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Los desafíos de Scioli y Massa

17 marzo de 2015

La Presidenta dejó en claro que no se mantendrá al margen del proceso electoral y Daniel Scioli es sobre quien más repercute esa decisión.

Los tres candidatos que tienen hasta ahora la mayor intención de voto están atravesando situaciones muy distintas en este tramo de la campaña electoral. Mauricio Macri está al frente en casi todas las encuestas mientras que los candidatos de origen peronista enfrentan desafíos.

El kirchnerismo está jugando al límite con Daniel Scioli. Se sabe que no es el candidato preferido por la Presidenta y que el kirchnerismo duro lo resiste. El problema es hasta dónde llegar haciendo explícitas las diferencias. ¿Cruzó un límite Randazzo al acusarlo de ser un candidato del establishment? La respuesta de Scioli es de manual: “Fueron Néstor y Cristina los que me pidieron que los acompañe como vicepresidente y gobernador bonaerense”.

Scioli aspira a arrancar la carrera presidencial apoyado en la base electoral del oficialismo. Pero sabe, que aunque es importante, no alcanza para ganar. Su discurso es claro: defender las políticas de inclusión por cuanto los sectores sociales beneficiados votan en función de defender los avances logrados, hacer valer su experiencia dado que gobierna desde hace casi ocho años una provincia que en casi todos los indicadores representa casi el 40% de Argentinay marcar la diferencia en el estilo y los modos que a esta altura son mucho más que cuestiones de forma y tienen un contenido político sustancial.

En el sciolismo creen que el gobernador es el mejor candidato si lo que se busca es reconciliar a la sociedad luego de la fuerte polarización que se produjo durante la época kirchnerista. Aceptan que Macri y Sergio Massa pueden hacer más cambios pero nadie supera a Scioli en la tarea de reducir el nivel de conflicto.

Pero aún no se sabe cómo terminará la puja con el kirchnerismo duroy por eso por primera vez en el sciolismo se comienza a pensar en un Plan B. ¿Dejarán en el oficialismo correr al candidato que mejor mide o se apoyará al que más defienda los colores aunque pierda? La respuesta a ese interrogante va variando de acuerdo a las decisiones que se toman. Los últimos días trajeron malas noticias para Scioli dado el desplazamiento de Juan Carlos Mazzón y la confección de lista de candidatos del FpV en la CABA que puso en evidencia que la Presidenta no será prescindente en el proceso electoral. Si decidió quien será el candidato a jefe de Gobierno, ¿porque no seguiría el mismo camino para designar al que busque sucederla?

Los interrogantes son muchos. ¿Qué ocurriría si el kirchnerismo duro concluye que obtiene los mismos votos con Scioli que con un candidato propio y que no gana con ninguno de los dos? En ese escenario, el atractivo de Scioli disminuye.

A su vez, ¿se arriesgará la Presidenta a que Florencio Randazzo la represente en las primarias con el riesgo de perder? No parece compatible con la trayectoria política de Cristina que sabe, además, que al peronismo no se lo conduce desde la derrota. Si la Presidenta juega, lo hará para ganar y en ese caso, ¿cómo hace Scioli para enfrentar con alguna posibilidad una primaria del kirchnerismo contra Cristina Kirchner? Por eso es difícil imaginar una primaria en el FpV entre Scioli y un candidato K. Uno de los dos, sobra. Veremos cual. Eso sí, no lo sabremos pronto porque Cristina postergará, como siempre, las definiciones todo lo posible. Le resultó un método infalible para continuar en el centro de la escena. Y si algo no debe hacer la oposición es subestimar la capacidad para sostenerse del kirchnerismo. Cada vez que lo hizo, se equivocó. A su vez, el ex intendente de Tigre está todavía en la línea competitiva pero está estancado en la intención de voto y no ha logrado nuevos apoyos significativos. Su campaña necesita un golpe de timón para volver a avanzar. ¿Cómo hace para ser uno de los dos candidatos más votados? Curiosamente puede ser mejor candidato para un segundo turno electoral (la primera vuelta) que para el primero (las primarias). Esto es así porque en esa segunda instancia recibiría los votos peronistas de Scioli si tuviese que confrontar con Macri y los votos anti-K del PRO si su rival directo fuese el gobernador bonarerense.

Pero hoy aparece complicado si se consolida un escenario de polarización entre el oficialismo y una alianza opositora encabezada por Macri. En ese contexto “la ancha avenida del medio” que proponía transitar el massismo puede angostarse.

Tiene como problemas adicionales el mal desempeño que tendrán sus candidatos en muchas elecciones locales previas a las primarias. Además, al no tener competencia en las PASO tampoco contará con ese atractivo para atraer votantes. Una de las alternativas que tiene Massa es hacer explícitas sus diferencias con Macri y cuestionar las debilidades que todavía presenta el armado del PRO.

Lo curioso es ?que al igual que Julio Cobos? elige para diferenciarse del macrismo su falta de apoyo a medidas impulsadas por el kirchnerismo, entre ellas, la estatización de las AFJP. En realidad es coherente con el pasado en el kirchnerismo tanto de Massa como del grueso de sus asesores. Hay allí una debilidad ?no poder presentarse como una expresión completamente distinta? y una fortaleza ?contar con un equipo probado en el gestión?.

En el massismo también apuestan a que los votos que eventualmente pierda Scioli si el kirchnerismo lo sigue desgastando, irán a engrosar, en su gran mayoría,el caudal electoral del Frente Renovador.

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