peor derrota en 22 años. La esperanza de retomar el control del ejecutivo provincial se ha convertido, en solo un día, en una realidad palpable. Sin embargo, hay una tarea que es significativamente más importante para la conducción nacional de la coalición opositora y tiene como fecha límite el 14 de noviembre. Repetir la cantidad de votos obtenida por las tres listas de Juntos por el Cambio le aseguraría a el primer lugar en Diputados y dos senadores. 

El 39,5% de los votos obtenidos por las listas de Juntos por el Cambio representa un aumento del 60% en la cantidad de votos obtenidos entre la PASO del 2019 y la del 2021. Aunque los números nominales no sorprenden, dado que los votos válidos el último 12 de septiembre fueron 274.000 en toda la provincia, sus repercusiones en la política nacional pueden ser decisivas.

El crecimiento de JxC desde el 2015 hasta hoy en Chubut parece responder al rechazo social a la gestión del ejecutivo provincial actual. Mientras que en la elección en la que Mauricio Macri llegó al balotaje, Cambiemos sacó el 18% de los votos, en septiembre rozó los cuarenta puntos. En el otro extremo, el oficialismo provincial  que lidera el gobernador Mariano Arcioni “Chubut Somos Todos” que alcanzó el 35% de los votos en 2015, en los últimos comicios tocó fondo con solo el 13%. Mientras que el Frente de Todos obtuvo el 26,4%. 

Otra característica del excepcional desempeño de la coalición opositora en Chubut fue la homogeneidad territorial de su triunfo. Que este no haya sido solo un experimento concentrado en algunas zonas augura buenas posibilidades de retener el humor social de la victoria para repetirla en 2023. Esta situación no se da ni en Río Negro ni en Santa Cruz, en donde los votos de Juntos por el Cambio tienen importantes variaciones entre las distintas regiones. Esto convalida la idea de una excepcionalidad de Chubut y las positivas perspectivas a futuro de una posible candidatura a gobernador de Ignacio Torres que ahora encabeza la lista de senadores de JxC. 

Las PASO en Chubut tuvieron una particularidad que abre la posibilidad a deducciones sobre alteraciones en el resultado de las elecciones generales. Esto se debe a que tanto JxC como el Frente de Todos utilizaron el mecanismo de las primarias para definir sus candidaturas. Por el lado del FdT, la lista ganadora obtuvo más del 80% del total de la alianza, por lo que no es de esperar una merma nominal de votos, sino todo lo contrario. 

Por su parte, JxC presentó tres listas donde disputaron principalmente el armado del PRO (58%) contra el de la UCR (32%). El debate sobre las posibilidades de alteración del resultado se abre cuando se ven la cantidad de votos, donde la lista ganadora de JxC y la del FdT están en un virtual empate en los sesenta mil votos.

A pesar de lo mencionado, el foco federal otorgado a la campaña por los referentes nacionales de la coalición opositora y la épica alrededor de la posibilidad que desde Chubut se defina la pérdida del quorum peronista en el Senado, son buenas noticias para JxC. Más que nada si se tiene en cuenta la necesidad de la alianza de retener los votos de la lista de la UCR, como a su vez crecer entre quienes no fueron a votar. 

El elemento de la participación es denominador común a lo largo y ancho del país. Aunque es casi imposible predecir, se deduce que gran parte del 12% a 15% del electorado, que no votó en septiembre y si lo hará en noviembre, es más afín al peronismo. Esta conclusión se base en que gran parte de ese electorado acompañó al actual Ejecutivo Nacional en 2019 y, comprensiblemente dados los indicadores socio económicos luego de dos años de gestión, en esta oportunidad duda.

El destino de Chubut no está dicho, ni para noviembre y menos para 2023. Sin embargo, el último 12 de septiembre parece haber comenzado un impulso de cambio en la política provincial cuyas consecuencias inmediata es una nacionalización de la elección en una provincia con tendencia a regionalizar su política.

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