Ecuador, una nación que ha experimentado altibajos económicos y políticos en la última década, se encuentra en un momento crucial.
Este fin de semana, se realizará un balotaje presidencial como consecuencia de una curiosa herramienta constitucional, empleada por el presidente Guillermo Lasso, comúnmente conocida como "la muerte cruzada".
Por ello, ante el gran acontecimiento del año en Ecuador, la economía y la seguridad emergieron como los temas dominantes en el último debate presidencial.
Fue un debate que lamentablemente tuvo un formato demasiado rígido, donde los candidatos tenían que seguir a rajatabla las normas de preguntas y repuestas. Cualquier desviación era interrumpida, lo que resulto en una mera repetición del mismo discurso que los candidatos han estado manifestados durante la campaña.
Daniel Noboa se mostró sumadamente medido con sus declaraciones, mientras que los mensajes de Luisa González, como ya se vio en el primer debate, carente de cualquier habilidad de elocuencias, se vieron sumamente preparados, regresando de manera patológica a los 10 años del Correísmo.
onzález, candidata del Movimiento Revolución Ciudadana, propuso una inyección de US$ 2.500 millones de las reservas internacionales para créditos productivos. Su plan también incluye controlar la evasión fiscal y aumentar la producción petrolera.
Por otro lado, Noboa, el empresario que representa a la alianza Acción Democrática Nacional, busca convertir a Ecuador en un "país competitivo", atrayendo inversión extranjera y reduciendo costos, como el de la electricidad.
Ambas propuestas, aunque diferentes en su enfoque, buscan reactivar una economía que ha sufrido los embates de la pandemia. La dolarización, si bien trajo estabilidad monetaria, también limitó la capacidad del país para manejar políticas monetarias autónomas. A esto se suma la dependencia del petróleo, cuyos precios volátiles han impactado directamente en las finanzas públicas. El gran desafío del país sigue siendo el cambio de la matriz productiva a industrias no petroleras, pero hasta el momento han sido de muy poco éxito.
Por otra parte, el asesinato del candidato Fernando Villavicencio ha dejado una marca imborrable en estas elecciones. La seguridad, o la falta de ella, se ha convertido en el tema central de la campaña y los ecuatorianos, que han visto cómo los homicidios se cuadriplicaron entre 2018 y 2022, exigen soluciones.
Ambos candidatos mostraron en el debate que coinciden en que la solución al problema de la inseguridad no es únicamente policial o militar. La reactivación económica, la generación de empleo y la inversión en educación y salud son esenciales para abordar las raíces del problema.
González propone una estrategia de "mano dura", que incluye la militarización de cárceles, aduanas, puertos y aeropuertos. Su enfoque se centra en retomar el control de áreas clave para combatir el narcotráfico y la delincuencia organizada. Noboa, por su parte, apuesta por la tecnología y la cooperación internacional, proponiendo el uso de escáneres de vanguardia y la militarización de las fronteras.
En materia de relaciones internacionales, Noboa tomó una clara posición en contra del ataque ruso contra Ucrania: "estuve en contra de la guerra con Ucrania, incluso se lo dije a la vicepresidenta del senado ruso cuando estuve allí".
Por su parte, cuando fue interpelada sobre las dictaduras en Venezuela y Cuba, González dijo que no toma partido al respecto, agregando que defiende la autodeterminación de los pueblos.
A pocos días de la elección, el futuro es incierto, a lo que se sume que el próximo presente tendrá que gobernar por tan solo 18 meses en la peor crisis de seguridad en la historia del país y con un fenómeno climático del Niño que se aproxima. Por lo tanto, el balotaje del 15 de octubre no es solo un comicio presidencial sino una elección de supervivencia.
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La visión desde Eurasia
El asesinato de Villavicencio vuelve a ser el centro de atención antes de la segunda vuelta presidencial. "Cuando falta menos de una semana para la segunda vuelta presidencial del 15 de octubre, el asesinato del excandidato Fernando Villavicencio vuelve a dominar los titulares", dijeron desde Eurasia Group, la principal empresa de consultoría política del mundo. Durante el fin de semana, seis de los ocho sospechosos encarcelados en relación con el asesinato de Villavicencio fueron asesinados en dos prisiones diferentes.
"El incidente apunta al control limitado de la administración de Lasso sobre las cárceles estatales y a la influencia institucional del crimen organizado. Además, la Fiscalía General concluyó la investigación sobre el asesinato de Villavicencio. Según el excandidato presidencial Christian Zurita (quien reemplazó a Villavicencio en la boleta), el sicario sobreviviente supuestamente proporcionó al fiscal general un testimonio que implica al gobierno del expresidente Rafael Correa. Sin embargo, la oficina del fiscal general aún no ha proporcionado ningún detalle y no está claro si se dará a conocer antes de la votación.
"Aún así, las especulaciones sobre el papel de Correa en la muerte de Villavicencio podrían afectar las posibilidades de la candidata correísta Luisa González durante el tramo final de la campaña", dijeron Risa Grais-Targow y Yael Sternberg de Eurasia.
Las encuestas finales publicadas antes del apagón electoral del 5 de octubre mostraron que las intenciones de los votantes se estaban reduciendo luego de un fuerte desempeño en el debate por parte de González: la ventaja de Noboa se redujo de 9 puntos a 5 puntos en la última encuesta de Comunicaliza.
"Aún así, Noboa sigue siendo el favorito para ganar (una probabilidad del 60%) gracias a su mayor capacidad para atraer votos de otros candidatos destacados en la primera vuelta y a tasas de rechazo relativamente más bajas", dicen los analistas de Eurasia. Una probable administración de Noboa daría prioridad a la seguridad y el empleo, pero también recurriría a medidas populistas en lo que será una campaña de reelección extendida dado que Ecuador volverá a votar en 2025.